JUBILEO UNA SANTA CELEBRACIÓN

 

JUBILEO UNA SANTA CELEBRACIÓN

GOBIERNO ECLESIASTICO
DE LA
DIOCESIS IBARRENSE
APARTADO Nº 4
Ibarra, a 14 de Mayo de 1946
Rvmo. Sr. Canónigo Dr. Dn.
S. Vicente Ponce,
Censor Eclesiástico,
Ciudad,
Rvmo. Señor:
Comisionamos a V. Sría. Rvma, para que se sirva examinar la Obra del Rvdo. Padre Clemente de Tulcán, titulada “Cróni- en de la Fundación del Monasterio de los RR. Madres Carmelinas de Ibarra”, y emi- ta sun ilustrado parecer acerca de la misma, a fin de permitir su publicación por la prensa.
Dios N. Señor guarde a V. Sría. Rvma
MSNUEL EDEZ. CORDOBA,
Vicario General.

Ibarra, a 24 de Marzo de 1946
Rvmo. Sr. Dr. Dn.
Manuel Fdez. Córdoba,
Dgmo. Vicario General de la Diócesis.
Ciudad.
Rvmo. Señor:
En obedecimiento al mandato de V. S. Rvma, he leído atentamente al recopilación intitulada “Crónica de la Fundación del Mo- nasterio de las RR. Madres Carmelitas de Ibarra por F. Clemente de Tulcán, O. F. M. C. y no he encontrado nada que obste a la publicación de tan interesante Crónica.
Dios N. Señor guarde a V. S. Rvma.
S. Vicente Ponce

Gobierno Eclesiástico de la Diócesis.
Ibarra, a 24 de Marzo de 1946
Puede imprimirse.
MANUEL FDEZ. CORDOBA,
Vicario General

INTRODUCCION
I
Crónica de Fundación del Mo- nasterio de las RR. Madres Carmelitas en Ibarra

AL LECTOR
No es trabajo de historia el que pre- sento al benévolo lector, sino solamente unos apuntes para una crónica, apuntes que adolecen de muchos vacíos, por no existir toda la documentación que se ne- cesita para esta clase de publicaciones. El historiador, o simple aficionado, como el suscrito, nada puede publicar, si no tiene a la vista, los documentos fidedig- nos para comprobar los hechos que se propone narrar. Y para esto es precioso examinar y estudiar el archivo de la En- tidad, cuya crónica debe conservarse pa- ra estímulo de las generaciones venide- ras. Pero , para este pequeño trabajo he tropezado con el inconveniente de que las RR. MM. Carmelitas, desde el año 1729 en que fue fundado el Monasterio en la

ciudad de Popayán por los Marqueses de San Miguel de la Vega, hasta el año 1863, en que fueron exclaustradas por decreto del general Mosquera, perdieron el ar- chivo y no conservan ningún manuscrito ni relación de sus actividades , ni siquiera por tradición oral. Esta la causa de la pérdida de la historia y de las tradicio- nes de aquel ilustre Monasterio, porque las Religiosas tuvieron que habandonarlo de un momento a otro, confundiéndose en ese trastorno los libros en los que llevaban regularmente la crónica de la Comunidad, salvando a penas el primer pergamino en el que constan las actas de la fundación. Este pergamino está com- pleto y por narración que contiene , se deduce que tanto los fundadores co- mo las primeras religiosas Carmelitas que vinieron desde Bogotá a establecerse en Popayán , eran gente noble y distinguida . Es evidente que los dirtuvios políticos tan frecuentes en nuestras Repúblicas cau- san enormes e irreparables males a los in- dividuos , al orden social y especialmente al Clero y a las Comunidades Religiosas En este continuo cambio de gobierno en el que se suceden gobernantes, unos más sectarios que otros, los cuales hacen gala de perseguir a las Comunidades Religio- sas, creyendo que con esto se harán fuer- tes en el poder. Esa prevención gra- tuita contra las Comunidades Religiosas que muchas veces termina con el destie
Crónica de la Fundación del Monasterio de las RR. MM. Carmelitas en la ciudad de Popayán, Colombia
JESÚS, MARÍA Y JOSEPH
Magistral en que se asienta la fundación del Convento de Monjas Carmelitas descalzas, en esta ciudad de Popayán, hecha dicha fundación, por Dn. Baltasar Carlos de Viveros y Dña. Dionisia Manrique y Cameros, Marqueses de San Miguel de la Vega: Debajo de la protección del glorioso San Joseph, a quien eligieron como Patrón, las Madres fundadoras: Y en él también se ponen las profesiones de las nuevas Religiosas, con otras cosas esenciales de lo que fuese acaeciendo, desde 12 de Octubre de este año de 1729, (que fue cuando entraron las fundadoras en adelante: así mismo eligieron por.
NOTIFICAIÓN AL CABILDO ECLESIASTICO
En Popayán a cinco de Agosto de mil y setecientos y veinte años. Yo Don Francisco Márquez de Ayala, Procurador Fiscal de Cámara, Notario de este Obispado vine al Coro de la Iglesia Catedral desde Ciudad y estando en el su Sría. Vble. Deán y Cabildo; es a saber el Sr. Dr. Dn. Mateo de Castellón y Bernardo de Quirós, Deán: el Sr. Dr. Dn. Francisco de Tobar, Maestro de escuela, por no haber otros les hice saber la Petición, decreto y otrosí Enfrente que oyeron y entendieron –Doi free- Don Francisco Márquez de Ayala.
NOTIFICAIÓN A SANTO DOMINGO
En dicho día pasé al Convento de Sto. Domingo de esta ciudad, y habiendo pedido al R. P. Prior fray Matías Prado, Convocase, como la convocó a son de campanas, les hice saber la Petición, decreto, y otro si, de enfrente, de manera que lo oyeron todos los religiosos, como dijeron lo oían –Doi free- Márquez.
NOTIFICAIÓN A SAN FRANCISCO
En dicho Día pasé al Convento de San Francisco de esta Ciudad, y estando congregada la Comunidad, en la misma Conformidad ficar iglesia en la parte más Conveniente, dejando las dichas casas libres de censo, rendimiento seis mil patacones que tienen de Gravamen, pues consta de Vsía Ilma, tenemos bastante caudal para libertarlas de los referidos Censos y para que se consigan la Licencia necesaria de su Majestad y de su real y supremo consejo, con las Bulas de su santidad para su excusión que ha de ser después de nuestros días; sea de dignar V.S Ilma de informar la utilidad espiritual que al buen público se siguen y ejecutar las prevenciones que en el caso se requieren; para lo cual habida la mas importante represtación; A.V.S. Ilma, pedimos y suplicamos sea servido de mandar se haga como llevamos nedido por Zender en servicio de Dios N.S y es de Justicia que pedimos y juramos a su Divina Majestad y a esta señal de la Cruz proceder de este santo fin, y sin perjuicio de persona alguna etc. Los Marqueses de San Miguel de la Vega-Hay rúbricas.
DECRETO
Por presentada en cuanto a lugar a derecho y porque según disposiciones apostologicas, no pueden Erigirse nuevos conventos sino que preceda el consentimiento axpreso de la Ciudad donde se ha de fundar y de las Comunidades, y además personas aquienses la Multiplicidad de Iglesia puede ser de perjuicio desde Vista por el Procurador fiscal. Suplican a su Sría. Ilma. haya por excusado a este Colegio de la Notificación. –Doy fee- Márquez
NOTIFICACIÓN A LAS MADRES DEL ENCARNACIÓN
En dicho día, yo el procurador y fiscal y notario teniendo consagras en comunidad a las religiosas Agustinas de este Monasterio de la Encarnación, en el coro bajo, les leí e hice saber el pedimiento de los señores Marqueses, decreto y otrosí, proveyendo por su Sría. Ilma. De suerte dijeron lo oían –Doni fee- Márquez
NOTIFICACIÓN AL CABILDO SECULAR
Pongo por diligencia que habiendo solicitado en esta Ciudad a los Capitulares del Cavillido secular, no los he hallado porque me dicen haverse ausentado a sus haciendas de campo aunque les hice saber la petición y decreto de la otra foja.
Al Sr. Dr. Dn. Antonio Garcia de Lemos Alcalde hornidario y a Dn Diego Tenorio procurador general y de su contexto traté con el Sr. Sargento Mayor Dn. Martin Grueso Alcalde ordinario mas antiguo, me respondieron no poder por si solos sin los Regiadores como lo harán restituidos que sean a esta ciudad –Doi free- Márquez
NOTIFICACIÓN A SAN AGUSTIN
En Popayán el seis de agosto de 1720, yo el Procurador Fiscal de Camara y Notario General desde Obispado, fui al Convento de San Agustin, y habiendo pedido congregación de la comunidad, estando toda presente, les hice saber el pedido, decreto y otros si de en frente, en manera que los religiosos dijeron lo oyeron; -Doi fee- Márquez
NOTIFICACIÓN A LA CAMPAÑA DE JESÚS
En Popayán el seis de agosto de 1720, yo el Procurador Fiscal de Camara y Notario General desde Obispado, fui al Colegio de la compañía de Jesus, y habiendo notificado al R.P. Juan Bautista Muxica, Vistitador, y al P. Nicolas Saldaña, rector, el negocio al que iba dijeron que sus paternidades reverendas no tenían inclusión en ellas, porque ni por la Iglesia, ni por sus rentas puede ser este colegio damnificado de cualquier monsaterio que se rija, por la independencia que tiene en todo, y asi por esto, y como por tener orden de su Rmo. P. General paa no asentir ni disentir en materias de Republica.
PETICION DE LOS SRES. MARQUESES
Hmo. Sr: los Marqueses de San Miguel de la Vega, Don Baltasar, Carlos Pérez de Viveros y Doña Dionisia Manrique y Camperos vecinos: Papayán ante V. señoria Hna. Como mas haya lugar en derecho, parecemos y decimos que llevados del deseo que tenemos del mayor servicio de Dios, y que su santo nombre sea ensalzado y alabado, de común acuerdo tenemos resuelto elegir y fundar un Monasterio de Religiosas Carmelitas descalzas en las casas de la morada que tenemos, en las cuatro cuadras en contorno del frente superior de la plaza mayor con los cuatro solares enteros en que están edificados con todo su homenaje.
RESPUESTA DEL CAVILDO ECLESIASTICO
Hno. Sr. De Melchor Jasinto de Sas, Procurador de su Sria. Dean y Cavildo de esta Ciudad ante Vs. Hna. Parezco y digo que su señoria por Cavildo que hizo a cuatro de este presente es y año, confirmo sobre la nueva erección que intentan hace los señores Marqueses de San Miguel de la Vega vecinos de esta ciudad porque de ella le sobreviene algún daño porejuicio, asi por razón de dignidades como por los derechos parroquiales y dijeron esa ver el Dr. Dn. Mateo de Casirelion, Bernardo de Quiroz, y el Dr. Dn. Francisco Prieto de Tobar maestro de escuela, que no les perjudicaba en cosa alguna por lo que V.s. Hna. Puede da la providencia que le pareciera conviniente mediante lo cual: A. V. S. Hna. Pido y suplico en nomnre de dicho S. Dean y Cavildo se sirva de proveer lo que le urpresentada y póngase con los autos, proveyéndole el Hno. Sr. Dr. Dn. Juan Gomez de Frias Obispo de esta diócesis, del consejo de su majestad en Papayán a & de septiembre de 1720, ante mi Dn. Pedro Felipe Garcia secretario y notario apostólico.
NOTA DE LOS FRANCISCANOS
El P. guardian Fray Buenaventura Enmana de esta petición y decreto en primer lugar al Cavildo Eclesiastico como tal y como en quien recide el Curato rectoral de esta Iglesia por medio del Rey N. Sr. Y al Cavildo secular en ayuntamiento que se pedirá para ella, para que e común acuerdo expresen su consentimiento o las razones que tuvieses para no darlo en caso de negarlo; y a las religiones de varones y mujeres recojidas estando en comunidad, para que hagan lo mismo, habiendo procedidas sus consultas y fecho todo en la expresada forma con vistas de las respuestas se darán las providencias que fueren de justicia. Firmado Juan Obispo de Popayán proveyó y firmo el decreto de su uso el Hno. Sr. Dr. Dn.Juan Gomez de Frias del concejo de su majestad, Obispo de Popayán en ella 1 de agosto de 1720, ante mi Dn Pedro Felipe Garcia secretario y notario apostólico otro si manda su señoria que para noticiar al Sr, Notario vicepatrono de lo pedido como pr parte de los señores Marquecez, respecto de hallarse su señoria, el Señor Marquez de San Juan de Rivera, Gobernador y Capitan Genetal de estas provincias, entendiendo en la visita de ellas en Pasto Barbacoas se copia esta petición, decreto y otro si, y se remita su Señoria por el primer correa para que de su parecer en la masteria lo firma Ud su honra.
CRONICA DEL MONASTERIO DE EL CARMEN
Rique de Vargas que loes del convento de san Bernardino de esta ciudad de Popayán del haden de menores de mi P. san francisco ante V.S llamo parezco y dijo que se me hizo saber un auto provenido por V.S llama por el notario eclesiástico paraqué por el respondéis sobre la fundación que los srs. Marquense desean miguel de la vega quieren hacer del convento de carmelitas descalzas en esta ciudad a lo que dijo que por lo que toca e nuestra comunidad no tenemos que decir en contra de dicha fundación si solo rogar a dios seco siga para santo servicio que este es nuestro parecer y como tal A.V.S LLAMA PIDO Y SUPLICO PROVEA Y MANDE LO QUE MAS HALLARE SER DE SU SERVICIO ETC FRAY BUENAVEBTURA ENRIQUE DE VARGAS POR PRESENTADA Y póngase con los autos pro veyolo el llamo sr. Dr. Don. Juan Gomes de frías mi señor obispo de Popayán del consejo de su majestad anhelo aséis de septiembre de mil y setecientos y veinte años ante mi don . Pedro Pélope García secretaria y notario apostólico

NOTAS RELIGIOSAS
Llamo sr. L A abadesa madres conciliarías del convento de religiosas de la en carnación de esta ciudad ante vs llamo como más haya lugar en derecho parecemos y de cimas que habiéndosenos hecho saber la resolución de los sr marques de san miguel de la vega sobre fundar un monasterio de Religiosas carmelitas Descalzas en las casa de sus moradas que son contiguas a este , consola la calle de por medio , veníamos a consultar en la manera que acostumbramos por nuestras constituciones y habiendo propuesto la materia , nuestra prelada en tres definitoria , mándanos confiriésemos lo que en el caso nos conviene representa , en el último que está a afogas cuarenta ocho vueltas y cuarenta y nueve , del libro de definitorios se resolvió contradecís , como desde Lugo contradecimos la dicha fundación por las causa más principales deducidas en la consulta que son las siguiente la primera , ser contra esta ciudad y los caudales pocos de que se sigue creciendo necesario gravar estos de los costas de forzamiento sean de poner para la mantención de dicho convento de carmelitas sean de empeoras de condición las rentas que esta convento tiene y puede tener pues la experiencia ha enseñado que se han perdido muchos principios por haberse cargado de otros las haciendas que esta van en fincados no pudiendo con su frutos dar los crédito correspondiente , a lo cual se sigue un notable esclarecimiento y atraso de este convento.
La segunda el grave inconveniente de que habiendo de ser el sitio del que sea de fundar el convento de carmelitas , el mismo de las casas de los sr , moradores , quedaran los dos convento tan contigua el uno del otro que no ha que la calle de por medio ., y habiendo de levantar precisamente el edificio de casa altas al servicio de la comunidad esforzase se quite a la iglesia y a coro de la luz de que necesita por ser aquella parte frontera a quillas ventanas y puertas de la iglesia ,. Motivo que tuvo esta comunidad para contradecir y embarazar los edificios que intento levantar el alférez real Don Diego José de Belasco en la mismo parte y en este edificio tiendas bajas en aquellas calle la Tercera que edificándose este monasterio con la novedad se ha de esa parroquia la iglesia del monasterio y otros años que la vencida de iglesia y más cercanas se siguen.
Y no es de menor prejuicios la cuarta razón que siendo corto el número de clérigos y religiosos de esta cuidad ordinariamente padecemos falta de operarios hacía para religiosos que se entregan a ejercicios espirituales y de la perfección , como para el despacho de las repetidas confeccione que tenemos de reglas , pues aplicando los capellanes su mayor cuidado solicitando y rogando los pocos confesores que hay apenas pueden conseguir el numero meseraico y no en todas las ocasiones lo más aun no se llenan los seis confesionarios que tiene nuestra iglesia por la corta edad de la tierra y no poden mantener copia de operarios y dividiéndose estos como es necesario se dividan en los dos monasterios es consiguiente que quedando este sumamente desprovisto , no puede bien proveerse el otro y que darán recíprocamente faltos de socoro espiritual .,y el divino culto sumamente descaecido por cuyas rosones hemos resuelto contradecirlo , si embargo de que nos condolemos de hacerlo y de no poder concurrir de nuestra parte a una obra que fuera de tan del servicio de dios si la debilidad de esta ciudad pudiera tolerarla sin los inobedientes referidos , mediante lo cual A.V.S llama pedimos y suplicamos sea servido de haber por bastante nuestras razones y en fuerza de las admitir si pareciere justa nuestra contrición que sometemos con ciega obediencia a la corrección de VS .llma y decimos justicia etc.. Firman Bárbara de Santa margarita abadesa madre María Brígida de la purificación-madre, María francisca de la encarnación – Gregoria de san frenando conciliaría María de esto. Tomas conciliaría Feliciano de Jesús María, conciliaría – clara del espíritu santo cocinaría –Thomas de san Felipe supriora – María de cristo vicaria –póngase en los autos juan obispo de Popayán
Proveyó el IMO S. Dr. D. Juan Gómez de frías obispo de esta diócesis del consejo de su majestad en Popayán a siete de septiembre de mil y setecientos y veinte .Antema Don Pedro Phelipe García Secretario y Notario Apostólico
REPUESTA DE SN AGUSTIN
Llamo sr fray Agustín Jesús religiosos en la regular observancia de Ntro. p. Sn Agustín prior dote convento de la Sra. Trinidad destaca ciudad de Popayán ante VS. Llama que es sirvió demandar a mi Convento el testimonio de los Sr. Marqueses de Sn miguel de la vega que con fervoroso celos pretenden erigir un monasterio de Religiosas Carmelitas en las casas de su Moradas con lo demás deducido digo que aun que en las consultas queremos tenida los R p conventuales han opuesto atraso que puede seguirse a las Rentas de Ntro. . Convento por la cortedad de caudales que ay en el lugar y que los vecinos se hallan mui cargados de censos y otros inconveniente que propusieron dichos R.P sin embargo no contradigo la dicha erección antes pico a dios se consiga a mayor honra suya mediante lo cual A VS Llma . Pido y suplico sea servido de dar las providencias que fuesen de justicia que pedimos y en lo necesario etc.
Ponga con los autos – juan obispo de Popayán del consejo de su majestad en Popayán en siete de septiembre de mil setecientos y veinte –ante mi Don Pedro Phelipe GARCIA secretario y notario apostólico
PETICIONES DE LOS SRS MARQUESES
Llmo .Sr: los marqueses rezan miguel de la vega Don . Baltasar Carlos viveros Dña. Dionisia Manrique y camberos Vecinos de esta ciudad: como más haya lugar en derecho parecemos ante VS. Llma y decimos y presentamos un escrito sobre la decadencia de nuestras causas en convento de religiosas carmelitas ya el se sirvió VS. Llma de manda se le dice noticias al Cabildo Eclesiástico y secular ya la religiones Y por qué puede ser no haber respondido precisando como precisa el informe de VS Llma para Remitirlo en esta ocasión a España. Suplicamos y pedimos VS Llma . se sirva de mandar se les haga saber de segunda instancia a los que no hubiesen Respondido , con Termino para que dentro del contradigan , si tuviesen que ,i si no respondieren podrá pasar VS Llma,. A de terminar a lo que hallare conveniente y por qué el referido escrito , parece no explicamos la utilidad de las dicho cuatro cuadrasen contorno de las casas de nuestra morada , lo hacemos ,en esta para que conté a su majestad ., dedicamos las cosas de nuestra vivienda para el referido convento de religiosas Carmelitas cual a parecido consta VS Llma . ser suficiente para poder vivir en número de religiosas que sus constitución tiene reguladas , obligación de hacer iglesia con ornamentos competentes , con imposición de ocho mil pesos de principal que son cuatrocientos de renta al año. Y casa en que viva en las dichas cuadro cuadras con la obligación der las misas que le impusiéremos altísimo y cuando fundemos tan caprinilla Y las dichas cuatro cuadras están edificadas cinco casa altas que reditúan cuatro cimentos ochenta patacones en cada año y catorce tiendas aunque algunas de ellas suelen estas basáis lo meno que suele haber son ocupadas son siete y sus réditos de las siete son doscientos cien patacones que juntos con solos de la casas altas hacen seiseno noventa patacones efectivo en cada año de réditos ., Y dándonos el seños vida . Estamos con ánimo de hacer y fabricar los portales de casas altas y todo lo demás que fabriquemos en las dichas cuatro cuadras durante los días de nuestra vida , excepto la casa que ha de quedar para el capellán , todo lo dediquemos al servicio de dicho convento y su junto ., y hacia mismo el almenaje de alhajas que tenemos de Ntra. Para el servicio de la sacristía e iglesia y mediante que VS Llma le contra podemos hacer lo referido, si a de servir, y se lo suplicamos y pedimos y rogamos en el nombre de S. MAJESTAD a quien se sirva de informar de si para que siendo del agrado de su divina majestad, se consiga la licencia del Rey N . Sr.y las bulas de su santidad que de ello recibiremos testimonio etc.
AVS. Llma. pedimos y suplicamos se sirva de proveer y mandar se haga en todo como llevamos pedido , que en ello recibiremos testimonio etc. –Firmado el marqués de Sn . Miguel de la vega- Dña. Dionisia Manrique y camberos.
Auto – proveyó Llmo . Señor Dr. Don juan Gómez de frías , obispo de esta diócesis del consejo de su majestad , en Popayán al nueve de septiembre de mil setecientos veinte ante mí , Don , pedro phelipe García Secretario y notario apostólico .
Vistos atento a no haber respondido del cabildo de esta ciudad y el convento de santo domingo del procurador fiscal notifique , lo hagan dentro del tercer día al de la notificación como precisa Llmo Sr. Dr. Dña. Juan Gómez de frías obispo de esta diócesis del consejo de su majestad , el audiencia de relaciones del nueve de septiembre de mil setecientos veinte años .proveyó en decreto de uso y lo firmo Doy fe juan obispo de Popayán ante mi Don Pedro Phelipe García secretario y notario apostólico .
En Popayán al diez de septiembre de mil setecientos veinte yo el procurador fiscal y notar notifique el auto antecedente M .R.P Matías Prado del orden de predicadores , del convento de san Sebastián mártir , de esta ciudad quien habían oído , dijo que respondería dentro del término quien divo auto se señala . y que si no lo ha hecho ante es por haberse dé decidido en consultar Ntra. Razón de la materia consultar al M. R. P Provincia cuya Resolución vino en este correo y esto dio por repuesta doy fe –Márquez.
En dicho dio solicite las personas de los regidores de esta ciudad y halle estar ausentes de ellas según me dijeron todos que por mi fueron preguntados por ser público en lugar que aun los alcaldes ordinarios sean ausentados doy fe –Márquez

RESPUESTA DEL SANTO DOMINGO

Llmo Sr. Fray Matías Prado presidente de este convento de predicadores de San Sebastián Mártir, de Popayán Vicario provincial en él y de los conventos de la ciudad de Cali y la Buga, habiendo oído y entendido la petición presente de los Srs. Marqueses de San Miguel de la Vega y de su esposa de Dña. Dionisia Manríquez ante VS.Llma sobre la pretensión que tiene de que para después de sus días se funde un Monasterio de religiosas Carmelitas descalzas en las casas que tienen de su morada y el decreto provisto por su S. Llmaa dicha petición en cuál virtud y fuera me lo hizo saber con lo pedido el notario para que diese mi parecer sobre esta materia dijo que además de haberla conferido por tres tratados continuados conforme a las leyes de mi religión entre los religiosos de este convento tiene también visto el decreto VS Llama el M.R.P. Antonio Ortiz mi vicario general a quien se lo remití por copia en el correo del mes pasado de agosto y si bien es que tiene los deseos de los Sr. Marqueses por muy santos y dignos de toda alabanza según la naturaleza desnuda y el fin porque lo hace empero considerando que para la estricta y puntual observancia que profesan dichas religiosas de una descalces continua , de la desnudes del cuerpo y sin más abrigo que el habito sobre la túnica interior , de la secuela indefectible de los Maitines de los oficio divino en todo el año ,. Siente que la misma tierra está contradiciendo dicha fundación con la oposición manifiesta que la ruina inmensa de Niguas hace a las descalzas de los pies. La humedad grande de la tierra y de los conventos y los serenos extremadamente agudos del día a la noche , a la desnudes del cuerpo y a la secuela de los maitines a media noche ., la falta siempre grande que en la tierra se ofrece de los alimentos
Competentes a la observancia del ayuno y sobre todo lo dicho , siento que no teniendo en esta ciudad fondos bastante para cargar nuevas imposiciones de rentas del monasterio que se desea fundar , además de la rentas a cargo de los convento que están fundados , si no es con peligro manifiesto , que de ninguno se conserve por la imposibilidad a que llegaran los vecino de la ciudad de pagar con sus haciendas dichas rentas , es parecer de dicho mi vicario general de en junta de todo los R.P Consultores que nos convienes otra fundación de otro ciudad; lo uno por ser de su naturaleza o puesta en todo lo que llevo dicho al instituto de religiosas Carmelitas ; lo otro po que se opone a nuestra conservación ;y últimamente por que no distando como no distan las casa de los señores Marqueses del convento más que la calle
CRONICA DEL MONASTERIO DE EL CARMEN
Hay de por medio, también se opone a los Privilegios de su primitiva fundación; por Cuyas Razones conformándome yo y los Religiosos de este Convento con el parecer de dicho mi Vicario General, en su nombre y el de este Convento, y en nombre de toda la Provincia, contradigo ante Vs. Llmo. Dicha fundación de Religiosas Carmelitas descalzas, una, do y tres veces, y las más que por derecho fueron Necesarias y en esta Conformidad doy este mi parecer, firmado de mi nombre en este Convento de Sr. Sebastián Martirem Popayán once del mes de Septiembre de mil setecientos y veinte. Firmado fray Mathías Prado Presidente y Vicario Provincial.
Auto-Proveyó lo el Llmo. Sr. Dr. Dn. Juan Gómez de frías, obispo de esta Diócesis, del Consejo de su Majestad en Popayán once de Septiembre de mil setecientos y veinte ante mi Dn. Pedro Phelipe García, Secretario y Notario Apostólico.
RESPUESTA DEL CABILDO SECULAR
El Cabildo, Justicia y Reidores de esta muy Noble y Leal Ciudad de Popayán que forman dicho Cabildo: Ponemos en noticia de VS. Llma. Dr. Dn. Juan Gómez de frías, obispo Meritísimo de esta Diócesis, del Consejo de su Majestad, que el mismo día que el procurador fiscal de esta episcopal Cámara vino a la sala de Ntro. Ayuntamiento a hacernos saber el decreto proveído por VS. Llma., a petición de los Srs. Marqueses de san Miguel de la Vega, sobre la fundación del Convento de Carmelitas descalzas, en las Casas de su Morada, y lo demás deducido en sus escritos, se había presentado en este Cabildo por parte de los mismos Marqueses una Petición, en que nos piden y formemos a su Majestad (que Dios guarde).la utilidad que se sigue de dicha fundación al bien público de la ciudad, y para hacerlo, por Reidores hemos deliberado congregar algunos de los más principales y prudentes Vecinos con quienes se pueda tratar de la Materia que nos parece muy del Servicio de Dios; Damos Razón a VS. Llma. De que según lo pedido por los expresados Marqueses, hemos de hacer el informe aparte, y entregarlo a sus Srias.. y para que se Cierren los autos que en esa episcopal Audiencia sean fulminado en esta Razón, damos a VS. Llm. Esta, en la Sala de Ntro. Ayuntamiento, a Diez y ocho de Noviembre de mil setecientos y veinte, firmada de nuestras manos por ante nos, por estar ausente el Srío. Dn. Jacinto de Mosquera Figueroa- Don Francisco de Montoya y Cortés- Dn. Diego Tenorio.
AUTO
El Llmo. Sr. Dr. Dn. Juan Gómez de frías obispo de esta Diócesis del Consejo de su Majestad: Vistos estos autos y que las Comunidades de Religiosas y Religiosos que esta Ciudad tiene, y los dos Cabildos han respondido a tratados que ese les dio de la Petición presentada por los Srs. Marqueses de San Miguel de la Vega; Manda se copie de ellos y entrego testimonio, para que se entregue a sus Srias con el informe de su Sr. Llma. Ha de hace sobre la erección del convento de Religiosas Carmelitas descalzas en las casas de su Morada; así lo proveyó y firmo en Popayán a Diez y nueve de Noviembre del mil setecientos y Veinte- Juan obispo de Popayán- ante mi Dn. Pedro Phelipe García, Secretario y notario Apostólico.
En Popayán a veinte de Noviembre de mil setecientos y veinte años; Yo el secretario de Cámara y Notarios la apostólico en conformidad a lo mandado por su S. Llma. El obispo mi Señor en el auto antecedente hic sacar y saque testimonio y entrego de estos autos, el cual autorizado en toda forma y comprobado de los Notarios de este Juzgado y de Sta. Cruzada en nueve fojas con el informe que su S. Llma. Hizo a su Majestad (que Dios guarde) según lo previene en su auto, su fecha en dicho dia, mes y año dichos, se entregó en veinte y dos de dicho mes y año a los Srs. Marqueses de san Miguel de la Vega, Dn. Baltasar Pérez de Viveros, hermano de Joshep Pérez de Viveros, su hermano que de todo doy fe- Dn. Pedro Phelipe García Secretario y Notario Apostólico.
REAL PROVISIÓN
Dn. Phelipe por la gracia de Dios rey de Castilla, de León, de Aragón, de las dos Sicilia, de Jerusalén de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los agarbes de Algeciras, de Gibraltar, de las islas canarias, de las indias orientales y occidentales, y la tierra firme del mar océano, de archiduque de Austria, duque de Borgoña de Bramante y Milán. Con debe al Puig, de Flandes, de Tirol, y Barcelona. Señor De Vizcaya, de Molina etc. Reverendo en Cristo Obispo del obispado de la ciudad de Popayán y su distrito, salud y gracia, saber que habiendo recibido y en la sala de mi Real cámara, acuerdo de justicia de mi audiencia y chancillería real, que en este muy noble y muy leal ciudad de San Francisco de Quito, ante mi Presidente y Oidores de ella una mil real cédula que su tenor con el obedecimiento, respuesta del fiscal, y lo será proveído es como se sigue:
CÉDULA REAL
El rey; Presidente y Oidores de la real audiencia, de la ciudad de San Francisco, en la provincia de quito, en carta de veinte de noviembre de este año de mil setecientos y veinte, Remitó el Rvdo. Obispo de Popayán un testimonio de autos por donde parece haber ocurrido ante el Dn. Baltasar Carlos Pérez Viveros, y Dña. Dionisia Manrique su mujer haciendo relación de tener resuelto edición y fundar un monasterio de religiosas carmelitas descalzas en las casas propias de su morada, en aquella ciudad obligándose a edificar iglesias, y poner renta al capellán, hacer ornamentos, y todo lo demás necesario. Señalando a este fin diferentes fincas, y pidiendo me informase de ello, porque se concediese la licencia que se requieren y habiendo dado noticia de esta fundación al cabildo eclesiástico y religiones de aquella ciudad, aunque algunas de ellas respondieron no hallar embarazo, otras propusieron algunos perjuicios, expresado de hecho Rvdo, Obispo, que no obstante que ellos se podía conceder dicha licencia; visto en mi consejo de las indias con lo que dijo mi fiscal de él, y teniendo se presente lo que por la ley primera, libro primero, título tercero, está prevenido que debía preceder antes de concederse semejantes licencias para fundaciones de monasterios; eh resuelto (como os lo mando) me informa is con toda individualidad, y arreglando a la citada ley lo que sobre este punto se os ofreció, para que en vista de todo pueda tomar la resolución que tuviese al buen retiro .-A diez y ocho de marzo de mil setecientos y veinte años .-Yo el rey-por mandato del rey N. Sr .- Dn. Francisco de Arana – y al pie de la dicha cedula instante señales de rúbricas de las que se acostumbran ir hacia la cédulas reales y supremo consejo de indias.
OBEDECIMIENTO
En la ciudad de San Francisco de quito a diez y seis días del mes de setiembre de mil setecientos y veinte y dos años: estando en el real acuerdo de justicia los Srs. D. Santiago de Larraín, caballero de la orden de Santiago, del consejo de su majestad, Presidente, gobernador y Capitán General de esta provincia; Dr. D. Juan de Ricaurte, licenciados D. Simón de Rivera Aguado, Dn. Pedro Martínez de Arízala y D. Manuel Rubio de Arévalo Oidores y el Dr. D. Diego de Zárate, fiscal de dicha real audiencia, habiendo abierto el cajón remitido por su majestad, y en el la cedula real, de enfrente, lo cual obedecieron con todo acotamiento y veneración, poniéndola en sus cabezas como a vista de N. Rey y SR. (que D.G.), Aumentos de sus reinos y señoríos como la cristiandad ha menester, y en cuanto a su incumplimiento dijeron, se guarde, cumpla y ejecute y que en conformidad mandaron se de vista al Sr. Fiscal, y así lo proveyeron y rubricaron ante mí Dn. Pedro Tomás Sánchez Maldonado.

RESPUESTA FISCAL
Llmo. Y Rvdmo. Sr. El fiscal dice que desde luego se inclinaba su ánima aquí la ciudad de Popayán se funden monasterios de monjas carmelitas descalzas, por la cordial devoción que profesa a su Santa Fundadora, y precediendo las diligencias que debía arbitrable necesarios, procederá a hacer el informe que pide su majestad, para que cuanto antes se consiga la licencia para la fundación que no debemos prometía de su Sria. Benignidad; Quito y Febrero de Diez y siete de mil setecientos y veinte y tres años.- Dr. Zarate.-Dese el despacho necesario para que el Reverendo Obispo de la ciudad de Popayán ante el real acuerdo, procedan, sobre la fundación que se expresa en esta real cédula, y el cabildo secular.- Proveyeron y rubricaron el auto y decreto de su uso los Señores Presidente y yo Oidores de esta real audiencia, estando presentes en la sala del real acuerdo de justicia, de ellas, Dn. Santiago de Larraín caballero del orden de Santiago, Presidente, gobernador y Capitán General de esta provincia; licenciados Dn. Simón de Rivera; Dn. Pedro Martínez de Arízala; Dn. Manuel Rubio de Arévalo y Dn. Esteban Olano y Echeverría, Oidores, en Quito en diez y ocho días del mes de febrero de mil setecientos y veinte y tres años. Maldonado.
DETERMINACIÓN
Con cuya conformidad fue por los vicios ni Presidente Oidores acordado dar esta mi carta y provisión real y la dicha razón; yo lo he tenido volvieron por la cual luego y encargo, quisiéramos intimidad, hubo de que ella tenga noticia, en cualquier manera, veáis ni real cédula, y auto proveído en la dicha mi audiencia por los dichos ni Presidente y Oidores de ella, que aquí tan incierto, los cuales los guardeis, cumple y ejecutéis, en todo y por todo, según y cómo en ella y en dicho auto se conviene y declara, sino agregaba, ni pasar contra el en manera alguna por ninguna causa y razón que sea; lo cual hacía ley contra sin hacer otra cosa en contrario so pena de mi majestad.-Dada en la muy noble y muy leal ciudad de San Francisco de Quito el primero día del mes de marzo de mil setecientos y veinte y tres años.-Maldonado.
OBEDECIMIENTO DEL SR.OBISPO
El Llmo. Sr. Dr.Dn. Juan Gómez de frías, Obispo de esta diócesis, del consejo de su majestad, habiendo visto el contexto de la real provisión antecedente, tomándola en las manos con la solemnidad acostumbrada, la besó y puso sobre la corona, obedeciendo la como carta de Ntro. Rey y Sr. Natural (que. D. G. M. A.)- y en cuanto a su cumplimiento, dijo que esta pronto su Sia. Llma. Al dársele informes según lo previene su alteza, sobre la razones que háyase de congruencia, o inconveniente que tuviese su Sia. Llma, conocida y experimentadas, y lo firmó en Popayán a treinta y uno de Marzo de mil setecientos y Veinte y tres-Juan Obispo de Popayán.-Ante mí Dn. Pedro Phelipe García, secretario y el notario Apostólico.
En Popayán en treinta y uno de Marzo de mil setecientos y veinte y tres años, se despachó el informe contenido en el auto antecedente como lo Previene su Alteza en la Real Provisión contenida en dicho auto; el cual informe entregué dicho día mes y año al Sr. Capitán Dn. Alberto Matiz y Prado teniente de Gobernador y Justicia Mayor de esta dicha Ciudad –Cerrado y Sellado para que se le remitiese a su Alteza, en persona- de lo que doy fe.- Pedro Phelipe García Secretario y Notario Apostólico.
CÉDULA DE SU MAJESTAD
El Rey: Por cuanto por Dn. Balthasar Carlos de Viveros y Da. Dionhisia Manrique de San Miguel de la Vega, Vecinos de esta ciudad Popayán, se ocurrió ante el Rdo. Obispo de aquella Diócesis, expresando tener Resuelto erigir y fundar un Monasterio de Religiosas Carmelitas Descalzas en las casas propias de su Morada obligándose a edificar iglesia, imponer Renta al capellán, hacer ornamentos y todo lo demás necesario; Señalando a este fin diferentes fincas que supone llegará su valor a Setenta mil patacones, pidiéndole me informase para que le diese Licencia para ello; Con Cuyo motivo se formaron autos por dicho R. obispo y los Remitió con fecha de veinte de Noviembre de este año setecientos veinte, con otras dos cartas del Gobernador, Cabildo Secular de Popayán sobre el mismo punto, de Cuyos autos resultaba haberse dado noticia de esta fundación al Cabildo Eclesiástico y Conventos de aquella Ciudad, y respondido todos no Causarles perjuicio, sino ser conveniente su fábrica, excepto las Religiosas Agustinas que la Contradijeron suponiendo se pondrían sus Rentas de peor Calidad, porque con los nuevos censos que se habrían de imponer se Gravarían las fincas y fundándose en las casas de dichos Marqueses que se hallan contiguas a su Convento, sin que hubiese más que la calle de por medio, se les quitaría la luz de su iglesia y de su coro, además de que no tendrían la asistencia espiritual de operarios, porque se dividirían los que habían; y los PP. Dominicos ponderaron el perjuicio que padecerían con la nueva imposición de Censo, y ser de mal temple aquel País por una estrechez de Regla como la de las Carmelitas descalzas por la Humedad. Vientos y Serenos, y falta de alimentos; Pero sin embargo de lo Referido, dicho obispo informó favorablemente sobre esta fundación, y lo mismo hicieron el Gobernador y Cabildo Secular, añadiendo éste, las razones en que se fundaba la Contradicción, no solo eran de poco fundamento, sino que sería muy del Servicio de Dios y de utilidad de la República. Conceder dicha Licencia; Y aunque se consideró los insustancial de los motivos de la Contradicción porque el miedo de que se Gravarían las fincas era despreciable por no deberse creer que los fundadores buscases fincas de mala calidad, para Imponer los nuevos Censos, y si se impusiesen sobre fincas en que tuviesen censo, los contradictores deben reconocer que se les imponen mas censos por ser fincas de buena calidad; y en cuanto a que se les quitaría las luces, se salvaría País, pues la experiencia mostraba que no habían servido de embarazo los fríos, ni los Calores, en Sumo grado, humedades, ni Vientos a semejantes fundaciones de esta Región como los había en aquellos y otros Reinos, cuya Regla era una continua Mortificación, que abrazaba otras mayores incomodidades que las del temple de la tierra. Aunque fuese cierto, que no podría serlo según su Situación; No obstante se mandó informasen sobre este punto a la Audiencia de Quito y Gobernador de Popayán, como lo han hecho participando a dicha Audiencia en carta de cuatro de Mayo de este año próximo pasado, que teniendo presente lo dispuesto por la Ley Primera, Título Tercero, libro primero de la Recopilación y habiendo pedido informe al ordinario eclesiástico y Cabildo Secular de dicha Ciudad de Popayán, Considera que esta fundación es muy útil y conveniente. Pues aunque hay en ellas un Convento de Dominicas, se halla aquel Pueblo bastante aumentado hay en toda la Provincia muchos Vecinos que desean acomodar de una vez sus hijas en la Regla de Santa Teresa, de la cual se han seguido grandes provechos espirituales, a todas aquellas Provincias, y a la misma Ciudad de Quito, donde hay dos Conventos de la misma Religión, ponderado que por todo lo Referido es muy digna esta fundación de mi Real Permiso; Y dicho Gobernador de Popayán expresa que no duda que Cumplirán dichos Marqueses con lo que tienen prometido para la fundación por hallarse sin hijos, y tener cuantioso Caudal en moneda, y fincas raíces, y que de ellas se seguirá gran Servicio de Dios, y ningún inconveniente por que la ciudad se va aumentando de Gente y edificios, por ser sus Pobladores Mineros, de forma que se espera llegue a ser Ciudad Populosa; y siendo los Conventos de Religiosas , santos sobresalen los de Carmelitas Descalzas, que se hallan en las ciudades de Santa Fe, Cartagena y Quito, llevándose su virtud el afecto y amor de aquellos Naturales, tanto que por faltar para entrar las que lo pretenden, se hallan muchas Doncellas Nobles en dicha Ciudad de Popayán, y en las de Pasto, Cali, Buga, Anserma, Toro, Cartago, La Plata y Neiba con el desconsuelo de no poder conseguir el Retiro Religioso de Carmelitas Descalzas, concluyendo que tiene por vital que se funde el que pretenden dichos Marqueses, con fincas de sus casas y tiendas de las cuatro cuadras a que se añade que en cartas de Diez y Catorce de enero de dicho año de setecientos veinte y tres, han suplicado los Cabildos Seculares de las Ciudades de Buga y Cali se les Conceda la expresada Licencia porque Reconocen Resultará su fundación en Servicio de Dios, por las Muchas mujeres de virtud que en aquellas Provincias se incluyan a ser Carmelitas Descalzas, y ser los Conventos más cercanos los de la ciudad de Quito y Santa Fe, que distan más de ciento ochenta leguas; Visto en mi Consejo de las indias con lo que al fiscal de él se le ofreció, y Consultándome sobre ello, atendiendo a que para esta fundación han precedido las Circunstancias e informes que previenen las Leyes, y Resultar de ellos el poco fundamento de la Contradicción, que a ella se hizo , y no seguirse inconvenientemente, sino antes bien, utilidad a los Naturales de aquella Provincia, por el afecto que tiene a dicha Religión, y no haber en tanta distancia Convento alguno: E resuelto conceder ( como en virtud de Presente Concedo) Licencia a los Referidos Marqueses de San Miguel de la Vega, para la fundación de dicho Convento de Carmelitas Descalzas en la Ciudad de Popayán; Con la calidad de que con intervención del R. Obispo y Gobernador de aquella Ciudad, aseguren primero dichos Marqueses lo que ofrecieron y fuere Necesario para su permanencia; Por tanto mando al Virrey del Perú, al Presidente y oidores de la Real Audiencia de la Ciudad de San Francisco de Quito, al Gobernador de la Referida Ciudad de Popayán, y a todos los demás Ministros, gobernadores y Justicias mías; Y ruego y encargo al dicho R. obispo de Popayán, que cada uno en la parte que respectivamente le tocare, Guarden y Cumplan precisamente lo que viene expresado sin que se experimente falta ni omisión, algunadando el auxilio y orden que fuesen convenientes a su preciso cumplimiento;- Dada en Aranjués a tres de Junio de mil setecientos veinte y cuatro-. Yo el Rey por mandato del Rey N. Sr. Dn. Francisco de Arana.

ESCRITURA Y OBLIGACIÓN DE LA SRA. MARQUESA

En la ciudad de Popayán a catorce de Marzo de mil setecientos veinte y nueve años ante mí el Sr. Notario de su Majestad, y público de número de ella, y testigo apareció presente la Sra. Marquesa Da. Dionhisia Manrique y Camberos Viuda, Albacea y heredera del Sr. Marqués de San Miguel de la Vega, Difunto, vecino de esta dicha Ciudad, a quien doy fe que conozco, y Digo que entre dicho Sr. Marqués, su Marido que fue y la Sra. Otorgantes llevados del deseo que han tenido, en el mayor Servicio de Dios N. Sr y que su santo nombre fuese ensalzado y alabado, habían Resuelto fundar y erigir en esta cuidad un Monasterio de Religiosas Carmelitas descalzas, en la casa de la Morada de sus Señorías, en las cuatro cuadras en contorno, con los cuatro solares enteros, en que están edificadas con todo su menaje; Edificar Iglesia con ornamentos competentes, Dotación de la lámpara y del capellán, con imposición para éste de ocho mil patacones de plata y en casa en que había de vivir, en las dichas cuatro cuadras, dedicándolo todo al servicio de dicho Convento y su fundación, hasta en cantidad de Setenta mil patacones de ocho reales, como todo consta de Autos; Con cuya virtud su Majestad (Que Dios G.) por su Real Cédula, su fecha de Aranjués a trece de Junio del año mil setecientos Veinte y cuatro. Concedió licencia s sus Srías. Para fundar dicho Convento de Religiosas Carmelitas en esta Ciudad; Y porque la Sra. Otorgante desea se consiga tan buen fin, otorga por la presente; Que obliga la Cantidad de los dichos setenta mil patacones de a ocho reales para la fundación de dicho Convento, entrando el ellos ocho mil patacones de principal, para que con sus Réditos que son cuatrocientos patacones se mantenga el capellán de dicho Monasterio, y con mas, casa de Vivienda que la señala y es una baja y alta que está en frente de la potería del Convento de Religiosas de Ntra. Sra. De la Encarnación de esta dicha Ciudad; Cuya Cantidad de los setenta mil patacones, los larga y señala en las dichas Casas altas y bajas, con los cuatro solares en que están edificadas, y las que actualmente están edificándose (exceptuando mientras durasen sus días) una casa alta y baja que está edificando para vivir en ella, porque después de los días de su Sría. ha de recaer todo en dicho Convento y fundación; Como señala también todo menaje que tienen dichas casas, de cuadros, espejos, Plata labrada y Joyas hasta el cumplimiento de los dichos Referidos setenta mil patacones para la fundación de dicho Convento; Y si no alcanzare con lo Referido, los demás sus bienes que son bastantes, por que darles otros con que mantenerse, según su Calidad y Redimir los censos que sobre dichas casas tienen que son nueve mil patacones de a real de diferentes Capellanías y Comunidades; Y desde hoy en adelante se obliga su Sría. A los dichos setenta mil patacones de la dicha fundación, en los bienes aquí expresados, y con los demás que tiene y tuviere, obligándose a sí mismo a no revocar en tiempo alguno por haber sido desde antes de ahora de su Sría. Y de dicho Sr. Marqués, y del Servicio de Dios Ntro Sr. y quiere y consiente que de esta obligación se saquen los tantos necesarios para que los Srs. Jueses, el cabildo eclesiástico ejecuten su contenido y obligación a su Sría. A que lo cumpla así; Todo lo cual se obliga a cumplir y ejecutar con todos sus bienes y rentas que tiene, y tuviere, y dio poder a los Srs. Jueces que le sean Competentes ya que de dicha causa debían conocer, paraqué se apremien a su Cumplimiento en todo Vigor de derecho y Vía ejecutoria, como por contrato y sentencia pasados, en autoridad de cosa juzgada, consentida y no apelada, sobre que renuncia todas las Leyes, fueros, derechos y privilegios que sea de su favor (Ley citada) Domicilio y Vecindad general del derecho que lo prohíbe, para ser apremiada a su Cumplimiento en cuyo Testimonio así lo dijo, otorgó y firmó Siendo testigos D. Eusevio Fernandez de la Cruz , Joseph del Campo, y Agustín de Velasco, Vecinos y Residentes en esta Ciudad-DA, Dionisia Manriquez antemí Joseph de Andrade.
PETICION DE LA SRA. MARQUEZA
Srs. Vile Deán y Cavildo: Dionisia Manrique Vacina desta ciudad de Popayán, Biuda del Marques de San Miguel de la Vega , su alvazea y heredere, como mas aya lugar en derecho ante VSis paresco y Digo que el dicho mi Marido y yo, hallánddonos sin hijos, y deseosos de emplear nuestros Vienes y Caudales en lo qye fuere mas del agrado de Dios, pedimos al Rei Ntro. Sr. Licencia para fundar a nuestra costa, un Convento de Religiosas Carmelitas descalzas, en las mismas Casas de nuestra Morada obligándonos a edificar iglesia, hornamentos, imponer Renta de ocho mil patacanes para el Capellán, darle cassa en que viva, y concurrir en todo lodemas Necesario, Señalando para que están en contorno de la que largamos para Convento; y obligándonos a sanear hasta Setenta mill patacones; Porlo visto se sirvió su Majestad Conceder la Licencia en calidad de que con intervención de Sr. Obispo desta Ciudad asegurásemos primero lo que ofrecimos y fuere necesario para la permanencia de dicho Convento, Como mas latamente consta todo de la Real Zedula que presento con la Solemnidad necesaria; Y porque pretendo Ver emmis días tan santo yntento, llevando adevida execusión lo ofrecido emnombre de ambos, me obligo (como lo hisimos ante el ilmo. Sr. Obispo Dr. Dn. Juan Gomez de frias en el año de mil setecientos y Veinte, y en la misma conformidad que consta por Ntro. escripto a fojas 8 en los que autos sobre esta Razón) y ofrezco hacer escriptura entoda forma, obligándome a lo dicho, con Distincion de fincas y Todas Claridad, pues ymporta los vienes de ambos mas de ciento y cinquenta mil patacones en buenas Haciendas y Minas laboradas, para el seguro de los Setenta mil patacones ofrecidos entrando las Cassas edificadas y que actualmente se stán levantndo como le consta a VSia… pues está todo de minifiesto como el que sobre dichos Vienes, notengo mas carga quela de Nebe mil patacones de Censo; y assí mismo el que están reunidos muchos adornos para la Yglesia, comosin Cálices, Urnas, ceras, incesario, Palio, Mallas de plata, Misales conlo demás de omenage de mi Casa,que está dedicado para hella, y se proseguirá en todo conforme; Principalmente cuando lleguen las fundoras, para loque suplico a Vsia, quen Vista de lo Representado, y por loque demanda la Materia se sirva de pedirlas al Umo. Sr. Prelado del Arzobispado, de santa fee, mandando también se escriba carta ala Madre Priora y religiosas de dicha ciudad, haciendo lo suplica de que las concedan queyo demiparte estoy prompta a concurrir con todo el gasto Necesario para su Conduccion, y lade los Sacerdotes que vayan y vengan con hellas, y está prompta a la Casa que tengo ofrecida para entregarla assi que lleguen, y para que repartan las piezas de hella en Zeldas ydemas Oficinas de Comunidad; es conveniente que ellas mismas asu gusto las repartan, Señalando el sitio para la iglesia que ede edificar, según lo que les pareciere mas Cómodo, para lo qual tengo recogido el Material competente, y prevenido los peones Necesarios faltando sólo el que VSia, preste su Consentimiento y aprobación, que suplico se sirva de Proveher según y cómo llevo pedido, que enhello mirará por la causa de Dios, por la puedad y por la Justicia que pido, yen lo necesario etc. Da. Dionisia Manrique- Porotrosí Digo que para atajar que quiera Reparo que pueda embarazar mi pretensión y haviendo logrado tiempo de poderla otorgar, hago presentación a VSia dela escriptura de obligación que tengo ofrecida enel testimonio adjunto para que Corra desde luego quese Verifique la llegada de las fundadoras a esta ciudad, que es hecho y Visto-ut supra- Pido Justicia a Vsia. Da.Dionisia Manrique
DECRETO
Por presentada con el Testimonio dela escriptura quea esta parte Refiere, y Real Zedula original, que Rezevida conel acatamiento en este cavildo, destocados y puestos empie cada uno de sus individuos la puso sobre su cabeza, Venerándola como ala Carta del Rei su Sr. que visto todo conel escripto de fojas 8: de los Autos sobre este asumpto otorgados ante el Ilmo. Sr. Dr. Dn. Juan Gómez de frías, Dignísimo obispo que fue deste Obispado, quien tubo por suficientes las fincas que el Marqués de San Miguel de la Vega (ya difunto) ofreció. Conesta parte de su Muger para el Seguro de la fundación quese pretende, yen su virtud ynformó a si Majestad, Conociendo también este Cavildo, la Realidad detodo, Dijo: que aprueba e ynterpone su Consentimiento. Según loque por dicha Real Cedula se preveniese, ymanda se despache Carta suplicatoria, de Ruego y encargo al Ilmo.Sr. Prelado del Arzobispado de Santa Fe, paraque sirva Concurriendo a tan santa obra, de asignar,dar licencia y mandar ala Prelada del Convento de Religiosas Carmelitas descalzas desa Ciudad, paraque asigne las Religiosas Necesarias que según serequieren en Semejantes fundaciones; y hecho queasi sea se sirva su Ilma, de mandarnos havisar del tiempo en que Resuelven salir, para Remitir de aquí los Sacerdotes de Satisfacción quelas han de Conducir a costa desta parte; Y para lo que mira a las Religiosas, Ntro. provisot escriba la Carta quese pide- así lo Proveyó. Mandó y firmó este Cavildo em Popayán a Catorce de marzo de mil y Setecientos veinte y Nuebe años- Dr. Dn. Miguel del Castillo- Dr. Dn. Carlos de Arboleda Salazar-Dr. Dn. Francisco Xavier Torisano- Antemí Dionisio Rodríguez, Secretario del Cavildo.

CARTA DEL PROVISOR DE SANTA FE
AL PROVISOR DE POPAYAN
Sr. Dr. Dn. Francisco Xavier Torisano:
Gustoso escrivo a Vsia. Por considerar quen este transporte delas Religiosas Carmelitas descalzas enesta Ciudad, deuqe le repito los Prásemes, deobra tan del Sercicio de Dios N. Sr. y lustre de esa República, que tamaño Vien ba en tiempo deque Vsia. Gobierna enlo espiritual, yle aseguro queno ha podido avreviarse en el transporte destas Sras… pues mis deseos hansido lo executasen quanto antes, pero el tener la Elección de Priora ymmenita, las Retardo, yotros embarazos que trae consigo el dilatado Visaje, y personas de la esfera destas Religiosas las que salen mui gustosas por yr dedicadas a empres tan útil, aunque con el descuello que puede considerarse de dejar su quietud y Convento; No dudo serán de gran edificación, yque seharán una fundación muy útil y arreglada a las constituciones ydisciplina Regular quees elmi único fin aque devmos apoiar; Yo deseio logre VS. Perfecta Salud, yque en quantas ocasiones se ofrezcan, de su Servicio, me las participe, para emplearme enel con las veras de mi afecto – Ntro. SR. G. a VS. m. a) santa fee y Agosto veinte y cinco demill setecientos y Veinte y Nuebe Besa sus manos sumasfino estimado y seguro Capellán.- Dr. D. Nicolás Xavier de Basorda Larrazaval
AUTO
Santa fee y Abril Veinte y quatro de mill setecientos y Veite y nueve: Visto el ruego y encargo antecedete ya atenuó que su contesto Zede en servicio de Dios Ntro. Sr. y bien de las familias de la Provincia de Popayán, la nueva fundación que se yntenta executar, yque para ella sea conseguido, según se anuncia, Lizencia de su Majestad, ysea executado todo lo Conveniente al logro de la fundación, para proveer alo quese propone, loque aya lugar: le hago saber su contesto a la Reverencia M. Priora deste Convento del Carmen deste Ciudad paraque Juntas las religiosas deel, en comunidad les dé noticia y haga Notoria la Pretensión, afin deque seasignen las Religiosas que ubieren de yr a perfeccionar la fundación, ydicho ynforme alas que se deducan atan santo fin. El tiempo en que se podrán salir desta ciudad, ñoque Ncesitan para su deceute Biatico ylomas quese ofreciere;en esta razón con cuya vista Reserva su Majestad expedir la licencia que se propone dar las providencias anexas ael yntento; assi lo mandó y firmó el Sr. Dr. Dn. Nicolás Xavier de Barasorda Canonigo de esta Santa Iglesia, Juez, oficial Provisor y Vicario General de este Arzobispado en santa fee a vente y cuatro de Abril de mil setecientos vente y nueve años. Dr. Dn. Nicolas Xavier de Barazorda Larrava-ful presidente Dn. Francisco Guevara Notario.
CONTESTACION AL AUTO
Sr. Provisor y Vicario General: Maria Rosa de San Joseph. Priora actual del Convento de esta ciudad de Nuestro Patron Sr. San Joseph de Carmelitas descalzas de esta Corte. En cumplimiento obedencial al auto provehido po Vs. En veinte y cuatro de Abril de este presente año de mil setecientos vente y nueve en que se sirve mandar que Juntando a la comunidad a las religiosas de este convento, informarle a las que se dedican al santo finde ir a perfeccionar la fundación de Carmelitas que funda en Popayan la Sra. Maquesa Dña. Dionisia Manrique con Licencia de su Magestad y demás prerrequisitos; y que asi mismo informe el tiempo en que podransalir a esta ciudad, y lo que se necesita para su decente Viatico. Con lo demás que se les ofreciere; digo que en vista del dicho auto, lo que se me ofrece represental a Vs. Esel que las Religiosas que se hallan tocadas para tan gloriosa empresa son la Madre Rosaura de la Stma. Trinidad, Feliciana de Sn. Diego, Brijida Gertudris de Gesus Maria y Joseph, Thomasa de San Raphael y Francisca delNiño Gesus y por lo que toca al tiempo en que an de Salir de esta Ciudad se hace Juicio según los Practicos, en que sea por mediado Julio, poco mas en que se coja el verano; por lo que mira al decente Viatico de las Religiosas que an de ir se a de estar al prudente juicio del apoderado para este efecto por parte de dicha Sra. Fundadora y es Dn. Apolinar de la Lechuga, quien según la experiencia que asiste de caminatas, se a hecho cargo de las personas que han de ir y demás circunstancias y asistirá con lo necesario, siendo de nuestra incunvencia, el avisar de las menudencias que se fueren advirtiendo para la decencia, con lo que nos pareciere ser Especial, de que no se puede tener noticia ni conocimiento en las que demás vulgares caminatas; en vista de lo cual provehera VS. A lo que tuviere por mas conveniente a este asunto y servicio de Dios –Santa Fee y Mayo cinco de mil setecientos veintinueve años.- Maria Rosa de San Joseph, Priora.
AUTO
Vista esta representación enforme atento a la instancioa que pide la Mayoria y lo que Zede en Servicio de Dion N. Sr. La nueva fundación que se pretende y que para tan santo fin sean dedicado las religiosas que se enuncia en el informe de la M. R. M. Priora; atento a ello se concede licencia a las dichas religiosas para que puedan salir de la clausura en que se hallan, y ser conducidas a la ciudad de Popayan, al fin de su destino y nuva fundación, darles las gracias por el tanto zelo con el que se an dedicado; Y para que continúen su viaje debajo obediencia, se nombra por Superiora y Prelada de dichas religiosas fundadoras a la M. R. M. Rosaura de la Santisimca Trinidad a quien se confiera la facultad en derecho necesario y atento a que han venido a esta Ciudad. A efecto de conducir a estas religiosas a la de Popayan los Drs. Dn Francisco Gomez y don Francisco de Medina Presviteros por ser personas de la santisfaccion y confianza del Señor Juez hordinario eclesiástico de aquella diócesis se les encarga la guardia y custodia de las dichas religiosas para que con su asistencia sean llevadas con aquel respeto y veneración devidas a sus personas y estado religioso; Y asi mismo les nombra por vicario y juez para que estén a sus ordenes en lo que ocurriere all dicho Dn. Francisco Gomez y po enfermedad de este u otro fortuito contingente al referido Dn. Francisco de Medina con la facultad en derecho necesaria; ya uno y otro sin limitación alguna y la de que puedan predicar el santo Evangelio y solo les reserva en la administración del santo Sacramento de la penitencia la abolucion de Casos Reservados; y Respondase al Sr. Provisor y Vicario General de aquel Obispado dándose Testimonio de este Auto; por lo que asi lo proveyó mando y firmo el Sr. Dr. Dn. Nicolas Xavier de de Barasoroa Larravazel Cannonigo de esta santa Iglesia Catedral Catedriatico en Sagrados Canones y Juez oficial Provisor y Vicario General de este arzobispado y de este reino del consejo de su majestad en Santa Fee a venticinco de Agosto de mil setecientos veintinueve años; Dr. Dn Nicolas Xavier de Barasoroa Larravaza .- Fui presente. Dn. Francisco Veles de Guevara, Notario Municipal.
PRESENTACION DE LAS MADRES CARMELITAS ANTE EL VENERABLE DEAN Y CAVILDO EN 19 DE OCTUBRE DE 1729 AÑOS
Muy ilustes señores Venerable Dean y CAvildo: Rosaura Thomasa de la Santisima Trinidad y las demás religiosas de Nuestra Señora del Carmen del convento de las religiosas de la ciudad de Santa Fee, del nuevo reino de Granada; postradas con la humildad devida decimos que habiéndose despachadoa dicho convento una cedua y obligación de la Sra Marquesa para la erección y fundación de un convento de religiosas en esta Ciudad de Ntra. Sra. Del Carmen paraque dicho convento se nombraren religiosas que viniesen a la fundación de el en esta ciudad cuyos instrumentos se remitieron a la ciudad de Merida (o Cripta) por el Ntro. Provisor de dicha ciudad al Hmo. Sr. Ntro. Arzobispo de la ciudad de santa fee en donde se tenia noticia s hallaba su Sria. Llma. Para que obiese razón de su Resolucion. Ignorándolo para dicha fundación de nuestra venida; el Sr. Ntro. Provisor de dicha ciudad con el consentimiento de Na. Madre Priora para nuestro trasporte a esta ciudad, Provisor de esta ciudad en donde habiendo llegado con el fervor deseado para dicha fundación fuimos resividas por Usias y presente el ilustre Cavildo Secular y Rendido la obediencia de súbditas humildes de Ntro. Señor y reconocido por superiores se nos consedio Licencia para nombrar Priora nombrándome a mi la dicha Rosaura Thomasa de la Stma. Trinidad y que se perfeccione nuestro convento, Suplicamos a V. Ss. Se sirviera con el zelo acostumbrado dar la Exactas providencias que convengan para la mas breve y eficaz fundación, mediante lo cual: A. V. Ssrs. Pedimos y suplicamos que en vista de nuestra Representacion se sirva de hacer en todo lo mas conveniente a nuestra fundación pedimos justicia y en lo necesario etc. Rosaura Thomasa de la Sma. Trinidad, clavaria Thomasa josepha de San Raphael, Clavaria.
PROVISION
Por presentada y en atención aser cierto todo lo que se refiere a las Madres Carmelitas descalzas, se declaran por lejitimas fundadoras, confirmando a la M. Rosaura Thomasa dela Sma. Trinidad por Priora y legitima Prelada; Y para que se pase con toda prontitud a lo que sse refiere en semejantes fundaciones, asi lo proveyó, mando y firmo Usia Venerable Dean y Cavildo, Gobernador de este Obispado por el Ilmo. Sr. Dr. Dn.Manuel Antonio Gomez de Ulloa electo obispo del por ante mi el imfrascripto secretario de Cavildo en Popayan a diecinueve de Octubre de mil cetecientod veinte y nueve años.- Dr. Dn. Miguel del Castillo – Dr. Dn. Carlos Arboleda Salazar – Dr. Dn. Francisco Xavier Torsano – Ante mí Dionisio Rodríguez Secretario del Cavildo.
AUTO
En la ciudad de Popayán a veinte de Octubre de mil setecientos veinte y nueve años, el Sr. Ntro. Dr. Dn. Francisco Xavier Torisano Tesorero de esta Santa Iglesia Catedral, Examinador Sinodal, Provisor, y Vicario General de este Obispado, habiendo Visto el Auto desuso, y la Comisión amplia que por el se le da a su Sía. Dijo que la acepta y aceptó; y en su Consecuencia debía mandar y Mandó. Que se ponga original en los autos de erección, la carta que se Refiere escrita a su Majestad por el Sr. Ntro, Provisor y Vicario General de la Ciudad santa fe; y porque se a entendido que el Dr. Dn. Francisco Gómez Constantino, tiene cierto instrumento en que consta de la Esencia Jurídica de dicho Sr. Provisor, pidiéndoselo se acumulara también Juntamente con certificación del Sr. Notario Rodríguez, en que diga de lo que pasó en su presencia acerca de la Entrega de la casa y llaves que hizo la Sra. Marquesa, y posesión que se dio a las Madres Carmelitas descalzas el día Catorce de este presente mes de Octubre; Y así se le Notificará a la dicha Sra. Marquesa haga nombramiento en forma capellán con aprobación y consentimiento de la R. M. Priora, Rosaura Tomasa de la Sma. Trinidad sin pedir Canónica Institución arreglándose sobre este punto a lo dispuesto en sus Sagradas Constituciones.
Y porque es de Razón que el dicho Nuevo Convento, tenga libro Magistral en que se Asienten todas las cosas de Entidad que se fuesen ofreciendo en orden a esta nuestra fundación, se le Notificará a la dicha M. Priora, que así lo haga, y en el se asiente por testimonio la Posesión dicha, el recibimiento, la Cedula Real de Licencia queda su Majestad, la Escritura de obligación que hizo la dicha _Sra. Marquesa, el pedimento de fundadoras que hizo el Vble. Cabildo al Sr. Metropolitano y lo últimamente determinado en el Auto desuso; así lo Proveyó, mandó y firmó. – Dr. Dn. Francisco Xavier Torisano- Ante mí Tomas Rodríguez Molano, Notario.
NOTIFICACION
En la ciudad de Popayán en dicho día, mes, año, yo el notario notifique el decreto desuso a la señora. Marquesa Da. Dionisia Pérez Manrique quien lo oyó; D y fe – Molano- otra Notificación.- en Popayán dicho locutorio del convento de religiosas carmelitas, hice saber los autos antecedentes a la Madre Priora Rosaura Tomasa de la Sma. Trinidad, estando presente Brígida Gertrudis de Jesús María por estar las demás religiosas enfermas y no poder comparecer; doy fe Molano.

CERTIFICACIÓN DEL SECRETARIO DE POPAYAN
Yo Joseph de Andrada, vecino de esta ciudad de Popayán, secretario de su Majestad, y público, de número de he la por mandato del Rey Ntro. Sr.; Certifico en la manera que puedo a los Srs. que la presente vieren, y doy fe que en el día catorce del corriente mes de octubre me halle presente a la entrada que hicieron a esta ciudad las religiosas Carmelitas descalzas que vienen de la ciudad de Santa Fe a fundar su convento en esta; que son la Madre Rosaura Tomasa de la Sma. Trinidad Priora; la madre Feliciana de San Diego; la Madre Brígida Gertrudis de Jesús, María y Jospeh; la Madre Tomasa de San Rafael; y Rosa de San Joaquín Novicia; y estas religiosas habiendo llegado a la puerta regular de su convento que les tienen destinado y estando allí en dicha puerta regular de su convento q les tienen destinada y estando allí en dicha puerta esperándoles la Sra. Marquesa Da. Dionisia Pérez Manrique y en concurso de los dos Cabildos Secular y Eclesiástico y de mucha parte de la gente principal, Eclesiástica y Secular que habían concurrido al recibimiento de dichas religiosas, y estando como dicho es, en dicha Puerta Regular; y yo dicho Srio. Y notario presente la dicha Sra. Marquesa entregó las llaves de toda la casa de dicha Puerta Regular y de la capilla prevenida, a la dicha Madre Priora, Rosaura Tomasa de la Sma. Trinidad, en cuya virtud, dichas Madres mandaron saliese toda la gente que estaba adentro de dicho convento y casa y el Sr. Dr Dn. Francisco Xavier Torizano, tesorero de esta Santa Iglesia Catedral, Provisor Vicario General de este Obispado, les dio posesión de todo; y las dichas Madres cerraron su Puerta Regular, y quedaron en Clausura; y la dicha Sra. Marquesa se fue a la Casa que tenía prevenida para su morada; y de requerimiento verbal que me hizo el Sr. Provisor y Vicario General. Doy la presente en Popayán a veinte de octubre de mil setecientos veintinueve años.- Joseph de Andrada Srio. Real – concuerda al traslado con los autos originales que quedan en este archivo, ser los cuales se corrigió y concertó lo cierto y verdadero a que me remito, y para que conste del mandato verbal del Sr. Provisor y Vicario General, doy el presente signo (una cruz) y firmo en Popayán a primero de diciembre de mil setecientos veintinueve años –Encomendado por su Majestad a quien besó sus manos. Y en testimonio de verdad firmo- Tomas Rodríguez Molano, Notario.
Aquí termina todo lo relativo a la fundación del Monasterio de MM. Carmelitas en Popayán. Otros documentos de mayor importancia no existen, sino solamente un reclamo que hace la M. Priora a la Sda. Congregación de Obispos Regulares, acerca de la provisión de capellanes. Dice así <<Emos. y Rvdmos. Señores: Sor Tomasa Josefa de San Rafael, Priora del Convento de Carmelitas Descalzas de la ciudad de Popayán, sujetas al Ordinario de dicha ciudad, en las Indias, peticionaria humilde de VV. EE. con el debido obsequio expone: que hallándose algunas capellanías erigidas en dicho convento, y los capellanes de las mismas capellanías, dum pro tempore vacant, de dicho convento según las Constituciones de dicha Orden y fundación de dicha capellanía, quedando solamente a los Obispos la sola aprobación de la nómina de los capellanes; y sucediendo que los obispos presentan a algunas de las dichas capellanías contra la constitución y fundación susodicha. Por tanto, a efecto, que dichos Obispos en adelante no puedan innovar cosa ninguna cerca a la presentación y fundación de dichas capellanías, suplica humildemente a VV. EE. Para que ordene a dichos Obispos no puedan presentar ni ingerirse en dichas capellanías y consiguiente se guarden las Constituciones de dicha Orden y dichas fundaciones, exceptuando la aprobación.>>
CONTESTACIÓN
La Sagrada Congregación de Emos. y Rvdnos. Cardenales de la Sta. Romana Iglesia formada para determinar los asuntos y consultas de Obispos Regulares, en atención a lo expuesto y al dictamen del Emmo. Belluga (Obispo de Cartagena de Murcia en España) juzgó que se había de responder como respondió <<Guárdense y cúmplanse las constituciones.>> Roma, 23 de Noviembre de 1742.
CARLOS CARDENAL DE HIERONIMIS
Fin de la primera parte
II
Viendo las Religiosas que no podían vivir en comunidad porque el Gobierno las arrojo de su Monasterio incauto sus bienes privándolas de los elementos indispensables para la subsistencia resolvieron emigrar al Ecuado.En el año 1864 emprendieron el viaje con la consiguiente pesadumbre en el alma, por verse obligadas a abandonar su amada patria. No hay sentimiento más vivo y profundo que el amor al suelo en que nacimos. Cómo el árbol se agarra con sus raíces fuertemente al suelo en que ha brotado así está unida nuestra existencia a la patria de tal modo que a ella pertenecen nuestros ensueños, nuestras esperanzas, nuestros amores, nuestra misma vida. Y no sin razón.
En la patria están el sepulcro de seres queridos, el hogar en que nacimos, los Hermanos, los amigos, todo aquel conjunto de alegrías y tristezas todos los recuerdos más gratos y tiernos para nuestro corazón. Nos parece que el clima, los ríos, las montañas, el cielo de la patria es el único templo donde arde el fuego de nuestro espíritu. Este amor es tanto más grande y fuerte, cuando más el alma posee delicados y levantados sentimientos. El alama religiosa por lo mismo que tiene como objeto de su amor a Dios, es la que ama con más verdadera ternura a su patria, pues si busca una vida humilde, su propio perfeccionamiento espiritual es porque anhela adornar las sienes de la patria con la corona de sus virtudes y de una vida inmaculada ¿Cuál pues lo sería el dolor de las Religiosas al dejar su amada patria? No pudiendo contener dentro de su pecho tan amarga pena, manifiestan su indignación contra el Gobierno que las obliga abandonarlo y con la entereza propia de las almas grandes protestan contra tan inicuo y cruel atentado, y se despiden de la amada patria para no regresar a su seno……..
Las RR.MM. Carmelitas al ser exclaustradas de su Convento de Popayán se despidieron de su patria y de su amado retiro, con la siguiente Protesta:
<<Al dejar el país natal, la patria nuestra y el convento en el que hemos vivido tantos años de vida religiosa y tranquila, y la Iglesia en la cual hicimos los votos que nos ligaron a Dios, y a la cual íbamos diariamente a derramar nuestras almas en la presencia del señor, natural es creer que nos han decidido a hacerlo, motivos bien graves, superiores a los motivos humanos, porque las tímidas Esposas del Señor, que bienes temporales pueden ir a buscar a país extranjeros, en las cas de nuestras hermanas en las que seremos admitidas por caridad ¿Qué hay en el mundo que pudiera darnos valor para emprender un viaje largo, penoso, lleno de peligros, a nosotras, ancianas muchas, y todas sin experiencia del mundo y solamente acostumbradas de retiro y soledad? So9lamente quien no conoce el corazón humano podrá atribuirnos otro motivo, que el de conservar el voto que hicimos, cuando dejamos hogar y familia, para vivir como Monjas del Monasterio de Nuestra Sra. Del Carmen.
La Ley del 23 de Abril sobre policía en materia de cultos, disolvió las comunidades religiosas, y en su cumplimiento fuimos exclaustradas, arrojadas de nuestra propia casa, privadas aun de muchas cosas necesarias, y obligadas a vivir en una casa en la que no podíamos encontrar la disposición material, tan necesaria para vivir conforme a nuestra regla, y aun en esta misma casa podemos tener seguridad de que otra ley no nos sacara de ella, y nos separara las unas de las otras y acabara la Orden Religiosa para nosotras ¿Qué hombre del mundo no busca y quiere tranquilidad para los últimos días de su vida? Nosotros creemos y así lo confesamos, y Dios mediante así lo cumpliremos, que los botos que hicimos, ningún gobierno, ninguna ley puede regarlos, ni anularlos y que donde quiera que estemos somos monjas obligadas a cumplirlos. Aceptar pues la exclaustración, vivir sin poder cumplir las prescripciones de nuestra Religión, convenir en no tener Noviciado, cuando tan graves males podemos evitarlos, dejando la patria como ya fuimos obligadas a dejar el convento, ese asilo querido de nuestros más tiernos y religiosa afectos serian apostatar y ser infieles a Dios Señor Nuestro, y olvidar la vida eterna preferible a toda razón humana. Por esto decimos adiós a nuestra morada de tantos años; a nuestra Iglesia en las que tantos consuelos nos concedió el Señor, cuando alabábamos y ensalzábamos su santo nombre, y el de su Sra. Madre, bajo la invocación de Ntra. Sra. Del Carmen; y a nuestra Patria en la que quedan nuestros Padres, nuestros hermanos, nuestras familias, nuestros compatriotas; y a nuestro hermano Prelado, el Sr. Dr. Pedro Antonio Torres, que en todos tiempos y en particular en estos de aflicción y prueba nos ha hecho tanto bien; y a todo el clero de la ciudad, y a tantas personas bondadosas y caritativas que han mitigado la amargura de nuestra aflicción. Si en presencia de Dios declaramos: Que hemos vivido alejadas de todo negocio humano; que no hemos tenido participación en ninguno; que hemos sido extrañas a todas las cuestiones que han dividido al país; y que en nuestro viaje solo buscamos lo que ya no se nos concede, ni permite en nuestra Patria la libertad de vivir y morir cumpliendo con los botos que hicimos por nuestra libre y espontánea voluntad.
Antes de darse la ley mencionada, la de manos muertas declaro que nuestros bienes provenientes de los dotes que llevamos al convento cuando profesamos y los que adquirimos por donaciones o legados que nos fueron hechos válidamente, pertenecían al gobierno y que seríamos indemnizadas con una pensión vitalicia, pagadera del tesoro público; y cuando este de muchos años atrás viene en notable déficit; cuando los empleados públicos no reciben sus sueldos; ¿podemos confiar que nosotras tenidas como seres inútiles por los hombres del mundo, se nos hubiera pagado esa renta? Pero bien pudiera haberse hecho el pago puntual.
Nuestro Sr. Padre el Papa Pio IX y el Hno. Sr. Metropolitano han declarado que no debemos recibir esa renta viajera, y nosotras que como cristianas sumisas a la voz del Vicario de nuestro Señor Jesucristo, solo nos toca obedecer, no podíamos hacer otra cosa que someternos a esa decisión. A los que se crean superiores a este motivo, podemos decirles también; aceptarla, sería convenir en el despojo de nuestra legitima propiedad, de esa propiedad inviolable garantizada por la Constitución de la República; y es de notarse que, cuando decidió El Decreto sobre Desamortización, la Iglesia estaba independiente del Estado, y ante la Ley, nosotras solamente herramos granadinas, tan legitimas propietarias, como cualquier otro granadino. Fue pues, un despojo que se hizo de nuestros bienes, y este despojo se han apresurado a repararlo los Gobiernos que lo han hecho en días calamitosos; tan luego como la sociedad ha vuelto a su estado normal y la justicia al consejo de los que gobiernan. La misma reparación se nos hará y no podemos nosotros debilitar ese derecho, de hecho perfecto admitiendo una pensión real o imaginaria reprobada por la iglesia y que repugna a nuestra conciencia. Muy al contrario protestamos contra el despojo de nuestras propiedades, y reservábamos el derecho de reclamarlas cuando podamos hacernos oír en justicia. >>
De las consideraciones que anteceden se desprenden dos consecuencias lógicas; la Lay del 23 de abril solo nos dejó una alternativa: apostar, faltar a nuestros votos y perder nuestras almas, o dejar este país para buscar la libertad de conciencia, bien supremo de que se nos quiere privar; la ley sobre desamortización nos ha dejado sin renta, no bienes y en la alternativa de morir de miseria o de buscar la caridad de nuestras hermanas, en un país más feliz que el nuestro. Hasta hoy para vivir hemos necesitado vender las alhajas de que podíamos disponer. Esta doble alternativa la resolvemos dejando esta patria; en ella que los huesos de nuestras hermanas como un monumento de lo que fue la piedad de nuestros padres y la dureza de los tiempos que hemos alcanzado. Nosotras llevamos la esperanza de reunirnos a ellas el día de la resurrección general. Nuestra confianza esta en Dios. A él le pedimos fortaleza en los trabajos y del esperamos poder cantar sus alabanzas en su Santo Templo, si vivimos, o verle en la Gloria si morimos.
Y para dar a esta protesta la autenticidad legal firmamos dos ejemplares las Preladas clavarias y demás religiosas ante nuestra secretaria, y entregamos el uno al Sr. Notario público de ésta ciudad y el otro al Sr. Notario Eclesiástico de éste obispado, para que los archiven en sus respectivas oficinas y conste en todo tiempo, suplicándoles que así lo certifiquen enseguida.
Popayán 1◦ de abril de 1864.
La priora, Carmen de santa Ana, la subpriora y clavaria, María Rosa de San Joaquín, Ana María de San Agustín, clavaria, Carmen del corazón de Jesús, Rosalía del corazón de María,-Religiosas Carmen de San Eliseo, María Manuela de la Sma. Trinidad, Sebastiana de San Elías, Ana Rosa de San José, Ana María de la Encarnación. Merceces de San Juan de la Cruz, María Jesús de los Dolores, Carlota del Espíritu Santo, Juana María de San Rafael, Feliz de Jesús y San Miguel, María Ascensión de San Luis Gonzaga, Gregoria del Smo. Sacramento, Clavaria y secretaria.
D E S P E D I D A
No pensamos jamás el separarnos ni un momento de este suelo más, partir es preciso que así el cielo en sus altos designios lo ordenó. Henchido el corazón está de pena, nuestra frente agobiada de amargura, más, Dios nos da valor en la segura senda de la verdad que él señaló. Adiós patria querida, ya marchamos por este estrecho, pero fiel camino; no es el rudo capricho del destino que hoy de tu seno nos arranca atroz. Adiós padres y hermanos bien queridos, adiós amigos, tiernos bienhechores, jamás olvidaremos los favores con que colmasteis nuestra vida ¡Adiós! Oh! No es el hombre, es Dios quien determina los destinos humanos en el mundo, cuyo brazo potente sin segundo a la iglesia, sus fueros volverá. Conformes a sus órdenes estamos, y cumpliendo los votos de obediencia que juramos, seguimos la sentencia que en su trono dictáranos Jehová.
Adiós, oh patria en cuyo suelo quedan padres queridos, hermanos y parientes bienhechores y amigos indulgentes, todos oíd nuestro eternal ¡adiós! Dios, el señor de quien criaturas somos y a quien con tierno amor nos ofrecimos hoy de la fe que ciegas prometimos una espléndida prueba quiere ver. Y nosotras que humildes y prostradas sus divinos decretos adoramos a cumplirlos resueltas nos hallamos con ciego afecto y firme voluntad. No lloréis, pues, y en vez de vuestro llanto elevad al Señor tierna alabanza, pidiéndole sostenga la confianza que el débil siempre en su poder halló. Pedidle, sí, pedidle no abandone a sus pobres y débiles criaturas en la senda tortuosa de amargura que su sabio querer les señaló. Adiós, adiós! En el alma os llevaremos sin olvidar la caridad ardiente con que enjugar supisteis diligentes nuestro llanto de pena, ¡adiós! Adiós!
NOTA.-Estos versos son la obra de dos de las religiosas Caremlitas, a quienes fue preciso, pedírselos bajo de santa obediencia, para no dejar en las oscuridad una obra, que aunque no tenga gran mérito literario, tiene el más recomendable de todos: el de la virtud más pura asociada a la inteligencia, y expresada por aquel sentimiento indefinible que ha causado en aquellas almas justas tan insólito suceso como el que allí se explica, capaz de arrancar la más sublime poesía, o el discurso más elocuente, aún a los que no conozcan la literatura.
FELIPE SANTIAGO LÓPEZ
Capellán de las religiosas Carmelitas.
Quito, junio 18 de 1864.
Reimpreso en la imprenta de los huérfanos de Valencia.
RELACIÓN DEL VIAJE DELAS RELIGIOSAS CARMELITAS DE POPAYÁN A QUITO
Esta relación la hace un sobrino del Dr. Felipe Santiago López Capellán de las MM. Carmelitas. Rvda. Madre Clara de San José y comunidad: La marcha estaba perfectamente arreglada para el seis de abril de este año de 1864. El presidente del estado, General Payán llamó al Capellán la víspera e impidió el viaje. La comunidad y el Capellán esperaron con paciencia hasta el veinte y seis del mismo mes, día en que comenzar a salir. En este intervalo se arregló el nuevo viaje interviniendo el Sr. Eugenio Larrabure para que la autoridad y la gente no lo maliciaran. El Capellán, por éste motivo, se mantuvo quieto y todo se consiguió hacerlo ocultamente. La fecha fijada era el veinte y seis de abril, pero el recomendado de las bestias faltó esa noche al compromiso (como todos actualmente nuestros artesanos). Por este motivo retardaron la marcha primera para el otro día. Para emprender esta peregrinación hasta Quito, la comunidad se puso bajo la protección de la virgen del Carmen, del corazón de Jesús y el de María, de San Rafael Arcángel, San Miguel y San josé, y cada jornada a un santo de la orden.
EL ORDEN DE LAS JORNADAS ES COMO SIGUE
Día 27, miércoles. Salieron seis de las religiosas de la casa del Sr. E. Larrabure, donde habían estado la noche anterior y fueron: las hermanas senbastiana de San Elías, Carmen de San Eliseo, Ana Rosa de San José, Ana María de San Agustín. Teresa de Jesús y San Miguel y Juana María de San Rafael, las cuales burlaron la vigilancia de la gente, pues en la ciudad no lo supieron hasta el día siguiente, que ya descansaban en la hacienda de” El troje de timbío” Día 28, jueves- Este día salieron de la misma casa la madre Subpriora, las hermanas, Ana María de la encarnación, Mercedes de San Juan de la Cruz, Carlota del espíritu santo, María Manuela de la Sma. Trinidad y ascensión de San Luis Gonzaga en compañía de la madre Rosalía, la cual, al salir, cayó en la plaza de Popayán, porque iba incómoda y le había cambiado la montura, y por este motivo se la dejó en casa de mi tía Vicenta y las demás siguieron hasta la misma hacienda del Troje para reunirse con las primeras. El gobernador del estado, en este día, supo la ida de las religiosas y no puso ya dificultad, antes les dio pasaporte. En la ciudad unos sabían que se habían ido las Religiosas, otros no creían porque oían a la madre Priora en la casa y al Capellán lo veían en la ciudad.
29, viernes- Salieron de Popayán a las 5 y tres cuartos de la mañana la R.M. Priora Carmen de Santa Ana, la secretaria Gregorio del Smo. Sacramento. María Jesús de los Dolores y la hermana Rosalía del corazón de María. Llegaron al “Troje”, hacienda del Sr. Joaquín Mosquera, a las doce del día, con el capellán Felipe Santiago López, quien las sacó del nuevo Egipto y las debía conducir a la tierra prometida. Las acompañaron el Sr. Manuel Antonio Dueñas y su hijo, Victoriano Tovar, elSr. Eugenio Larrabure. Romualdo Rodríguez y el que suscribe. Reunidas todas en esta hacienda, el Capellán arregló bien el viaje. Manuel Muñoz (Caporal) redujo las cargas y se contrataron bestias con varias personas del Timbío.
Treinta, Sábado-Muchas personas de Popayán vinieron a visitarlas, a saber: el presbítero Rafael Rada, Nicolaza Candia, Rafael Murgueitio, Miguel y saturnino Torres, con una Sra. Hermana de la hermana ascensión, Dn. Eugenio y unas Sras. Y otras muchas personas de Popayán y Timbío. La gente de éste pueblo obsequio mucho a las religiosas. Este diía y el siguiente nos detuvimos en esta población para arreglar todo.
El día primero de mayo continuaron las visitas. Como el Capellán en este día cumplía años, las Religiosas lo agasajaron cantando por la noche varias y lindas canciones. Esta circunstancia y el haber salido o escapado de la Babilonia Payanés nos tenían de buen humor y alegres porque respirábamos ya un aire libre.
2 de Mayo, Lunes- Bajo la protección del Patrocinio de San José salimos todos, las diez y seis Religiosas; el Capellán, Manuel Muñoz y yo a las 10 y media de la mañana con un hermoso día de verano. Mucha gente de Timbío nos acompañó hasta el punto Las Cruces. Durante el trayecto todas las personas que veían pasar a las Religiosas manifestaban con lágrimas su sentimiento y pesar. El día estuvo muy caluroso y llegamos a las 4 de la tarde a la parroquia de Dolores y ´posamos en las cosas de los Córdobas, hijas del General Córdoba. Aquí permanecimos hasta el 5 de éste, jueves, porque faltaban bestias y hubo necesidad de buscarlas y controlarlas. En estos días visitaron, obsequiaron a las Religiosas las principales gentes de este pueblo y aquellas se veían molestadas por la estrechez de la casa y la demasiada concurrencia de gente. En estos dos días de permanencia oímos la misa del Capellán y las Religiosas recibieron el sacramento de la Eucaristía. No hubo más novedad sino la de la Madre Sebastiana de San Elías que se cayó por la noche de una puerta y sufrió un golpe.
5 de Mayo, Jueves –San Elías- Salimos a las 10 de la mañana de Dolores acompañados de mucha gente que vino a dejarnos hasta la mitad de la jornada, en donde se despidieron después de habernos dado un refresco. Llegamos a los Arboles a las 4 y media de tarde con un buen día y bastante cansados y allí posamos en la casa de una Sra. Cruz Figueroa. No tuvimos novedad ni en el camino, ni en la posada.
6 Viernes –San Eliseo- rezaron las Religiosas el itinerario y salimos a las 9 y media de la mañana, con hermoso día de verano, pero muy caluroso. En media jornada tuvimos una desgracia de que cayera al suelo el Capellán por haberse asustado el macho en que cabalgaba. A las 4 y media estuvimos en Piedrarrica muy cansados por lo duro del camino y el sofocante calor. Fuimos recibidos por la Sra. Pantaleona Daza, cuya casa estrecha no presentaba comodidad alguna, y a esto se agrega, que estábamos atormentados por un calor insoportable juntamente con una sed devoradora. Permanecimos en esta posada el día 7 porque se volvieron unas bestias a su dehesa y fue necesario buscarlas y traerlas. En esta posada no tuvimos otra novedad que el calor y un aguacero que cayó durante la noche.
8, Domingo –San Juan de la Cruz- Rezado el itinerario por las Religiosas, salimos de esta pascana a las 10 de la mañana, pasamos por el pueblo de “El Bordo” a las 11 y a las 2 de la tarde el del “Patía” cuyos habitantes negros en su totalidad, se mostraron hospitalarios y caritativos e instaban para la Comunidad se quedase allí. Pero el deseo de salir de ese fogón y de adelantar cuanto más se pudiese la marcha, hizo que la Madre Priora y el Capellán determinaran siguiésemos hasta el punto de la Herradura o Manguita donde se improvisó una tolda para la Comunidad. A esta pascana llegamos a las 4 de la tarde, muy cansados y fatigados por el excesivo calor, no obstante de habernos hecho un día sereno. Estábamos contentos porque la tolda nos quedó de perlas y confiados en el buen tiempo, las Religiosas prefirieron la tolda antes que la pequeña casa sucia y un extremo estrecha. Rezamos la Comunidad, compañeros y peones el Rosario por no haber podido oír misa. A las 9 y media vimos con gran pena que cambiaba la estación y las Religiosas se pusieron a rezar, pero a pesar de sus fervorosas oraciones no pudieron contener el recio aguacero que se descargó con furia. Entonces no hubo más remedio que levantar el campo, merced a las petacas, cobijas y encerados que se le puso para que no le pasara el aguacero; los demás compañeros se resignaron a aguantar el aguacero sentados en el campo a excepción de los peones, que desde temprano se apoderaron del pequeño corredor.
9 Lunes – San Alberto- Rezaron las Religiosas el itinerario y salimos de la falta posada, sin haber pegado los párpados en la noche anterior, a las 9 de la mañana con el día muy toldado, el camino doble y se aumentó la dificultad por el paso del río Guachicono, que lo pasaron por vado (el río tiene allí unos 60 metro de ancho) y no necesitaron las Religiosas de la decantada canoa del negro Gabriel Velasco, que decía tener orden del Presidente Payán, para pasarlas; el tal negro se manejó muy mal insultando a uno de los compañero y y de propósito no fue al paso, para que la Comunidad tuviera dificultad en él, y había dicho a otros que pretendía imperdibles el paso quitándoles la canoa; pero el Dios de la misericordia que vela sobre sus criaturas hizo que lo pasaran por vado sin el más pequeño mareo, para que viera el negro Velasco que Él protege a la virtud perseguida. Ya que estuvimos todos al otro lado, el negro pasó inmediatamente y se mostró ya cambiado. Varias de las Religiosas tomaron aquí un refresco y seguimos hasta la planada de Adorotes, a donde llegó toda la Comunidad sin novedad alguna, excepto la M. Rosalía, que por el cansancio y debilidad de la noche pasada producidos por la lluvia y fragosidad del camino, se desmayó en la cuesta de Mojarras y los peones tuvieron que traerla, uno tirando del cabestro de la acémila, otros teniéndola por la espalda y otros por delante, y llego a la posada desmayada y hecha un cadáver. La R. M. Priora y toda la Comunidad sentían en su corazón y pusieron todo su costo en curarla y volverla en sí. Pasaron todas las Religiosas una mala noche en esa casita, unas en la diminuta sala y otras en el corredor, y todas molestadas por el desaseo, pues estaba cundida de cucarachas, ratones, sapos, chinches y otros animalejos. El Capellán durmió como en Pie rarrica y los Árboles en hamaca y los demás en el campo.
10, Martes –Santa María Magdalena de Pazis- La enferma amaneció en estado de montar, pues su curación fue milagrosa. Rezaron las Religiosas el itinerario y salimos a las 9 de la mañana, con la enferma que fue en su sillón hasta Sombrerillos, donde posamos. Levábamos a la enferma poco a poco y la alimentábamos con caldo a horas determinadas. Pasamos por Mercaderes dista una legua de esta y allí se proveyó los cuchubos. Llegamos a Sombrerillos a las 4 y cuarto con toda la Comunidad, excepto la M. Priora, la M. Rosalía y otra que se mojaron un poco, porque así que llegaron las primeras cayó un violento aguacero. Se acomodaron las Religiosas en una casa estrecha, en donde durmieron también sentadas, el Capellán en su hamaca y los otros en el campo. Llovió esa tarde con ligera interrupción y desde las 11 de la noche continuó el aguacero hasta el otro día. No hubo novedad, y al día siguiente, aunque habían pasado una mala noche, amanecieron como si nada hubieran experimentado, porque nuestras Peregrinas están acostumbradas a la penitencia, vigilias e incomodidades. 11, Miércoles –San Simón Stok- Rezaron las Religiosas el itinerario y arreglado todo salimos de este punto a las 8 y tres cuartos de la mañana, con un día enteramente toldado que no podíamos distinguir a un cuarto de cuadra, pues estábamos envueltos por una densa nube. En sombrerillos se le hizo provisionalmente una chacana a la M. Rosalía, y en ella fue conducida hasta Pasto. A las 10 de la mañana estábamos saliendo de la jurisdicción del Sr. Torres, y costó triunfo salir de ella, lo mismo que había costado salir de la capital. En el paso del Salto del Mayo se desmontaron las Religiosas, excepto la M. Supriora que pasó en puente a bestia y seguimos a la aldea de la Venta quemada ( hoy llamada La Unión)- Nos hizo un día bello, como a pocos y entramos a este pueblo a las 5 de la tarde y allí nos acomodamos en la casa del Sr. José María González, buen sujeto el cual presto todos los servicios a la Comunidad. La gente de este pueblo, siendo contraria se manifestó muy compadecida, excepto el Cura N. Torres, que no tuvo comedimiento de mandar un saludo ni al Capellán, ni a la Comunidad; mejor ejemplo le dieron los seculares, y entre ellos el expresado Sr. González en cuya casa se acomodaron con holgura por ser capaz y aquí repusimos todas las vigilias que habíamos pasado.
12, Jueves –San Hilario, Sn. Abad- Almorzamos, rezaron el itinerario las Religiosas y emprendimos la marcha a las 10 del día. A poca distancia empezamos a atravesar la fatal montaña de Berruecos, famosa por los dos grandes hombres que en ella fueron sacrificados. Muchas Religiosas se apearon y caminaron a pie a consecuencia de que había pasos malos, muy pendientes y resbalosos por los frecuentes páramos que habían caído. Conocimos aquí las sepulturas de los héroes General Antonio José de Sucre y del célebre literario y militar payanés Julio Arboleda, cuya muerte era reciente. Muy temprano comenzó a llover torrencialmente de tal modo que el camino parecía un río y lo estrecho y profundo de aquel, contribuyo a dañarlo más y fatigar enormemente a las bestias, que apenas podían dar paso. En este trayecto tuvimos la gran pena de que cayera muy mal la M. Priora dos veces, con peligro de que la matara la bestia en una angostura, ero por permisión de Dios, un peón pastuso bien esforzado que se encontró allí, la saco con un brazo y con el otro levantó al caballo. También cayeron la M Ana María de San Agustín, la M Felisa de Jesús, y la M. María Manuela de la Sma. Trinidad, y hubo otras novedades que yo no presencié.
Después de estos percances llegamos al pueblo de Berruecos que está ya fuera de la montaña. El Cura de esta población se empeñó en que nos quedáramos, ofreció su casa y todos sus servicios, pero el término de la jornada era Olaya y las viajeras resolvieron ir a ella. Llegaron a Olaya a las 5 y tres cuartos de la tarde la R. M. Priora, tres Religiosas, el Capellán y otro individuo, las demás quedaron atrasadas con el Caporal Manuel Muñoz, que siendo inteligente en los caminos las sacó sin novedad mayor; todas llegaron empapadas en agua, cansadas y asustadas y en fin rendidas de tan infernal camino, y para colmo de nuestra desgracia no había ni una gota de aguardiente lavarnos intus etaforis. La posada era aseada pero muy pequeña, de modo que hizo par con el camino. Me parece que a más de mojadas y cansadas las Religiosas durmieron sentadas, y por eso creíamos que todas estarían enfermas al día siguiente, pero por milagro de Dios, no hubo mayor novedad.
13, Viernes –Santa Teresa de Jesús Fundadora- Almorzamos y arreglado todo salimos después de haber rezado las Religiosas el itinerario a las 9 y media de la mañana con camino mejor que el de la jornada anterior. Todas y en particular unas temían la tarabita por la cual debíamos pasar el Juanambú, a la que llagaos a las 12 y media sin novedad. Comenzaron a pasarla de dos en dos hasta que se completó el número de las religiosas, con la desgracia solamente de que la M. Gregoria recibiera un golpe en uno de los postes, golpe del que sanó por fortuna prontamente. Una vez las Religiosas al otro lado del río, se recrearon viendo pasar a los compañeros, cargas y demás gente y les pareció la tarabita un objeto de recreo. Acabado de pasar todo el tren, muy tarde tuvimos que quedarnos allí en un pequeño tambo a la orilla del río sin más descanso que en la jornada anterior. Para las Religiosas equivalía este rancho improvisado a un palacio y los percances del viaje a un paseo delicioso. Para el Capellán se levantó una tolda en la que pernoctó con los compañeros de viaje. Algo más de las 6 de la noche cayó un aguacero bastante fuerte.
14, Sábado – Almorzamos, y después de rezar las Religiosas el itinerario dejamos la tarabita del río Juanambú a las 9 de la mañana y con un buen día subimos la cuesta muy pendiente de este nombre, pero con la mayor desgracia la de haberse caído otra vez la M. Priora, la que pedía a Dios que se caiga ella y no sus hijas, deseo que parece, que Dios quería que se cumpla en la peticionaria. En Ortega encontró a las Religiosas el Sr. Antonio Valencia hermano de la M. Juana María de San Rafael. Llegamos a casa de la Sra. Domitila Trochez a las 5 y media de la tarde, después de haber soportado una pequeña llovizna y el consiguiente cansancio. Hicimos esta jornada bajo la protección de las Almas del Purgatorio. Descansamos y dormidos algo por ser la casa muy grande y cómoda, El Capellán durmió en un cuarto con sus compañeros, el Sr. Valencia y el Sr. González que vino desde la Venta acompañándonos.
15, Domingo – Domínica de Pentecostés y a la protección de San Joaquín y Santa Ana- Almorzamos y rezando el itinerario por las Religiosas dejamos Meneses a las 9 y media de la mañana con un día bueno a pesar de que nos lloviznó. Al llegar al Alto de Aranda nos detuvimos para contemplar el lindo panorama de la ciudad de Pasto; el contraste que hacían los campos sembrados unos; para segar otros; los más en su mayor o menor verdura, y alrededor de la ciudad, innumerables pueblecitos que le forman una corona de adorno. Seguimos a la ciudad y nadie salió a encontrarnos y, al llegar a los dos puentes nos siguió una procesión de gente que impedía el paso por la calle pero sin demostración alguna. A las 2 de la tarde demostramos en la casa de Sr. Blas Bucheli, donde vivían las Sras. Catalina y Dominga Valencia, las que generosamente habían desocupado la casa acomodándose en otra. Una vez en ella las Sras. les dieron fraternales abrazos y acomodaron a las Religiosas en las principales salas. Para no estar lejos el Capellán, se quedó en una pieza baja con sus dos compañeros para auxiliar a la Comunidad en todo momento.
En esta ciudad resolvieron el Capellán y la R. M. Priora demorarse quince días por lo menos para que las enfermeras convalecieran y todas descansaran de tan penosos caminos y arreglar también mejor el viaje a Quito, buscando nuevas caballerías, peones y víveres, y además para que se aclimataran un poco y no les hiciera impresión el frío de la Provincia de Túquerres.
Desde el 15, día domingo en que llegaron a pasto fueron visitadas a las Religiosas por las principales familias y otras personas que las favorecieron con su cariño y regalos.
El R. P. Gabriel Rojas fue el que mejor se manejó y se interesó en proporcionar todo lo que la Comunidad necesitaba: ornamentos para el Oratorio que se hizo en la casa; caballerías para el viaje, y no contento con haber conseguido la casa donde estaban alojadas, hizo las veces padres visitándolas diariamente y viendo lo que podían necesitar tanto en lo espiritual y temporal. El Sr. Gobernador Manuel Guzmán dispensó también michos servicios a las Religiosas, ofreciéndoles su persona y sus bienes y dando gratis sus porteros para las bestias. El R. P. Rojas además de los solícitos cuidados que dispensó a las Religiosas, les dio una regular limosnas que Dios sabrá recompensarle en la Gloria.
A pocos días de la permanencia en Pasto en caporal Manuel Muñoz sujeto que les prestó buenos servicios en el camino, pues era el eje del viaje y a propósito para conducir viajeros se regresó, y aprovechando esta circunstancia, con él escribieron las Religiosas a Popayán dando aviso de su llegada a Pasto. En esta ciudad recibieron carta de la R. M. Clara de San José, Priora del Carmen Bajo de Quito, y también El Capellán una del Sr. Arzobispo dándole facultades extraordinarias. Así mismo recibieron cartas las Religiosas y el Capellán, dirigidas de Popayán, en las que manifestaban a buena acogida de la Protesta y Despedida que habían sido repartidas a muchas personas, las que admiraban la entereza y lo bien escrita la Protesta por las evidentes verdades que ella contiene, como también la ternura y delicadeza de los versos que están al pie.
En los quince días de residencia en Pasto la Comunidad descansó y se preparó para la otra mitad del viaje. Durante estos días no podemos menos que agradecer profundamente la gentileza y desinterés del famoso Médico Dr. Tomás Rubio el cual con esmerado afán curó a las enfermas, franqueando su botica y sin exigir un solo centavo por sus servicios profesionales.
La R. M. Priora Carmen de Santa Ana no descansaba un instante ni en el camino, ni en las posadas, pues siempre solicita, procuraba el alivio a sus hijas, cuidándolas, disponiendo todo para su servicio, para el Capellán y sus dos sobrinos, como también para todos los demás que formábamos la caravana. Lo hacía de tal manera que no sentíamos el cansancio de las jornadas y olvidábamos toda idea amarga con tan dulce y esmerado cuidado. En la casa de Pasto tampoco descansaba y siempre caminaba bastante ya viendo lo que necesitábamos, o recibiendo las muchas e importunas visitas que le hacían. Las Religiosas hicieron vida ordinaria desde el segundo día que llegamos a Pasto hasta el día anterior a la marcha. El Capellán les daba misa en el Oratorio y administraba los Sacramentos.
Para conducir a la M. Rosalía con más comodidad. Dn Pedro Ortiz se empeñó muchísimo en hacerle un catre bien forrado con limosnas que recogió de las buenas gentes. Para el día 30 se dispuso todo para salir al día siguiente bien temprano y evitar de este modo a novedad de la gente, y por esta razón se despachó dos criadas con dos cargas de víveres para preparar el almuerzo al otro día en una quinta de un Sr. Santacruz.
31 de Mayo-Martes. Salimos a las cinco de la mañana después de no haber dormido en toda la noche, ya por el deseo de salir pronto de Pasto, ya también por el ruido que hacían las bestias en el patio, pues hubo que hacerlas amanecer allí, por evitar el robo de ellas por los soldados que iban también a Popayán. Se pusieron las religiosas bajo la protección de San Joaquín y Santa Ana. Abogados que con felicidad las condujeron a Pasto.
A las 6 de la mañana llegamos a dicha quinta y allí almorzamos. Luego que las religiosas rezaron el itinerario continuamos la marcha a las 8 y media. Hasta la quinta nos acompañaron el Sr. Vicario y otro sacerdote, los Sres. Pedro Ortiz y Antonio Santacruz; los dos primeros se regresaron a los últimos siguieron nuestra compañía presentándonos bueno oficios hasta el Carchi, cerca de Tulcán. El Sr. Cura Rufino Santacruz y su Coadjutor había salido a encontrarnos y nos llevaron a la casa cural donde nos dieron alojamiento proporcionándonos una buena comida y todos los servicios que estuvieran a su alcance. Después de la comida que nos sirvió el Cura con tanta voluntad llevo a las Religiosas, descubrió el Smo. y en asocio del Coadjutor canto Vísperas, les dio la Bendición, quedando las Religiosas muy satisfechas de la generosidad sin límites del buen Cura.
1 de Junio de 1864.- Miércoles-San Andrés Corsino C.- Todas las Religiosas sentían gran complacencia al contemplar los campos pastusos, todos tan bien cultivados, que ofrecen a todo viajero un panorama esplendido y que a la vez manifiesta el trabajo, el esfuerzo del hombre para luchar por la vida y comer el pan con el sudor de su frente. Encantadas las Religiosas por tan hermosos cuadros que presentaban a su vista, viajaban alegres con la esperanza de llegar pronto al término de su jornada. A las 6 de la mañana, después de haber oído la misa de Sr. Cura, el cual nos había preparado un abundante almuerzo, y haber realizado las Religiosas el itinerario emprendimos la marcha acompañados del bondadoso Cura hasta el límite de su parroquia. Al salir de Yacuanquer viendo desfilar a las Religiosas perseguidas como si fueran criminales. Al despedirse el Párroco derramo abundantes lágrimas y nosotros sentimos hondamente la separación de este santo varón, sin haberle recompensado en nada tanta generosidad y benevolencia. El Sr. José M. Gonzales que nos había acompañado desde la Unión, antes, de tres jornadas de Pasto, se despidió con gran sentimiento en el puente de Guaitara. Con las impresiones producidas por la belleza de los campos y llevando en nuestro corazón la gratitud para las almas buenas, llegamos a las 2 y media dela tarde, cansados y sofocados por el sol, a Santa Rosa, hacienda de un Sr. Benalcazar el cual nos dio hospedaje en su gran casa de alto. No hubo novedad ni en la marcha, ni en la posada, solamente nos molestaron algunos chinches y el aguacero que duro toda la noche.
2, Jueves-san Dionisio, Obispo-Almorzamos y realizando el itinerario por las Religiosas salimos a las 9 y tres cuartos de la mañana con un camino bastante malo. El día anterior el Dr. Antonio José Chaves mando por medio del Cura de Tuquerres, Dr. Benavides una carga de víveres. Este Sr. Arreglo con el Capellán las jornadas, y el en persona iba a cada lugar a preparar la posada, casa, víveres y recomendar la Comunidad, y los viajeros pasaron hasta Sapuyes por ser jornada señalada por él. Al pasar por en frente de Tuquerres, una legua antes de llegar a Sapuyes, los vecinos de aquella ciudad salieron a encontrar a la Comunidad y le hicieron unos pequeños regalos y les incitaban para que fueran a esa, pero no fueron por el motivo demostrado y porque el Cura de Sapuyes las esperaba. Entre toda la gente que salió, el joven Francisco Sarmiento Maestro de Escuela estaba con todos sus niños y dio una pequeña limosna en numerario. El Cura de Sapuyes, Ángel Jurado y su Coadjutor salieron a recibir a las Religiosas, a las que hospedo en su casa y les sirvió una magnifica comida. La casa era estrecha y las Religiosas estaban molestas por la multitud de gente que se agrupaba en las puertas. En este punto la Providencia se manifestó cuidadosa de sus peregrinas pues mientras llovía en los alrededores de la población no caía ni una sola gota de agua en el corto trayecto que faltaba para que las Religiosas lleguen al área del pueblo, pero luego que llegaron a la casa cural, se desmontaron y acomodaron todos los aparejos se generalizo el aguacero invadiendo toda la población.
3, Viernes,-San Cirilo de Alejandría, Obispo- Para conducir a la hermana Rosalía, el Capellán consiguió en Sapuyes una silla de manos y dos buenos cargueros y regalo el catre en el que la traían de Pasto, al Cura de dicha población. Después de haber oído la misa que celebró el Sr. Cura, y haber las Religiosas rezado el itinerario, almorzamos y salimos a las 10 y media de una mañana muy fría y en medio de una llovizna que había dañado el camino tanto que en la montaña dos campesinos ayudaron a componer dos pasos malos a fin de que pase la Comunidad sin peligro alguno. Pensamos quedarnos en Pupiales, pero por haber llegado muy temprano a este pueblo y estar cerca Ipiales y no trastornar nuestro programa de viaje, resolvimos ir a esta última ciudad en la que entramos a las 5 y media de la tarde y nos hospedamos en la casa conventual del Pbro. Burbano. En esta posada no fueron molestadas las Religiosas por la novelería de la gente por ser la casa muy grande y está rodeada de altas paredes. No fueron más que unas cuatro mujeres del pueblo. El Cura había preparado la comida, las acomodo en las piezas de la casa donde descansaron de tantas fatigas y durmieron las Religiosas más tranquilas que en la anteriores posadas. Aquí del Rosario de Las Lajas, como habían prometido hacerlo desde que salieron de Popayán. 4, Sábado San Angelo, C.- Rezaron las Religiosas el itinerario, almorzamos y salimos de Ipiales a las 10 de un día muy hermoso y propio para tan santa obra. Llegamos a el Alto de Las Lajas, nos acomodamos en las pequeñas casas que hay en él y sirven para toda clase de peregrinos. Mientras se preparaba la comida, toda la Comunidad y el Capellán fueron a conocer la famosa “iglesia y saludar a la singular Virgen”, entonando varias Religiosas las Letanias en el coro. Se detuvieron largo rato en la capilla, y luego se emplearon en ver y conocer la iglesia por dentro y por fuera. Los compañeros de viaje en unión de las Religiosas subimos al artesonado, bajamos a las habitaciones y arquerías, pareciéndonos todo maravilloso, pero lo que más llamo nuestra atención, es la posición del edificio, que queda una peña y a la orilla de un profundo rio rodeado de peñascos. El edificio se destaca de la peña y encima de la media naranja hay una enorme piedra que parece va a precipitarse sobre él. En el interior de la capilla hay un sencillo altar en cuyo centro está la hermosa Virgen acompañada de los Patriarcas Santo Domingo y San Francisco. La imagen está pintada en la piedra seguramente por un gran artista y gran devoto de María; a los lados se ven todavía las puntas de la peña que no han podido pulir, y en sus ángulos y caras se leen máxima edificativa y consoladora. A los lados del altar de la Virgen están los Arcángeles San Miguel y San Gabriel; al lado izquierdo un pequeño altar dedicado al Niño Dios, y a la derecha una capillita dedicada a San Joaquin y Santa Ana. Tiene un coro pequeño con su armonio y una sacristía de arquería como la iglesia, ambas edificadas sobre sólidas bases tres pisos construidos de cal y canto. El edificio no puede ser visto sino cuando el curioso llega a él porque está situado ene le centro de la peña, y desde la pequeña plataforma, o plazuela de cal y piedra se contempla el impetuoso rio y la agreste belleza de abismos y precipicios. El frente de la iglesia tiene así mismo dos torrecillas muy agraciadas que semejan palomares en aquel inmenso precipicio. La consistencia del edificio que ha desafiado los siglos, singularmente la belleza incomparable de la Virgen, todo obliga al peregrino a alabar al Criador y admirar más cada día las obras de sus manos. Todas las religiosas y sus compañeros estábamos tan complacidos observando esas maravillas que las largas horas que habíamos permanecido en aquel Nido de Amores nos parecieron instantes. Después de haber recibido estas gratas impresiones subimos a las casitas que distan medio de cuatro de hora para comer y luego regresara la Capilla y recorrer de nuevo el edificio. Pasamos por el puente al otro lado del río para admirar el hermoso espectáculo que ofrece el edificio blanco en medio de peñascos y malezas. Emocionado el Capellán ante aquel grandioso espectáculo ofreció a las Religiosas decir algo en el púlpito al día siguiente. Después de haber admirado tanta belleza y sublimidad subimos a las casitas para prepararnos a recibir los Stos. Sacramentos de la Penitencia y la Comunión para despedirnos de Madre Bondadosa que ha elegido aquel salvaje lugar para atraer a las almas con sus gracias. Al otro día nos levantamos muy temprano para confesarnos y comulgar en la misa del Capellán que celebró a las siete de la mañana, misa a la que concurrió mucha gente. La misa fue solemne, y diaconada y terminada la cual, el capellán subió al pulpito e improvisó un sencillo, consolador y patético discurso, ofreciendo a la Sma. Virgen de las Lajas y poniendo bajo su protección a la Vble. Comunidad, perseguida, desterrada por sus virtudes, puesta así a toda prueba en estos desgraciados tiempos y martirizada de tantos modos. Todos los trabajos, persecuciones, desgracias y privaciones de la Comunidad de su amable país lo ofreció como único presente que las afligidas Religiosas podían dar a la Reina celestial junto con su corazón y buena voluntad. La plática pronunciada en este lugar santo y estando presente una comunidad tan respetable, la primera y única que visitaba estos lugares, conmovió los corazones de los circunstantes los cuales manifestaros su sentimiento derramando muchas lágrimas. Al fin concluyó el orador pidiendo a la Virgen mejoraran de condición las afligidas Comunidades, que se compadeciera de ellas y principalmente de nuestra desgracia patria, que cual otra Jerusalén gime en la desolación, en las guerras, pestes, y torbellinos de pasiones infernales, desposeída del precioso bien, la Religión del Crucificado, ataca conjuntamente con sus Ministros, injuriada y ultrajada, de mil maneras por los imitadores de Mahoma, Calvino, Lutero, Enrique VIII y sus secuaces. También le ofreció a Dios la Comunidad para que retire su mano justiciera de nosotros y de estos bellos países, que prevalezca la Religión para que podamos vivir tranquilos y observar sus santos Mandamientos y coronar la grande obra de nuestra peregrinación sobre la tierra. La Comunidad y demás asistentes quedaron tan satisfechos de todo lo que había visto y oído, que parecía que Dios había derramado sobre sus almas dulces esperanzas y que habíamos asegurado en algún modo nuestra predestinación.
Terminado todo, la Comunidad, el Capellán acompañado de otros sacerdotes del lugar fueron a desayunarse. Para en este mismo día seguir hasta Tulcán. Salimos a las 10 y media bajo la protección de Sn. Serapión que nos había de sacar de nuestra desgraciada patria hacia la Republica ecuatoriana que nos dispensaría los auxilios y servicios, en vez de la nuestra, como mas piadosa y hospitalaria. El Cura de Ipiales nos había preparado un refresco, pero no nos había anticipado anticipado, y cuando no los ofreció ya estábamos acabando de pasar la cuidad para continuar el camino. Varios señores y uh sacerdote acompañaron a las Religiosas hasta Tulcán. A las 3 de la tarde, hora en que murió Jesucristo llegamos al Carchi, hora en que abandonamos nuestra patria, hora de graves y crueles consideraciones, hora de meditación y dolorosos recuerdos, principalmente para las heroicas Religiosas, que tal vez, no volverán a ver sus sagrados recintos, padre y tierra natal por observar mejor sus votos en una tierra que las favorece y al lado de sus hermanas religiosas que las aguantaban. El Capellán, las Religiosas y todos generalmente los compañeros de viaje admiramos el puente natural sobre el río Carchi, y una fuente de agua termal de la que sacamos un poco de agua. Al pisar tierras ecuatorianas o de promisión, la Comunidad entonó el <Te Deum> en acción de gracias a su Divina Majestad por haberlas sacado de la nueva Babilonia y haberlas conservado con felicidad en todo el camino que habían recorrido.
Entramos a Tulcán a las 4 de la tarde, en medio de arcos, banderas, cortinas, repiques de campana, música, danzantes e innumerable gentío en cuyos rostros se notaba el júbilo y placer de recibir a tan singulares huéspedes. Llenos de entusiasmo los moradores de esta población vivaron a la Religión, a la justicia perseguida y se felicitaban por recibir en tierra ecuatoriana, una reliquia granadina. Las Religiosas rodeadas de numeroso gentío que les hacía demostraciones de aprecio y veneración atravesaron la población y fueron hospedarse en la hacienda del Sr. Manuel Dávila, hacienda que queda a dos cuartos de legua del pueblo. Nos acomodamos en la casa que es muy grande y el Sr. Dávila nos presto todos sus buenos oficios, sirviéndonos refrescos, una magnífica comida, acomodando a las Religiosas y demás personas que las acompañábamos. Con tan excelente cuidado pasamos una buena noche y descansamos tranquilamente y sin ninguna zozobra. A insinuación del capellán el Sr. Dávila consiguió todas las caballerías a fin de regresar a Pasto las que hasta aquí habíamos traído. Al día siguiente el Sr. Dávila no contento con habernos prestado tan importantes servicios nos ofreció un buen almuerzo, terminando el cual emprendimos la marcha. En esta posada se despidieron por medio de un recado los Sres. Pedro Ortiz y Antonio Santa cruz por no permitirlo de otra manera su demasiada sensibilidad, y todos sentimos hondamente la separación de tan buenos sujetos.
6 de Junio, Lunes – Dando las debidas gracias nos despedimos del Sr. Dávila y después de haber rezado las Religiosas el itinerario salimos de la hacienda a las 11 con un día algo sospechoso y bajo la protección de San Espiridión Abad y avanzamos a Huaca a las 5 de la tarde. La gente de este pueblo había querido arreglar su callecita para recibirnos, pero no supieron, ni el día, ni la hora en que habíamos de llegar, y solamente alcanzaron a levantar unos cuatro arcos. Fuimos recibidos con toda benevolencia por el Cura N. Bustamante, en su casa aunque estrecha. Nos prestó todas las consideraciones y nos proporcionó potrero para las bestias. Las Religiosas pasaron la noche incómodas por la estrechez de la casa.
7, Martes, San Francisco de Sena, C. Almorzamos en la casa cural y rezado por las Religiosas el itinerario, salimos de huaca a las 9 y tres cuartos de la mañana y pasamos por el pueblo de Tusa a la 1 de la tarde y llegamos a la hacienda de Cuesaca, cuyo dueño o residente allí era un Sr. Modesto Larrea, quien, para no darles posada se encerró en una pieza, pero un peón de los nuestros advirtió esto, y le golpeó la puerta hasta que Salió muy enojado y preguntó ¿qué querían? Y él peón le dijo que el Capellán y la Comunidad de Carmelitas de Popayán le suplicaban les diera posada por esa noche; a lo que contestó: < Que si querían que se desmontasen, o si no que se fuera al pueblo >. El peón al instante dio el recado a l Capellán y la M. Priora, quienes resolvieron salir de tal hacienda. Cuando ya marchaban el tal Larrea les ofreció la casa después de haberla negado, pero de un modo tan desabrido que se le conocía la mala voluntad de darles posada. Por lo que todos salieron de aquella hacienda. Dispuestos de acuerdo con el Capellán y las Religiosas, al no encontrar otra posada, plantar toldas en frente de la hacienda, para que viera el tal fulano que no les faltaba donde acomodarse, aunque mal. Pero advirtieron que el pueblo del Puntal estaba cerca y siguieron hacia él, encontrándose que a la Reina del cielo y de la tierra tampoco le dieron posada. Con esta consideración y otros episodios del viaje suavizaban la tribulación pues todas iban muy cansadas especialmente las enfermas y débiles.
Seguimos contentos hasta el Puntal y llegamos a la casa de la Sra. Mercedes Grijalva que nos recibió con cariño y amabilidad proporcionándonos una pieza y cocina de las pocas que tenia la casa situada a un lado del Puntal. Desmontamos en esta casa a las 5 y media de la tarde y merendamos a las 7 de la noche. La Sra. se manifestó muy amable con las Religiosas, y, además de atendernos ,ordeno a un sirviente que pusiera todas las bestias en el potrero de propiedad suya.
En esta posada durmieron muy estrechas las Religiosas y fueron molestadas por los chinches. Desde este pueblo despacho el Capellán dos postas, uno a San Vicente pidiendo al Administrador de esa hacienda, les mandara a avisar si les daría posada y si había facilidad de pasto para las bestias, y otro a la ciudad de Ibarra, para el Sr. Gómez de la Torre a quien escribía, les prepara una casa fuera de la ciudad.
8 miércoles- Almorzamos y rezamos el itinerario por las Religiosas, salimos a las 10y media, muy confiados en los postas. Llegamos al Troje a las 3 de la tarde para esperar al posta a quien se le había dicho volviera con la respuesta de San Vicente y nos aguardara allí pero no fue así, tuvimos que esperar una hora y en vista de la tardanza, unos peones apoyaban que siguiéramos hasta San Vicente, otros que nos quedáramos allí , porque en ese punto no había pasto para las bestias; por esta razón el Capellán, por no sufrir un chasco, como el de Cuesaca, resolvió ranchar en el mismo punto de El Troje. Las Religiosas despachándose temprano de la comida , se acomodaron en un salón muy sucio de la casa en el cual durmieron holgadamente, y , al Capellán se le acomodo en su hamaca, y todos los compañeros se acomodaron en el corredor y la tolda. A las 10 de la noche llegaron dos postas, el mencionado antes y que hizo mal su papel , y el otro mandado por la R. M. Abadesa del Monasterio de Conceptas de la Villa de Ibarra, trayendo unos víveres y una carta, mediante la cual se les convidaba llegar a su convento para que descansara unos días. Como no apareció mas el otro posta que se le hizo al Sr . Gómez, el Capellán y la M. Priora resolvieron decirle a la M. Abadesa que se hospedarían allí. Esta jornada se puso bajo la protección de San Ubertino C.
9, Jueves Santa Eufrosina Madrugamos bastante para ir a almorzar en San Vicente, según aseguro el mal posta, que todo estaba preparado allí. Pero a consecuencia de haberse perdido dos bestias salimos de El Troje a las 7 de la mañana y llegamos a San Vicente a las 8 y media y quedamos chasqueados con el prometido almuerzo lo mismo que con los postas que mando el Capellán, pues el Sr. Manuel Yepez que manejaba esta hacienda no había prometido tal cosa porque el posta no le había dado bien el recado . Acto continuo nuestras buenas cocineras, que eran las negritas sirvientas internas del Monasterio de Popayán , que por amor a las Religiosas, se vinieron con ellas, desplegaron toda su agilidad, prepararon pronto la comida , nos sirvieron inmediatamente porque deseábamos salir lo mas pronto posible del valle del Chota.
Precisa consignar aquí que de Popayán vinieron con las Religiosas el sacristán , su mujer y dos hijas, negras y también las negritas sirvientas. Todos a excepción del sacristán y su mujer han permanecido con la Comunidad en el Carmen Bajo, y cuando la Comunidad vino a Ibarra, vinieron también el sacristán, su familia y las negritas. Después del terremoto de Ibarra, regreso la comunidad a Quito , al Carmen Bajo, y a los dos anos de este acontecimiento fatal, las Religiosas volvieron a Ibarra, pero los negritos no quisieron acompañarles por temor del terremoto, y se quedaron sirviendo a la Comunidad del Carmen Bajo El sacristán y su familia pasaron a servir de porteros en el Carmen Alto Solamente la negrita Clemencia vino a este Monasterio y murió en Ibarra , muy ancianita. El Sacristán se llamaba Ángel , la esposa, Rosa y sus hijas , Alberta y Joaquina, Las negritas sirvientas , Clemencia Escolástica y María Rosa.
Siguiendo nuestra narración del viaje , mientras las cocineras preparaban la comida las Religiosas se entretuvieron conociendo el trapiche de agua que estaba moliendo cana para preparar la miel y luego fabricar las panelas. Por el atraso anterior tuvimos que emprender la marcha de San Vicente hacia Ibarra a las 10 del día con un sol abrasados que aumentaba nuestra fatiga por la falta de vegetación. Al llegar al puente del Chota , unas desmontaron para pasarlo a pie por amenazar peligro, y cuatro lo pasaron a bestia . El calor excesivo, el polvo, la sed nos fatigaban grandemente y ansiábamos escalar cuanto antes la altura para respirar un aire fresco que conforte nuestros pulmones. Al fin sofocados por el calor llegamos al alto de Aloburo desde donde contemplamos la belleza del hermoso y encantador valle de la Provincia de Imbabura, la laguna de Yahuarcocha, que en lengua indígena significa Lago de sangre, nombre histórica pues Huainacapac, Rey de Quito hizo degollar en este punto cuarenta mil indios, cuya sangre tino de rojo la laguna, por haberse sublevado el Gobernador de los indígenas de Ibarra.
En Aloburo habían estado esperando a las Religiosas varios Eclesiásticos, entre ellos el Sr. Vicario, el Capellán de las Conceptas, el Prior de Santo Domingo y el Cura, los cuales acompañaron a las Religiosas hasta la Villa de Ibarra. A las 6 y tres cuartos llegamos a esta hospitalaria ciudad rodeados de inmenso gentío que invadió el patio exterior del Monasterio de las Conceptas impidiéndonos el paso , En todos los templos de la ciudad dieron repiques de campanas señales evidentes del regocijo que tenia de recibirnos y darnos caritativo albergue. Las Religiosas Conceptas había adornado el claustro con colgaduras y banderas ,y al entrar nuestras peregrinas les dieron el abrazo fraterno alegrándose de recibirlas en su convento y considerándose muy honradas con la compañía de tan buenas religiosas, que habían preferido el destierro antes que ser infieles a su Dios.
El Capellán y sus compañeros se acomodaron en una buena pieza junto al locutorio y al cuarto del Sr. Capellán de la Concepción que vive allí, y nos prestó importantísimos servicios. Muchas distinguidas personas visitaron a la Comunidad, y el Sr. Gobernador Peñaherrera se distinguió por su cultura, por los finos servicios que presto a las Religiosas ayudándoles en todo hasta conseguir caballerías para continuar su viaje a Quito. De Quito había venido el Sr. Manuel .
Subía comisionado por la R.M . Priora del Carmen Alto.para que pusiera en manos de la R.M.Carmen los recursos que necesitare La R.M .Carmen de acuerdo con el Capellán recibió cien pesos de dicho Sr.,dinero que sirvió de mucho a nuestras peregrinas.Al dia siguiente de haber llegado nosotros a Ibarra llegaron de Quito , el Sr. Administrador de El Carmen bajo , Jorge García y un Sr.Villacis, el primero trajo cartas de la R.M .Clara,Priora del Carmen Bajo, en las que invitaba a nuestras religiosas a que fueran a hospedarse en su Monasterio y mando también para el viaje diez caballerías .De viva voz el Sr. García manifestó a nuestras Religiosas, el ardiente deseo que tenían la Priora y la Comunidad de albergarlas en su Monasterio.En este punto no hay palabras para expresar el vivo anhelo de la
R.M. Clara de San Jose y su Comunidad para recibirlas.El Administrador de El Carmen Bajo, arreglo el viaje a Quito, consiguió las caballerías que faltaban y no omitio medio alguno para conducir a las Religiosas con toda la comodidad,pues desde Quito había traido cargas de viveres.No obstante los deseos de la R.M.Clara, el viaje demoro hasta el lunes,para que se repusieran las emfermas en los tres días de permanencia en Ibarra. Las RR.MM. Conceptas estaban tancontentas con las Religiosas Carmelitas que procuraban divertirías de todos modos , paseándolas por el claustro de Convento que es muy espacioso y presintiendo el dia que la marcha, se empeñaban en que demoraran en el viaje, pero no fue asi porque el domingo ya habían preparado todo para el viaje.
13 de Junio, lunes.Bajo a protección de San Gerardo, Adad.-En si todas las bestias fueron introducidas al patio del Monasterioa fin de que allí montaran las religiosas, las que ,habiendo rezado e en su itinerario salieron a las diez y media de la mañana acompañadas de los Sres. Garcia y Villacis. Pasamos por el pueblo de San Antonio y llegamos a Peguche y nos hospedamos en la hermosa casa del Sr. Jijon. Como el dia era esplendido las Religiosas recorrieron los hermosos campos que rodean la hacienda, conocieron el muy bonito oratorio,las manufacturas de bayetas , bayetillas .paño este, pasando de este modo entretenidas hasta que estuvo preparada la merienda. Los Sres. Recomendados de dicha hacienda, prestaron a las religiosas todos los servicios que pudieron, ya asegurando las bestias en los potreros ,ya arreglando las camas para las religiosas, el Capellán y demás compañeros de modo que todos tuvieran la suficiente comodidad.
14 de Junio,Martes- El Capellán celebro la misa en el oratorio de la hacienda y dio la comunión a las hermanas Marie Jesús de los Dolores, Carlota del Espíritu Santo y Ascencion de San Luis Gonzaga.Almorzamos y después de rezar el itinerario las religiosas, que para esta jornada se pusieron bajo la protección de San Eliseo Profeta y de San Bertildo C..,nos despedimos de los Sres. Que tanto nos habían agasajado y emprendimos la marcha a las 9 y 45 de la mañana. Después de una legua de camino tuvimos la satisfacción de contemplar la hermosa y pintoresca laguna de San Pablo llamada así por el pueblo de este mismo nombre que esta situado con sus inmediaciones. Coronamos el alto de Cajas y aquí nos demoramos un momento para contemplar el hermoso panorama que se ofrecia a nuestra vista :los terrenos cultivados junto a la orilla de la laguna ,la multitud de casitas al contorno de ella, los hermosos cerros, el Imbabura , el Cotacachi y también admiramos el volcán Cayambe cuya altura y blanca nieve formaba el más peregrino contrate con las tierras cultivadas y el verdor de los campos. Después de haber admirado estas maravillas de Dios continuamos el viaje y llegamos a Tabacundo,pequeña población,en donde el Cura Excusador Genaro Gómez, a petición del Sr. García nos hospedamos en su pequeña y estrecha casa y proporciono potrero para las caballerías.
15, Miercoles .Santa Eufrasia V.-Oímos la misa del cura en la capilla del pueblo, y después de desayunar, y haber rezado las religiosas , el itinerario, salimos de este lugar a las 9 y 30.En la jornada anterior la hermana Sebastiana de San Elias se debilito mucho a consecuencia del camino y se atraso con algunos peones que la conducían y para no retardar el viaje, le enviamos uno de los cargueros de la M. Rosalia, a fin de que viniera con mas comodidad.
Llegando a la quebrada de la chorrera volvió a caer la R.M .Priora y se golpeó un pie desgracia que lamentamos muchísimo.Todos sufrimos en esta jornada por ser el camino muy fragoso.Ademas de que nos molestó el sol y el viento.La M. Subpriora y otras religiosas se extraviaron del camino por que los conductores no lo habían conocido. Después de sufrir tanto en este trayecto llegamos al puente del rio Pisque ,en donde se quedó el Capellán con el fin de cambiar el caballo a la R.M.Priora que venía muy incómoda y molestada por el dolor de pie.
Sufridas con toda paciencia y resignación todas estas peripecias llegaron al pueblo de Guallabamba, que está al principio del valle de este mismo nombre,a las 4 y 30 de la tarde. Como veníamos muy sofocados por el calor y angustiados por la sed compramos algunas frutas para calmar tanta fatiga. En este pueblo no entramos protección alguna como en las anteriores posadas, tuvimos que comprar todo y acomodarnos en una pequeña casa en donde pasamos la noche sumamente incómodos.
16 de Junio de 1864, Jueves – La veinte y seis y última jornada desde Popayán a Quinto; día señalado por la Providencia Divina para coronar la obra que habían emprendido las Religiosas: último día de trabajos, de penas: último de su dolorosa peregrinación y víspera de su deseado descanso. Salimos de esta pascana a las 6 de la mañana para no ser molestados por el sol en travesía del valle Guaillabamba. No tomamos nada al emprender el viaje porque el Sr. García nos aseguró que en Carapungo nos esperaban el almuerzo los Granadinos residentes en Quito. A las 9 y media llegamos a Carapungo, alto del valle, y con pena vimos que nada estaba preparado ni habían venido todavía los Sres. Granadinos, pero nuestras cocineras en un momento nos despacharon de la comida, porque traíamos lo necesario. El Sr. García se avergonzó mucho, pero la M. Priora y el Capellán, le hicieron ver que en lugar de ser un chasco, había hecho una buena acción, porque pasaron el valle con una mañana fresca y que si hubiera almorzado en Guaillabamba, hubiera salido tarde y el sol los hubiese derretido en la subida que es muy larga, y se convenció ante estas razones. En Guaillabamba además de los percances del viaje, apareció un ladrón que trató de robarle la ropa a uno de los peones, y no pudiendo lograr su intento se robó un bonito perro negro, que se vino con nosotros del pueblo de Yacuanquer y de propiedad del buen Cura que tanto nos sirvió.
A las 11 de la mañana salimos de Carapungo y a poco de haber caminado tuvimos la grata sorpresa de encontrarnos con el R. Capellán del Carmen Bajo. Éste saludó a las Religiosas, en nombre de la Comunidad a quien representaba y les manifestó el deseo vehemente que tenía sus hermanas de verlas y
estrecharlas. Seguimos el viaje con tan buenos compañeros a pocos pasos de haber andado nos encontramos con un Hno. Cristiano, los Sres. Camilo Arboleda, Santurnino Ordónez, Francisco Urrutia, Pablo Velasco, Manuel Enríquez y otros señores payaneses, con las Sras. Serrano, Margarita Diez y hermana, Natalia Pombo y otras señoras del país que habían venido a recibirnos. Dichos señores nos condujeron a la Quita, << La Carolina>> propiedad de la Sra. Virginia Klenger, la que nos obsequió un delicioso refresco. A esta Quinta vinieron además de las citadas, otras señoras granadinas y del país a saludar a la Religiosas, congratulándose de estar con amable y distinguida compañía, pero nuestras peregrinas, aunque muy agradecidas, pasaron la tarde algo contrariadas por la multitud de gente que había en la casa y las múltiples atenciones que les dispensaban.
A las 5 y media la Sra. Lingue insinuó al Capellán Pbro. Felipe Santiago López a que ocuparan el coche que estaba listo y subieron a él las Madres, Subpriora, María Rosa de San Joaquín, Ana María de la Encarnación y Mercedes de San Juan de la Cruz, la Sra. Klinger la cual tuvo la amabilidad de conducirlas hasta la portería del Carmen Bajo. Entre tanto el Capellán y las demás Religiosas resolvieron entrar a Quito en sus caballerías y pocos instantes de haberse movilizado, encontraron de regreso el coche, y la Sra. Klinger insistió nuevamente a que lo ocuparan, y en efecto subieron a él la Madre Priora y la M. Sebastiana de San Elías; las diez religiosas restantes, el capellán, los demás compañeros de viaje entramos a Quito a las 6 y tres cuartos de la noche, hora en que las Religiosas entraron en su anhelado retiro, quedando nosotros privados de su virtuosa y santa compañía y con el pesar de no haberlas servido como merecían, pero con la santificación de haber hecho lo que estaba a nuestro alcance con ilimitada buena voluntad y placer.
La R. Madre Clara, Priora del Monasterio del Carmen Bajo de Quito, contribuyó de un modo decisivo, para que nuestras Religiosas emprendieran tan largo y penoso viaje, pues así que supo la exclaustración de sus hermanas, les escribió invitándolas para que se vinieran cuanto antes. Al llegar no omitió medio alguno para darles toda comodidad a las Religiosas dignas de toda compasión. A más de colmarlas de toda clase de beneficios atiende también con exquisita bondad a nuestro Capellán Felipe Santiago López y a los sobrinos que le acompañan.
No encontramos palabras para expresar nuestro reconocimiento, nuestra gratitud a tan bondadosa Madre, y nos contentamos con elevar por ella nuestras débiles oraciones al Dios de las Misericordias, para que la conserve largos años, viva en medio de su numerosa Comunidad y después la coroné de gloria en la bienaventuranza eterna.
Quito, 8 de Julio de 1864.
A la R. M. Clara de San José y Comunidad
(sic) Su atento S. y amigo en Ntro. Sr.
UVENCESLAO LOPEZ. – Firmado.
Suplico a las RR. Madres y a toda la Comunidad, hagan el favor de dispensarme por presentarle tan mal escrito este memorial del viaje. Movido solamente por el deseo de que la R.M. Clara y su santa Comunidad sepan las aventuras de sus hermanas en religión me obligó a borronear y narrar los episodios desde que la Comunidad salió de Popayán hasta llegar a este sagrado asilo.
UVENCESLAO
NOTA. – Esta relación es exacta, y, ya que, sin haberlo pensado se nos proporciona como satisfacer la piadosa curiosidad de algunas personas que deseaban saber los acontecimientos de nuestra larga y peligrosa peregrinación, añadiremos lo siguiente para honra y gloria de Dios. Señor que tan manifiestamente nos ha protegido:
En el paso del Patía, llamado de los dos ríos, las religiosas enfermas la vadearon acompañadas de peones inteligentes y expertos, y viendo las demás religiosas que en el primer brazo que llevaba más caudal de agua no tuvieron novedad las primeras, se resolvieron pasarlo todas a la vez confiadas en la protección divina e implorando el socorro de la Santísima Virgen y todas salieron felizmente al otro lado.
Advirtiendo que en algunas posadas habíamos cogido algunos chinches y otros animalejos cuyas mordeduras nos habían hinchado los brazos y los pies, resolvimos pasar las noches y en la mayor parte de camino, acostadas en cueros o esteritas sin más ropa que la de camino excepto en algunas posadas que nos proporcionaban camas aseadas que dejábamos siempre para las religiosas ancianas.
En la montaña de Berruecos tan áspera y quebradas, como la comitiva era tan numerosa y no era posible ir todas reunidas, se compartieron el Sr. Capellán, sus dos sobrinos el Sr. Gonzales y otros peones para cuidarnos de las Religiosas. Y esto no obstante, en algunos puntos muy malos, o porque algunas Religiosas se cayeron del caballo, o por evitar la caída demostraban, anduvieron a pies entre el agua y el lodo un gran trecho casi sin aliento, por ser cuesta arriba, descalzas o con el calzado y la ropa enteramente mojados.
De pasto no salieron a encontramos porque habían creído que llegaríamos de noche, pero por venir muy cansadas y mojadas a consecuencia de la llovizna que nos acompañó toda la mañana de Meneses determinamos entrar cuanto antes a la ciudad y allí fuimos recibidas por l Sr. Vicario y otro Eclesiástico en la puerta de la casa donde nos habían preparado alojamiento. El Sr. Vicario que nos felicitó por nuestro arribo y nos dispenso las mayores atenciones e impidió que entrara a la casa juntamente con nosotras el inmenso gentío que nos seguía; por lo cual quedamos sumamente agradecidas, porque deseábamos el reposo y la tranquilidad, Sea esta la ocasión de agradecer profundamente a todas las personas conocidas y extrañas, que en los caminos, en las posadas en las ciudades, en los pueblos nos han favorecido; nuestros corazones rebozan de gratitudes para con todos nuestros bienhechores en la dura y pesada jornada de nuestro destierro.
La Madre Carmen del Corazón de Jesús, Ex priora quedo en Popayán en la casa de la familia Uzuriaga familia muy católica, pues no fue posible traerla porque estaba postrada. Desde allí enviaba a su Comunidad perseguida, todo lo que en Popayán le daban de limosna.
No tenemos labras para rendir debidamente nuestra inmensa gratitud a nuestro ilustre Capellán que abandono su patria, su familia, los destinos que tenía Popayán, sufro ultrajes y la cárcel solamente por acompañarnos , asistirnos y consolarnos, ya en el convento, ya en la casa donde estuvimos y mese exclaustradas. No descanso hasta que consiguió sacarnos de Egipto, consagrándose totalmente a cuidar día y noche en los caminos, en las posadas, de su débil y perseguido rebaño. Olvidado de sí mismo, de su quietud y aun de su salud, todo lo sacrificaba para atender a nuestro descanso y nuestra comodidad, a la reparación de las enfermas, a distraer nuestro ánimo afligido como amante y solicito padre. Empleaba todos los medios que le sugería su caridad para asistirnos en todas nuestras necesidades tanto espirituales como temporales. A todos comunicaba alimento y valor y endulzaba nuestra aflictiva situación. A pesar de las penalidades contratiempos del viaje nunca le vimos alterado por que la bondad y la dulzura eran las prendas de su magnánimo corazón. Como en el mundo no hay como pagar tantas finezas, apelamos al inagotable tesoro de las Divinas misericordias, implorando por nuestro Capellán, por todos nuestros benefactores, por la R.M. Priora Clara de San José y nuestra hospitalarias hermanitas, que nos satisfechas con lo que han hecho hasta tenernos en su compañía, no se cansan de prodigarnos sus finesas y obsequios. Nuestra voz de gratitud imperecedera va también para la R. M. Carmen de San José, Priora del Carmen Alto, que ya que nos consiguió recibirnos en su Convento como deseaba, nos envió recursos en dinero para el camino, y aquí no deja de mandarnos ropa proporcionada a nuestros usos y necesidades. En general a todas las innumerables personas de esta católica ciudad que nos socorren nuestra eterna gratitud.
CARMEN DE SANTA ANA,
Priora de Carmelitas Descalzas de Popayán.
Carmen Bajo de Quito, 17 de Julio de 1864.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

INTRODUCCIÓN
FUNDACIÓN DEL MONASTERIO DE LAS MM. CARMELITAS DESCALZAS EN IBARRA
Las Madres Carmelitas fueron exclaustradas del Convento de Popayán el año de 1863 y se alojaron en la casa de la Sra. Vicenta Hurtado Mosquera, hermana del Presidente Mosquera y allí permanecieron nueve meses. Viendo que era imposible recuperar su Monasterio resolvieron trasladarse al Ecuador y en el año 1864 abandonaron su patria y en amarga y dolorosa peregrinación se dirigieron a Quito, en donde fueron recibidas por sus hermanas en el Carmen moderno (Carmen bajo). Dos años vivieron con sus buenas hermanas y en el año 1863 vinieron a Ibarra a hacer la primera fundación del Monasterio (Carmen antiguo). Para la construcción del monasterio vendieron con permiso de la Santa sede, algunos vasos sagrados y muchas alhajas preciosas que había traído de Popayán.
Solicitud dirigida al Romano Pontífice por medio del Sr. Delgado Apostólico.-Bmo. Padre: Las Religiosas Carmelitas de Popayán, que perseguidas por el Gobierno Gradino, nos refugiamos en el Monasterio de el Carmen Moderno de Quito, postradas y besando humildemente vuestros pies, imploramos, y, con el precio de ellos adquirir un lugar, o fundo, o censo productivo, a, a fin de vivir con tranquilidad e independencia de la otra Comunidad con la que actualmente vivimos.
(f) Carmen de Santa Ana, Priora.
Quito, 28 de Diciembre de 1865
CONTESTACIÓN A LA SOLICITUD ANTERIOR
R.M. Priora de las Carmelitas de Popayán en Quito: Puse en conocimiento de la Santa Sede de la solicitud que me dirigió esa Vble. Comunidad en 28 de Diciembre de 1865 pidiendo la facultad de enajenar unos vasos sagrados, para con el precio de éstos adquirir un principal y poder vivir tranquila e independientemente. Su Santidad se dignó acceder a dicha solitud me ha remitido el Rescripto que acompaño en copia auténtica. Por consiguiente queda V. Rcia. Autorizada para proceder sobre dicha venta y demás diligencias según los términos y cláusulas del Rescripto Pontificio mencionado. Dios guarde a V. Rcia.
Quito, Mayo 30 de 1866
Muy atento y obsecuente Capellán.
RESCRIPTO DE SU SANTIDAD PIO IX
En Audiencia de 14 de Marzo de 1866, Ntro. Smo. P. Pío, por la Divina Providencia, Papa IX, yo, el infrascrito Secretario de la S. Congregación de Negocios Eclesiásticos Extraordinarios, refiriéndome a la petición dicha, manifiesto que la atendió benignamente, dejando a! arbitrio y a la conciencia del Emo. S. Delgado Apostólico de la República del Ecuador y dándole las facultades necesarias y oportunas, cómo en tales casos acostumbra hacerlo en el Señor, a fin de que pueda y permita la enajenación arriba mencionada, por la cantidad que para dicho uso fuere necesaria: Contrariis quibuscumque minime obfuturis.
Dado en Roma en la Secretaría de la misma Congregación, día, mes y año predichos.
ALEJANDRO. Arzobispo de Tesalónica, secretario.
Concuerda con el original
Con el permiso de la Santa Sede como consta por el anterior Rescripto del Romano Pontífice, las Madres Carmelitas compraron unas casas y un solar para establecer su Monasterio, según la siguiente escritura: En la ciudad de Ibarra a 14 de julio de 1866 ante mí, el Escribano del Número y Hacienda y testigos que abajo suscribirán sus nombres, pareció presente el Sr. Amadeo Páez, de este vecindario, a quien doy fe, conozco y me entregó un certificado conferido por el Sr. Tesorero, el que, a más de ir agregado a este respecto, copiado a la letra es como sigue: «Matías Mariano Garzón. Tesorero accidental de la Provincia de Imbabura, testifica: Que el Sr. Dr. Dn. Benigno Cevallos satisfizo ciento cincuenta y dos pesos en billetes por la alcabala doble de mil novecientos pesos, en que vende el Sr. Amadeo Páez una casa situada en el barrio de San Blas, de esta ciudad, a la R.M. Priora del Monasterio de Carmelitas descalzas de Popayán, Sor Carmen Rojas de Santa Ana, consta de partida tercera de fojas veinte y nueve del libro diario del corriente año.- Tesorería de Hacienda de la Provincia de Imbabura.
Ibarra, Julio trece de mil ochocientos sesenta y seis – Matías Mariano Garzón.
Va fielmente copiado a que me remito, en cuya conformidad dice: Que tiene y posee en propiedad unas casas grandes cubiertas de teja a dos aguas con su retacillo de huerta, situadas en el barrio de San Blas de esta ciudad, que se componen de cuatro ángulos con sus respectivos corredores, piezas de servicio patio y saguán. todas con sus puertas respectivas, que las hubo y adquirió por compra hecha al Sr Víctor Gómez Jurado, de este vecindario, por instrumento extrajudicial que lo otorgó ; su favor, y como- aún todavía no le ha celebrado la correspondiente escritura pública, concurre confesando ser efectiva la venta hecha de sus casas al Sr. Páez, y suscribiendo en Su virtud este instrumento; que mediante este título justo de adquisición se ha mantenido en quieta y pacífica posesión de las referidas cas;;s hasta el presente, en que como dueño legítimo ha deliberado venderlas, y a su efecto tiene celebrado y ajustado contrato de compra – venta con el Sr. Dr. José Benigno Cevallos, Abogado de los Tribunales de Justicia de la República, como apoderado do la R. M. Priora de! Monasterio de Carmelitas descalzas del Monasterio de Popayán, según resulta del poder que le ha conferido, el que copiado a la letra es cel tenor siguiente:
«En Quito a diez de julio de mil ochocientos sesenta y seis, ante el presente Escribano Público y testigos que suscriben, compareció en el locutorio del Monasterio de nueva fundación de Carmelitas, la R. M. Carmen Rojas de Santa Ana, a» quien la conozco, doy fe, otorga: Que por el presente confiere todo su poder amplio y general y bastante, tal como en derecho se requiere y es necesario para valer, al Sr. Dr. D. José Benigno Cevallos, vecino del Cantón de Ibarra, para que en nombre y -representación de la persona, derechos y acciones de la R. M. poderdante, y previa la licencia que se adjunta, del Sr. Gobernador de esta Arquidió-cesis, pueda comparecer ante las Justicias de esta ciudad, u otras partes, mostrándose parte formal y hacer ante ellas las diligencias que crea convenientes, al efecto le confiere las facultades siguientes: La de poder recusara los Ministros de ambas Cortes, Jueces inferiores y demás funcionarios judiciales, alzándoles las. recusas y conviniéndose o no con las excusas que se propongan, y aún prorrogándolas jurisdicción, o negando1 es, para que en los períodos probatorios, presente toda clase de pruebas y tache las del contrario ; para que pueda otorgar una escritura de compra de una casa en ¡a ciudad de Ibarra y otras diligencia concernientes a este respecto según las instrucciones que a este objeto le conferirá a su debido tiempo; pudiendo hacer como la R. M. poderdante lo haría de presente; pudiendo además sustituir el presente en una o más personas y las veces que necesario fuere, y relevándolo de Bostas en forma legal, !o firman los testigos presentes que lo fueron los Sres. Bernabé Loza, José Moreno y José Antonio Manosalvas, de que doy fe – Carmen de Santa Ana Rojas, sigue una cruz. Testigo, Bernabé Loza – íes-» ligo, José Moreno – Testigo, José Antonio Manosalvas.- Ante mí, Nicolás García, Escribano público.

LICENCIA PARA OTORGAR EL PODER

A solicitud de Ia, M. R. M; Priora, Carmen Rojas de Santa Ana de la Corno nielad de-Carmelitas de Poparán, concedemos licencia para que pueda otorgar un poder a! Sr. Dr. José Benigno Cevallos, a fin1 de que, con él pueda practicar algunos negocios relativos a la Comunidad – Quito, Judo a diez de mil ochocientos sesenta y seis – El Gobernador del Arzobispado.
Así consta de la Matriz a cuyo otorgamiento estuve presente, y en fe de ello lo sello y firmo -Hay un signo- Nicolás García, Escribano- Público – Queda literalmente copiado, y a su consecuencia se le devolvió al interesado el citado poder.
Bajo de este concepto y hallándose legitimada la personería del Sr. Dr. Cevallos y ajustado el citado contrato, le ha pedido, que para la seguridad de’ la R. M. Priora y ele su «Vble. Comunidad, !e otorgue la correspondiente escritura pública y por ser justo ha venido en ello, y poniéndolo en ejecución en a que la vía y forma que más firme sea en derecho, otorga: Que por sí y en nombre de sus herederos y sucesores presentes y futuros venda para siempre al personero de la R. M. Prior» de Carmelitas, para olla y su Comunidad, las enunciadas casasen la forma en que quedan ya referidas; bajo de has linderos, que lo son: por la calle, entrada pública en medio con huerta, de las casas del Sr. José Vinueza, por abajo, parte con casa y huerta del Sr. Santiago González, y parte con huerta del Sr. Chamorro, por un lado con casa y huerta del mismo Chamorro Manuel, y por el otro, con casa y huerta del Sr. Juan José Chaves, calle pública en medio. Declarando el otorgante no tener vendidas, enagenadas y empeñadas dichas casas y huerta, y que están libres de tributo, memoria, capellanía, vínculo, patronato y cualquiera otra especie de gravamen, y que como tales se las vende con todas sus entradas y salidas, servidumbres y demás cosas que anexas tiene y le pertenecen conforme a derecho, en el valor de mil novecientos pesos de contado, de éstos, confiesa el vendedor tener recibidos mil pesos a su contento y satisfacción y por no parecer de presente su entrega y recibo, renuncia la ley novena del título primero, partida quinta, con lo que a este respecto dispone el Código Civil, y los novecientos pesos de resto a satisfacerle dentro del término de seis meses, contados desde esta fecha en adelante sin ningún interés y con hipoteca de las mismas casas para su seguridad ; debiéndose advertir que es de la cuenta de la compradora el derecho de alcabala y el costo de esta escritura.
Así mismo confiesa el vendedor que el justo precio y verdadero valor de dichas casas es el de los referidos mil novecientos peS03 pagaderos en la forma que queda expresada, y que no valen más, ni ha hallado, quien le dé tanto por ellas, si más valen o pueden valer, hace del exceso en poca o mucha suma, a favor de la compradora y de su Comunidad, gracia y donación perfecta e irrevocable, con todas las seguridades legales, renunciando la ley primera, título once, libro quinto de la recopilación y lo que dispone el citado Código, sobre el engaño y los cuatro años que proviene para pedir recisión, o el suplemento a su justo valor, y se quita, desiste y aparta del derecho de propiedad y posesión que tenía a dichas casas, y todo lo cede y renuncia y traspasa en la Compradora y su Comunidad, para que las posean, enajenen y dispongan de ellas a su arbitrio como de cosa suya, habida y adquirida con justo y legítimo título; le confiere al representante de la R.M. Priora la competente facultad, para que de su autoridad o judicialmente entre en la posesión y propiedad de dichas casas. Y se obliga a que nadie la inquietará, ni moverá pleito sobre la propiedad de ellas, y a que no aparecerá ningún gravamen, y si se le inquietare, moviere pleito y apareciere gravamen, luego que el otorgante, sus herederos y sucesores sean requeridos conforme a derecho, saldrán a su defensa y seguirán el pleito a sus expensas en todas instancias y tribunales hasta ejecutarlo y dejar a la compradora en su libre uso y pacífica posesión, y no pudiéndolo conseguir le darán otras iguales en valor y comodidades, y en su defecto le restituirán la cantidad que ha desembolsado, la mayor que adquiera con el tiempo y todas las costas, gasto y menoscabos que le siguieren en sus intereses, por todo lo cual se les ha dado poder ejecutar solo en virtud de esta escritura y juramento del que posea o le represente, en que difiere su importe, relevándose de otra prueba. A cuyo cumplimiento obliga su persona, todos y cualesquiera sus bienes, muebles, raíces, derecho y acciones habidas y por haber, hipotecando especialmente la compradora las citadas casas como queda dicho, para la satisfacción de los novecientos. Con poder y sumisión a las justicias y jueces de la República, de esta ciudad y otras partes, ante quienes el traslado de esta escritura se representare y pidiere su cumplimiento, a cuyo fuero y jurisdicción se somete y renuncia el suyo propio domicilio y vecindad con todas las leyes del caso que hacen a su favor, y la general que las prohíbe, para que a lo dicho le condenen, compelan y apremien por todo rigor de derecho y vía ejecutiva, como por sentencia de juez competente pasada en autoridad de cosa juzgada, consentida y no apelada. Y hallándose presentes al otorgamiento de esta escritura, el relacionado Sr. Dr. José Benigno Cevallos de este vecindario a quien así mismo doy fe, conozco, habiendo oído en temor y forma de esta escritura dijo: Que usando de la facultad que se le confiere por la R.M. Priora de Carmelitas en el poder que se halla inserto, la aceptaba y aceptó, por ser otorgada en favor de su representada, para que la use como viere mejor le convenga; Yo el Escribano advertí al interesado, saque copia de esta escritura y la haga pasar por la Oficina de Anotación y Registro, dentro del segundo día, como lo previene la Ley para los efectos convenientes en cuyo testimonio así lo dicen, otorgan y firman, siendo testigos los Sres. José Roberto Gallegos, Mariano Villalba, y Emigdio Flores de este vecindario presentes, de que voy fe.- Amadeo Páez – José Benigno Cevallos – Víctor Gómez Jurado – testigo, José Roberto Gallegos – Testigo, Mariano Villalba – Testigo, Emigdio Flores. Ante mí, Zoilo José de Lara, Escribano del Número y de Hacienda. Me hallé presente a su otorgamiento y en tanto conforme con el registro, lo signo y firmo en Ibarra en dicho día, mes y año – Derechos 4 reales la primera página y a dos, las siguientes.
ZOILO JOSE DE LARA Escribano del Número y Hacienda
Queda tomada razón de esta escritura a fojas 7, vuelta al libro de Registros y a su vuelta, el de anotaciones del corriente año.
Ibarra, a 14 de Julio de 1866.
El Secretario JOSE DE LARA
Hecha la compra de las casas, la R.M. Priora hizo al Rmo. Sr. Dr. Arsenio Andrade, Administrador Apostólico, la solicitud para fundar canónicamente del monasterio.
‹‹Señor Administrador Apostólico: Carmen de Santa Ana, Priora de la Comunidad de Carmelitas Descalzas del extinguido Monasterio de esta orden en la ciudad de Popayán de la República, hace dos años cuatro meses, ante V. Sía. Con la humildad y el respeto debidos, expone: Que, po0r el Rescripto Pontificio y la adjunta Nota del Excmo. Sr. Delegado Apostólico, que acompaño a V. Sía., verá contenida claramente la voluntad y el permiso de Ntro. Smo. Padre, el Papa reinante, Pío IX, para que mi Comunidad que ha estado dos años caritativamente asilada en el Carmen de nueva Fundación en Quito, se establezca independientemente; esto es en otro Monasterio, por no permitir nuestra Regla y Constitución vivir en un mismo convento dos comunidades. En esta virtud y de acuerdo con el Exima. Sr. Delegado Apostólico, Francisco Tavani, con el Hmo. Sr. Obispo Auxiliar del Arzobispado de Quito. Dr. Fray José María Yerovi, con el Hmo. Sr. Dr. José Ignacio Checa, Obispo electo para esta Diócesis, y con el parecer de varios de nuestros Directores espirituales, resolví trasladarme a esta ciudad, en cumplimiento de la altísima voluntad de Dios Ntro. Sr. Que tan claramente se nos ha manifestado, para establecer el nuevo Monasterio con la Mayor parte de mi Comunidad, compuesta de trece religiosas presentes, dos ausentes en Popayán por enfermas, habiéndose desmembrado otras dos que quedaron incorporadas en los dos Monasterios de Ntra.
Orden en Quito.
Las que componen hoy mi Comunidad son: Carmen de Santa Ana. Priora (Rojas) –Rosa de San Joaquín, Subpriora (Gutiérrez) – Gregoria del Smo. Sacramento, Secretaria y Clavaria (Valenzuela) –Ana María de San Agustín, Clavaria (Valencia) – Carmen de San Eliseo (Grueso) – Sebastiana de San Elías (Gutiérrez) – Rosa de san José (Rivas) – María Manuela de la Sma. Trinidad (Beltrán) – Mercedes de San Juan de la Cruz (Puente) – María Jesús de los Dolores (Valencia) – Feliza de Jesús y María (Velasco) –Juana María de San Rafael (Valencia) – Ascensión de San Luis Gonzaga, de velo blanco (Torres). Las dos ausentes son: Carmen del Corazón de Jesús (Sarmiento) –María Josefa de la Concepción (Rodríguez). Hay cinco criadas y dos muchachas, de las cuales, una vive afuera con su marido para el servicio del convento.
Y por cuanto el Supremo Poder ejecutivo de esta República ha dado su aprobación y ofrecido su apoyo a nuestra fundación, como consta en el Oficio en respuesta a la comunicación enviada por el Sr. Administrador Apostólico. Oficio cuya copia auténtica le adjunto: A V. Sía. Humilde y piadosamente suplica, se digne en virtud de las facultades apostólicas de que se halla investido, expedir al correspondiente Decreto de erección y fundación del Monasterio de nuestra Orden de Carmelitas Descalzas bajo el título del patriarca San José, Esposo de María Sma. Protector de Ntra. Orden a cuyo patrocinio hemos consagrado esta fundación santa, y consiguientemente declarar establecida en nuestro Monasterio y Capilla, la Cofradía de Ntra. Sra. del Carmen.
Ibarra, 9 de Octubre de 1866.
OFICIO DEL GOBIERNO AL SR. ADMINISTRADOR APOSTÓLICO.
República del Ecuador. Ministerio de Estado en el despacho del Interior:
Quito a 2 de Octubre de 1866.
Señor Administrador Apostólico de la Diócesis de Ibarra: Sometida al despacho de Su Excia. , el Presidente de la República (en ese entonces Dn. Jerónimo Carrión y Ministro de Interior Dr. Manuel Bustamante) la estimable comunicación de Vuestra Sría. Fecha 29 de Septiembre último, ha tenido a bien aprobar en todas sus partes, el proyecto de las RR. MM. Carmelitas expatriadas de la ciudad de Popayán. Por consiguiente coopere V. Sía del modo más eficaz al establecimiento de la casa monástica, que por su parte el Poder Ejecutivo no omitirá medio ninguno que conduzca a este santo objeto.
Dios Guarde a V. Sía.
MANUEL BUSTAMANTE
En el mes de Septiembre consta así mismo en el archivo de las MM. Carmelitas una Nota del Gobernador de Imbabura contestando a una comunicación remitida por la R. M. Priora que a la letra dice así: “República del Ecuador. –Gobernación de la República de Imbabura.
Ibarra, a 27 de Septiembre de 1866.
A la M. R. M. Priora del Monasterio de Ntra. Sra. del Carmen: Con la más profunda satisfacción ha recibido el que suscribe la muy atenta y estimable comunicación de V. Rcia. , fecha 27 del que cursa, en la cual se sirve poner en noticia de esta Gobernación, la llegada de la Comunidad de Religiosas profrsas de la Orden de Ntra. Sra. del Carmen, de las Descalzas reformadas por Santa Teresa de Jesús y la intención consiguiente de fundar en esta ciudad un Monasterio de su Orden, según la divina voluntad de Dios Nuestro Señor y de su Sma. Madre.
Grato y consolatorio sobremanera es la verdad. Para un pueblo eminentemente cristiano como éste, a cuya cabeza tengo a honra hallarme colocado, el establecimiento de una Congregación de vírgenes cuyo fin primordial es el ejercicio de las virtudes católicas, y cuyas plegarias por el bien y prosperidad de la nación que tiene la fortuna de abrigaras en su seno, serán infaliblemente oídas por el Supremo Director de las cosas humanas. Así el infrascrito se congratula por la fundación del Monasterio que V. Rcia. preside felicita a la Comunidad por su arribo a este lugar y se honra de ofrecerle sus servicios particulares y públicos y sus consideraciones y respetos, suplicando a V. Rcia. , se digne expresarlos a todas y a cada una de las Madres de quienes y muy especialmente de su digna Priora desea llamarse muy atento servidor.- Firmado.- B. GRIJALVA.
Teniendo ya la aprobación de la Santa Sede, del Gobierno Eclesiástico y Civil del Ecuador, el Sr. Administrador Apostólico contestó a la petición de la R. M. Priora, en los términos siguientes:
Ibarra, a 21 de Noviembre de 1866.
Rda. Priora de Carmelitas Descalzas: Dando gracias a la Divina Providencia y perpetrados del más vivo reconocimiento hemos aceptado la solicitud de la R. M. Priora y de su Vble. Comunidad por la que nos hacen saber, que estando expatriadas (de la ciudad de Popayán, despojadas de sus temporalidades Y peregrinando hace dos años cuatro meses en esta República del Ecuador, desean establecerse en esta Diócesis de Ibarra, fundando un nuevo Monasterio de la Orden de Carmelitas Descalzas a que ellas pertenecen.
Para conseguir este fin acreditan que previamente suplicaron al Santo Padre, les facultara para vender unas alhajas y vivir con su producto con tranquilidad e independencia, cuya solicitud fue despachada favorablemente, como consta por la copia dada por el Excmo. Monseñor Delegado Apostólico del Rescripto del 14 de Marzo del presente año, expedido por Ntro. Smo. Padre Pío IX. Mediante esta autorización realizaron las mencionadas alhajas y compraron en esta ciudad de Ibarra una casa adecuada para la fundación del Monasterio y piden que se declare la erección y fundación nueva del convento Carmelitano Ibarrense, Nos, satisfaciendo nuestros propios deseos y los de las religiosas peticionarias, dando gracias a Ntro. Smo. Padre y haciendo uso de las facultades Pontificias que gozamos, aceptamos y recibimos por súbditas nuestras de nuestros sucesores, a las hijas predilectas, Carmen de Santa Ana, Priora; Rosa de San Joaquín, Subpriora y Clavaria; Gregoria del Smo. Sacramento, Secretaria y Clavaria; Ana María de San Agustín, Clavaria; Carmen de San Eliseo, Sebastiana de San Elías, Rosa de San José, María Manuela de la Sma. Trinidad, María Jesús de los Dolores, Feliza de Jesús y María, Juana María de San Rafael, de velo negro, Carmen del Corazón de Jesús, María Josefa de la Concepción, también de velo negro que están ausentes por causa de enfermedad y Ascensión de San Luis Gonzaga, de velo blanco. A todas las que las declaramos fundadoras y de acuerdo con su Excia. , el Presidente de la República (Nota 2 de Octubre del presente año) erigimos el nuevo Monasterio de la orden de Carmelitas Descalzas y lo fundamos bajo la advocación y patrocinio del Patriarca San José, Esposo de María Sma. Quedando de esta manera establecido perpetuamente en la casa en que actualmente en la casa en que actualmente habilitan, con todas las gracias preeminencias y prerrogativas concedidas al Instituto Carmelitano por las Bulas, Decretos, Breves y Rescriptos Pontificios.
Por tanto autorizamos a la R. M. Priora para que pueda establecer el Noviciado y aceptar a las jóvenes vírgenes que quieran consagrarse al servicio del Señor y exigir la dote en proporción a las circunstancias de escases en las que se encuentran. Así mismo le facultamos para la construcción de un templo público pudiendo exigir limosna para este objeto por medio de personas piadosas y honradas. Más, entretanto se consiga la realización de esta gran obra, se les permite tener una capilla privada, recomendándoseles, que en cuanto sea posible traten de hacerla pública abriendo puertas a la calle, con el objeto de que los fieles gocen de las gracias e indulgencias concedidas a los Cofrades de Ntra. Sra. del Carmen. A este fin el Vble. Capellán de este Monasterio Dr. Felipe Santiago López establecerá dicha Cofradía, en virtud de la autorización que le da el Exmo. Sr. Delegado Apostólico en su nota oficial de 6 de Noviembre del presente año.
Exhortamos y mandamos que todas las Autoridades así eclesiásticas como civiles reconozcan al Carmen de nueva fundación como tal y le presten cristiana y caritativamente los servicios y consideraciones a que son acreedoras las RR. Madres que lo componen, procurando su adelantamiento espiritual y su bienestar temporal. Para dar el lleno a esta piadosa fundación y para que el cielo bendiga a esta santa Comunidad, prestarán a Nos y a nuestros sucesores la obediencia que las dignas es posas de Jesucristo deben a sus legítimos Prelados , ofreciendo guardar con esmero y estrictez las Reglas y Constituciones de su Orden. Hágase saber a la Vdle. Comunidad y sáquese copia de este decreto, para que archivado en nuestra Secretaria y el Original con los Documentos adjuntos, entréguese a la R. M. Priora para su constancia en lo fututo.- Firmado – ARSENIO ANDRADE.
Proveyó y firmo su Sria. El Sr. Administrador Apostólico, Dr. Arsenio Andrade, el Decreto que antecede, por ante mí, el infrascrito Secretario, de que certifico, en Ibarra a veinte y cinco de Noviembre de mil ochocientos sesenta y seis. Miguel Andrade Marín, Secretario.
Acto continuo, yo, el infrascrito Secretario hice saber el Decreto superior que antecede a la R: M. Priora, Carmen de Santa Ana, de que certifico.- Andrade Marín- Carmen de Santa Ana, Priora.
En veinte y tres de Noviembre de mil ochocientos sesenta y seis, hice otra notificación al Sr. Dr. Felipe Santiago López, Capellán del Monasterio de Carmelitas, con el objeto de hacer le saber la facultad que el Excmo. Sr. Delgado Apostólico, le concede para establecer la Cofradía de Ntra. Sra. Del Carmen, de que certifico.- Andrade Marín- Felipe Santiago López.
PROMESA DE OBEDIENCIA DE LAS RR. MM. CARMELITAS AL SEÑOR ADMINISTRADOR APOSTOLICO.
En la ciudad de Ibarra a los dos días del mes de Diciembre del año del Señor de mil ochocientos sesenta y seis, se trasladó el Sr. Administrador Apostólico de este Obispado, Pbro. Dr. Arsenio Andrade, al Monasterio de Religiosas Carmelitas descalzas, que se está fundando, Asociado del Capellán de ellas Pbro. Felipe Santiago López y del infrascrito Secretario; y habiéndose reunido toda la Comunidad en el Oratorio del Convento, se dio principio por el canto de la antífona, preces y oraciones prescritas para estos casos por el Ritual de la Orden. En seguida se leyó el Decreto de Fundación del nuevo Monasterio y Capilla de Ntra. Sra. Del Carmen en esta ciudad, bajo la protección del Patriarca San José, expedido por el Sr. Administrador Apostólico de esta Diócesis, quien después de haberle hecho a la Comunidad una exhortación patética relativa a esta santa y piadosa fundación, le exigió la solemne promesa de obedecimiento a los Prelados de este Obispado, bajo esta fórmula: “¿Prometéis R. M. Priora y Comunidad de MM. Carmelitas, que os halláis aquí presentes, es nombre de Dios Todopoderoso y de la bienaventurada Virgen María, Ntra. Sra. Del monasterio Carmelo, obedecer a Nos y a nuestros legítimos Sucesores, conforme a las disposiciones de vuestra Regla y Constituciones, y todo los más que mande y ordene Ntra. Santísima Madre Iglesia Católica, por medio de nuestra Autoridad?” – Y todas respondieron unánimemente: “Si prometemos obedeceros” A los cual repuso el Prelado: “Pues si así lo cumplís, Dios os premie, y si no, os lo demandara”.
Luego se terminó este acto cantando el “Te Deum”, con las preces y oraciones prescritas por el expresado Ritual y firman esta Acta para perpetua memoria la R. M. Priora y todas las Religiosas Fundadoras, que estuvieron presentes, con el S. Administrador Apostólico, el Capellán y Secretario, de que doy fe.
Ibarra, a 2 de Diciembre de 1866.
Arsenio Andrade, Administrador Apostólico. Carmen de Santa Ana, Priora. Por la Hna. Sebastián de San Elías y la Hna. Ana Rosa de San José, que, por defecto de la visita, no pueden hacerlo, firma la Hna. Gregoria del Smo. Sacramento, Carmen de San Eliseo, María Manuela de la Sma. Trinidad, Mercedes de San Juan de la Cruz. Ana María de San Agustín, Clavaria, Felisa de Jesús, María Jesús de los Dolores, Juana María de San Rafael, Ascensión de San Luis Gonzaga, Gregoria del Smo. Sacramento, Secretaria y Clavaria, Felipe Santiago López, Capellán.
MIGUEL ANDRADE MARIN
SECRETARIO
Llenadas todas las formalidades canónicas para la fundación, las religiosas continuaron el trabajo del Monasterio en el que vivieron muy poco tiempo, pues en él años de 1866, en que lo ocuparon, sin haberlo terminado aún, fue destruido por el terremoto del año 1868, terremoto que causo cuatro víctimas de las Religiosas Fundadoras, a saber: la Priora, Carmen de Santa Ana, Ana de San Agustín, Juana María de San Rafael, y Mercedes de San Juan de la Cruz. Las Religiosas restantes amargadas con tanta tribulación regresaron a Quito y se refugiaron en el mismo Convento del Carmen Bajo. Por la muerte de M. Priora, Carmen de Santa Ana, fue elegida para remplazarla, la R. M. Gregoria del Santísimo Sacramento (Valenzuela) la que, con el mismo tino y prudencia de su predecesora gobernó la tan atribulada Comunidad. Durante los cuatro años que permaneció la comunidad de Carmelitas de Popayán en Quito en el Carmen Bajo, Ambas Comunidades formaban una sola, para los actos de la observancia regular, pero conservaban su independencia, obedeciendo cada Comunidad a su respectiva Superiora.
En el año 1871 regresaron de Quito a Ibarra las Religiosas para fundar su segundo Monasterio en esta ciudad. Inmensa fue la pena que tuvieron al despedirse de sus hermanas que con tanto cariño les habían dado hospedaje por dos veces, y unas y otras conservaron el recuerdo de los buenos ejemplos que mutuamente se habían dado mientras vivieron bajo el mismo techo.
Luego llegaron a Ibarra, que a consecuencia de un terremoto era un montón de ruinas, por orden de la Autoridad Eclesiástica se trasladaron a Caranqui, en donde fueron recibidas en la casa del Sr. Joaquín Jaramillo, y allí establecieron su pequeño Monasterio, sujetas a mil privaciones e incomodidades. Pero, Dios que vela por las personas que le aman, les envió un consuelo, en medio de tantas tribulaciones; y fue la vocación religiosa de la primera Ibarreña a la vida Carmelita, la joven Mariana Piñeiro, de origen Colombiano, porque su familia emigro también al Ecuador por los disturbios de Colombia. Dicha joven que, en la Religión llevo el nombre de Mariana del Corazón de Jesús, fue hija de la Sra. Martina Piñeiro (su padre natural, un señor Ponce de Quito), presto grandes e importantes servicios a las Religiosas Colombianas que declinaban ya, víctimas de enfermedades, de los años y de los múltiples sufrimientos con que las había probado Dios N. Sr.; pero supieron corresponder a la joven religiosa con inmenso cariño y gratitud.
Estando las Religiosas en Caranqui, recibieron del Ilmo. Sr. Obispo un oficio cuyo tenor es el siguiente:
La Esperanza, a 29 de Abril de 1871.
A la R. M. Gregoria del Smo. Sacramento: Como es necesario dar principio a la obra del convento del Carmen de esta Diócesis, ordeno a su Rcia. Que de acuerdo con las demás Religiosas que tienen voto, eroguen la cantidad que se necesita para la compra del sitio donde se debe edificar, advirtiéndoles que cuentan aquí con cuatrocientos pesos que les toco de las limosnas. Mas luego haremos los arreglos correspondientes para que se facilite la construcción, teniendo cuidado de poner al acuerdo de las hermanas del Carmen.
Deben también instituir un apoderado para que firme la escritura de compra y venta, – Dios guarde a su Rcia.- ANTONIO TOMAS ITURRALDE, BISPO DE Ibarra.
En vista del anterior oficio se trasladaron de Caranqui a Ibarra y se asilaron en la casa de ejercicios de San Francisco ( hoy Casa Parroquial y Orfelinato Pérez, ambos edificios de construcción moderna) para dar los pasos pendientes a la construcción del segundo Monasterio, y enseguida hicieron la solicitud canónica al Ilmo. Sr. Obispo en los siguientes términos:

“Ilmo. Y Rvdmo. Monseñor D. D. Antonio Tomas Iturralde,
Obispo Diocesano de Ibarra.
Muy respetado Monseñor:
Las que suscribimos a nombre de la comunidad, a V. S. Ilma, Suplicamos rendidamente se digne concedernos su superior licencia para gastar en la compra de la cuadra y construcción de nuestro convento de Ibarra, lo que sea necesario del pequeño capital a 8.000 pesos sencillos que de la pensión mensual que nos pasa el Gobierno Colombiano, hemos reunido, y correspondía a las ocho religiosas que estamos aquí. El valor del terreno puede ser 800.00 pesos.
Nuestra constitución en el Capítulo séptimo, numero sexto, prohíbe expresamente que se consuma en poca, ni en mucha cantidad, las rentas o dotes de las religiosas, sino en grave y urgente casi de necesidad, dando el Convento su consentimiento, y el Prelado, la licencia por escrito: Puestas el presente, en este caso, todas unánimemente y con espontánea voluntad consentimos en que se invierta el dicho capital, en parteo en todo, si fuere necesario, en comprar el terreno y construir el convento, porque es la mayor y urgente necesidad que tenemos; también pedimos a V. S. Hma. Se digne designar y hacernos saber por escrito, las personas que deben correr como agentes de esta obra, en todo lo cual recibirá esta comunidad, merecida gracia.
Gregoria del Smo. Sacramento, Priora –Por María Rosa de San Joaquín, Clavaria firma Feliza de Jesús, Subpriora¬ – Carmen de San Eliseo, Clavaria – María Jesús de los Dolores, Clavaria.- Caranqui. Monasterio de Carmelitas, Abril 26 de 1803. >>
Contestación al pie, de la presente.
Gobierno Eclesiástico.
Ibarra 30 de Abril de 1873.
A la Priora. Concedemos a las religiosas del Monasterio del Carmen, la facultad de consumir hasta la cantidad de ochocientos y aún mil pesos sencillos en comprar el terreno que fuere necesario para edificar el convento y la Iglesia para la fundación. Firmando
-El Obispo. >>
Después de haberles concedido a las Religiosas la licencia para invertir el dinero necesario en la fundación, el Hmo. Sr. Obispo les comunica que ha designado al Rvdmo. S. D. D. Mariano Acosta, para que se ponga al frente de todos los trabajos, con la siguiente nota:
<<Gobierno Eclesiástico de la Diócesis.
Ibarra, a 13 de Mayo de 1873.
A la M. R. M. Priora del Monasterio del Carmen: Comunicamos a su Rcia. que, a fin de facilitar la compra del terreno para la construcción del Monasterio que debe ocupar esa Vble. Comunidad, hemos comisionado al Sr. Canónigo Dr. Mariano Acosta, quien se entenderá, no solo en este asunto, sino aún en la edificación del referido Monasterio. Su Rcia. poniéndose en acuerdo con el Sr. Acosta, hará a este respecto los arreglos que convengan.
Dios guarde a V. Rcia. – Antonio Tomás Iturralde, Obispo de Ibarra. >>
Hechas todas estas diligencias previas para la fundación del Monasterio en Ibarra, las Religiosas tenían enormes dificultades para establecerse definitivamente, y resolvieron aún estando en Caranqui regresar a su país natal a Pasto o a Popayán, ciudades de donde habían recibidos repetidas invitaciones; más antes de hacerlo consultaron a Excmo. Sr. Delegado Apostólico, quién les contesto en los términos siguientes:
<< A La R. M. Priora y demás Religiosas recientas en Caranqui.
Quito, Noviembre 18 de1873.
M. Rvdas. Madres:
El Excmo. Sr. Delegado Apostólico ha recibido la estimable carta de Vs. Rcias., fecha a 6 de Septiembre último, y ha quedado profundamente conmovido por las repetidas pruebas, a que han sido sujetadas por la Divina Providencia, hace algún tiempo. Por esta razón ruega a Dios N. Señor para que se digne comunicarles más y más su virtud, y no desmayen jamás en medio de las tribulaciones.
Respecto al consejo que V. Rcias. piden a su Excia. Hma. En la expresada carta, a saber si deben aceptar, o no la invitación de regresar a su tierra natal; por mi conducto su Excia. pone en conocimiento de Vs. Rcias., que cuantas veces, en esta Diócesis de Ibarra, no tienen garantías suficientes para fundar un buen convento, y mucha más, si no tienen esperanza fundada, de que dicho convento pueda prosperar en el tiempo venidero, ya sea por la falta de recursos, ya sea por cualquier otro motivo; en este caso su Excia. es de parecer que más bien acepten las invitaciones que le hacen, y se establezcan o en la ciudad de Pasto, o en la ciudad de Popayán. Sin embargo advierte el Excmo. Sr. Delgado Apostólico, que en esto les dice en la suposición de que las ventajas de que se prometen en una u otra de dichas ciudades, sean reales y verdaderas, pues de lo contrario, no quieren que Vs. Rcias. vayan a exponerse a nuevos disgustos, privaciones y persecuciones.
Por el motivo expresado el Excmo. Sr. Delgado Apostólico, no les manda por ahora la licencia que le piden, ad cautelam; pues desea que reflexionen sobre el asunto, y si se resolvieran para salir de esta Diócesis, no tienen sino que renovar la solicitud para que reciban inmediatamente el despacho favorable.
Me olvidaba advertir a Vs. Rcias. que la mencionada carta fue recibida en esta Delegación Apostólica, tan sólo en la noche del dominado próximo pasado, esto es a 16 del presente; y este ha sido el motivo, por el cual no se ha contestado antes.
Aprovecho la oportunidad para ofrecer a Vs. Rcias. los sentimientos de mi distinguida consideración y aprecio, con que me suscribo su atento S. S. y Capellán – ANTONIO FRANCESCHINI, Secretario de la Delegación Apostólica. >>
En vista a la respuesta anterior y ante el prudente consejo del Excmo. Sr. Delegado Apostólico, reaccionaron las Religiosas, conocieron que la voluntad de Dios acrisolarse en el sufrimiento y emprendieron en la construcción del actual Monasterio. Mientras duro el trabajo, permanecieron en la Casa de Ejercicios hasta el año 1876 en que se terminó la construcción del convento y la capilla. La compra del solar y la construcción del edificio costó en aquel tiempo $ 15.000, dinero que cedieron las religiosas, parte de sus rentas y lo demás con el producto de la venta de alhajas pertenecientes al culto divino con licencia obtenida de la Santa Sede.

ESCRITURA DE COMPRA Y VENTA DEL TERRENO
El Sr. Manuel Muñoz a favor de la Reverenda Madre Priora y las tres Clavarias del Monasterio del Carmen, en mil pesos.
<< En Ibarra a diez y seis de julio de mil ochocientos setenta y tres, ante el presente Escribano Público y testigos que suscribirán, compareció el Sr. Manuel Muñoz de este vecindario, mayor de edad, a quien conozco, doy fe, y me entregó un certificado conferido por el señor Tesorero de Hacienda; el cual va al fin de este Registro y copiado literalmente es como sigue: <<Rafael Egas, Tesoro de Hacienda Nacional de la Provincia de Imbabura, etcétera. – Certifico: Que el Sr. Prebendado Mariano Acosta satisfizo veinte pesos en dinero al dos por ciento y setenta billetes al seis por ciento en la cantidad de mil pesos de contado, en que compran las Monjas Carmelitas de este lugar al Sr. Manuel Muñoz, un pedazo de terreno situado en el barrio de San Francisco de esta ciudad. El billete es de procedencia ecuatoriana, numero ochenta y cuatro.
Consta de Partidas primera y segunda del folio doscientos treinta y ocho del Libro Diario del corriente año. – Ibarra, veinte y siete de Junio de mil ochocientos setenta y tres.- RAFAEL EGAS. >>
Va finalmente copiado, y en consecuencia, el Sr. Muñoz dijo: << Que en su propia voluntad vende a las Monjas Carmelitas, madre Priora y las tres Clavarias, residentes en este lugar, una casa y terreno que posee en esta ciudad, bajo los linderos siguientes: por el Oriente, parte calle pública que conduce de San Francisco a San Juan Calle, y parte casas de los Sres. Antonio Tamayo y Dolores Madera: por el Norte, Occidente y Sur tres calles públicas que conducen los dos de la Concepción y del antiguo convento de San Felipe, al río Tahuando, y la otra, del mismo San Felipe al antiguo Carmen, aclarando que en este último lado hay el piso incompleto de dos tiendas pertenecientes a la Sra. Bárbara Manzano. Bajo estos linderos expresó el vendedor que se han hallado en posesión y propiedad de los referidos casa y terreno, y que los adquirió por herencia de su padre el Sr. Fermín Muñoz: Que reconoce el principal (sic) acensuado de doscientos pesos cuyos créditos se pagan al Colegio Seminario de San Diego de esta ciudad. Se obligó al vendedor a levantar inmediatamente la hipoteca de cuatrocientos pesos con que está gravada la casa a favor del Sr. José Antonio Jácome y su esposa Ángela Cárdenas: Que fuera de los gravámenes ya referidos, no los tiene a los mencionados cas y terreno, vendidos y enajenados, de ninguna otra manera, y que como tales los vende con todas sus entradas, salidas, usos, costumbres, derechos, servidumbres y con todas las demás cosas que tiene anexas y le pertenecen conforme a derecho, en el precio de mil pesos, pagaderos de la manera siguiente: trescientos pesos de pronto contado, que confesó haberlos recibido y los setecientos pesos restantes, después de aprobada la hijuela divisoria de los Sres. Muñoces. Advirtió también el Sr. Muñoz que se excluye de la venta la piedra que está aglomerada y las puertas que existen de las piezas. Por haber confesado el Sr. Muñoz que ha recibido los trescientos pesos ya relacionados, le hice presente, que esta confesión no admite prueba en contrario, como lo dispone el Código civil: Se sujetó a las obligaciones impuestas por dicho Código, especialmente a la evicción por saneamiento. La R. M. Priora y las tres Clavarias, instruirlas del tenor de esta escritura, la aceptaron y se sujetaron a las obligaciones impuestas por la Ley a los compradores. Yo, el Escribano advertí al interesado que hiciera registrar e inscribir la copia de esta escritura, para lo cual quedó comisionado el Sr. Manuel Muñoz. En testimonio de cuanto se ha expresado y después de leída esta escritura, firmaron los contratantes con los testigos instrumentales presentes, de este vecindario, mayores de edad y hábiles por derecho, con los Sres. Que se mencionarán. En este estado el señor Dr. Mariano Acosta me presentó la licencia conferida por el Sr. Vicario General de esta Diócesis, a la R. M. Priora del Monasterio del Carmen, para dicha compra, la referida licencia copiada literalmente es como sigue: “Nos, Doctor Francisco Pigati, Proto Notario Apostólico ad instar Participatium, Arcediano de la Catedral y Vicario General de la Diócesis de Ibarra: Vista la Solicitud que la Reverenda Madre Priora del Monasterio del Carmen ha dirigido a nombre de la Comunidad que preside, pidiendo licencia para gastar la suma de mil doscientos pesos en la compra del terreno y casas del Monasterio, y para hacer el pago de alcabala y escrituras, por haberse obligado así en la contrata; Nos, en virtud de las facultades, de que nos hallamos investidos y atendiendo a la utilidad que de ello reporta a la Comunidad, tenemos a bien conceder las licencias solicitadas. Además autorizamos a la Reverenda Priora para que haga todos los gastos necesarios en la construcción de las casas y templo, llevando o mandando que se lleve la cuenta respectiva, para presentarla a Nos.- Ibarra, a diez y siete de Julio de mil ochocientos setenta y tres.- Firmado – Francisco Pigati.- – En este estado se advierte que las Reverendas Madres mencionadas se hicieron presentes en el locutorio de su Monasterio de Caranqui, en donde firmaron la presente con los testigos, que son los Sres. Miguel Lara, José Játiva y Carlos Eduardo Monge; de que doy fe Firmado – Manuel Muñoz – Gregoria del Smo. Sacramento, Priora (Aquí una cruz) Por estar impedida María Rosa de San Joaquín, Clavaria, firma Felisa de Jesús (Aquí una cruz) Carmen de San Eliseo, Clavaria-. (Aquí una cruz)- María Jesús de los Dolores, Clavaria (Aquí una cruz) Testigo, Miguel Lara Testigo, José Játiva – Testigo, Carlos E. Monge- – Ante mí, Moisés Jaramillo, Ecribano Público.
Es fiel copia de la escritura anterior, cuyo original existe en el Registro de mayor cuantía del Archivo que está bajo mi custodia. Para los fines legales, doy la presente, a petición verbal de la Reverenda Madre Priora del Convento de Carmelitas de esta ciudad, signada y firmada en Ibarra, a cinco de Junio de mil novecientos cuarenta y cinco.
El Notario.- GABRIEL GAVIÑO.
Razón – Al margen de la escritura original, consta: Que el Sr. Manuel David Muñoz ha cancelado la cantidad que quedó debiendo el Monasterio de Carmelitas de esta ciudad, por concepto del precio de la casa y terreno que relaciona esta escritura. La cancelación se ha verificado con fecha veinte y seis de septiembre de mil ochocientos setenta y tres.- Ibarra, a 5 de Junio de 1945.
El Notario Segundo Cantonal – GABRIEL GAVIÑO.
Hecha la compra anterior del terreno compraron nuevamente otro lote adyacente para cuadrar la manzana, habiendo vendido otras alhajas con el permiso del Sr. Delegado Apostólico, tanto para la subsistencia como para comprar el terreno según consta por el Oficio Nº 3.532, en contestación a la solicitud elevada por las Madres Carmelitas.
Nos, Dr. Mario Moncinni, por la gracia de Dios, y de la Santa Sede Apostólica, Arzobispo de Heliópolis, Delegado Apostólico y Legado Extraordinario etc. Teniendo en cuenta lo expuesto por las Monjas del Monte Carmelo, de la ciudad de Ibarra en la República del Ecuador, y atento el voto y la información del Llmo y Rvdmo. Sr. Ordinario, dados el 24 de abril de este año; damos <<servatis de jure servandis>> a las mismas Monjas la potestad de vender, a salvo en lo futuro el reclamo del Ordinario de Popayán, algunas alhajas preciosas, pero, con la condición de que el precio de la venta sirva al uso manifestado en la petición, y en esto gravamos la conciencia de las Monjas; no obstante cualquiera otra disposición en contrario.
Dado en Lima en el Palacio de la Delegación Apostólica, el día diez de Mayo, año de Ntro. Señor de 1880.
MARIO, Arzobispo Heliopolitano, Delegado Apostólico.
MANUEL ADRIANO FELICI, Secretario de la Legación Apostólica.
Por tasa – 23 pesos fuertes.
ESCRITURA DE LA COMPRA DEL TERRENO
En la ciudad de Ibarra a veinte y tres de Noviembre de mil ochocientos ochenta, ante mí, el infrascrito Escribana y testigos que suscribirán, compareció el Sr. Rafael Vacas de este vecindario, mayor de edad y hábil por derecho, a quien de conocerlo, doy fe y me entregó el certificado de alcabala, el que, a más de ir agregado a este registro irá copiado en la primera compulsa que se dé de esta escritura, y en su virtud otorga: que por herencia de su finada madre Rita Freire , tiene y posee de su propiedad quince varas de tierras en el barrio denominado <El Hospital> de esta ciudad, las mismas que tiene a bien darlas en venta y enajenación perpetua a la R. M. Carmelita Gregoria del Smo. Sacramento, quien hace la compra para el convento que corre a su cargo como Priora de dicho convento, por el precio y cuantía de quince pesos en dinero, que confiesa tenerlos recibidos a su satisfacción en moneda usual y corriente, por lo que le advertí, que su confesión no admite prueba en contrario como los dispone la Ley.
La enajenación con sus respectivas entradas y salidas, usos, costumbres, servidumbres, y las demás cosas a él anexas, para que por este título disponga como más convenga.
Se obliga a la evicción y saneamiento y a cumplir con todas las obligaciones que el Código Civil dispone a los vendedores.
Los linderos del terreno vendido son los siguientes: Por el Oriente una calle pública, frente al hospital de esta ciudad: por el Occidente, Norte y Sur con terrenos del mismo Convento de Carmelitas. Bajo esta demarcación hace la venta por la suma expresada. Presente la compradora R. M. Gregoria del Smo. Sacramento, a quien de oírla, doy fe, aceptó esta escritura en todas sus partes, siendo vecina de este lugar, por ser en favor de los derechos, que adquiere el Monasterio de su cargo, y en virtud de la licencia concedida por el Llmo. Y Rvdmo. Sr. Dr. Pedro Rafael Gonzáles Calixto, Dgmo. Obispo de esta Diócesis……..
Después de leída y comisionado para la inscripción al Sr. Joaquín Jaramillo, firman con los testigos instrumentales presentes de este vecindario, mayores de edad y hábiles por derecho, que son los Sres. Mario Severo Lara, José Rueda Hurtado y José Roberto Meneses, de todo lo que fe, así como de que no me han manifestado la carta de pago del uno por mil por ser urbano el predio vendido – Firman – Rafael Vacas – Gregoria de Smo. Sacramento, Priora – Testigo, Mario Severo Lara – Testigo, José Rueda Hurtado – Testigo, José Roberto Meneses- El Escribano, JOAQUIN PAEZ.
Rafael Rivadeneira Viteri, Tesorero de Hacienda Nacional de Imbabura etc. Certifica: que el Sr. Miguel Proaño pagó treinta y un centavos por alcabala de quince pesos en que vende igual número de varas de terreno de este lugar, Rafael Vacas, a la R. M. Gregoria del Smo. Sacramento – – Consta de partida tercera del folio sesenta y cuatro del diario auxiliar de alcabalas del corriente año de Ibarra, Noviembre 23 de mil ochocientos ochenta. El interventor Joaquín Morán Borrado a su satisfacción.- No vale.
Presencié su otorgamiento y en fe de ello signo y firmo esta primera crónica en el día de su fecha.- Joaquín Páez, Escribano Publico.- Derechos 3 reales
Así mismo las Madres Carmelitas para utilizar en el algo el terreno que se fundó el primer Monasterio pidieron licencia para venderlo, al Sr. Delegado Apostólico, solicitud cuyo temor es el siguiente:”- Excmo. y Rvdmo. Sr. Dr. D. Benjamín Cabichani, Dgmo. Arzobispo de Amida, y Delegado Apostólico cerca de la República del Ecuador: Gregoria del Smo. Sacramento. Priora del convento de Ibarra, ante V. S. Rvdma. Con el más profundo respeto expone, que teniendo necesidad de enajenar un solar de propiedad de Propiedad de nuestro Convento, ubicado en esta ciudad, donde fue el primer convento que fundamos y que arruino el terremoto del año 1868, que nada produce y que solo ocasiona gastos en su conservación, por estar lleno de escombros y de ruinas, solicito de V. Excia. Rvdma. Debida licencia conforme a lo dispuesto por el Concordato de esta Republica con la Santa Sede, y previo el informe de N. Ilmo. Prelado, que adjunto, presento a V. Excia. Rvdma.
Espero que en méritos de justicia, se digne V. Excia. Rvdma. Decretar como solicito.
Ibarra, Julio 28 de 1884.
De V. Excia. Rvdma. Indigna sierva, GREGORIA DEL SMO. SACRAMENTO, Priora.

CONTESTACIÓN AL PIE DE LA SOLICITUD
El infrascrito Delegado Apostólico, en vista de la relación del Obispo de Ibarra, y, atentas las especiales circunstancias, usando de la autoridad concedida a Nos por el Sumo Pontífice, dio facultad al mismo Obispo, que tenga en cuenta, que fijándose en la utilidad de la petición, se venda el fundo en el mayor precio posible, y en consecuencia permite enajenarlo, siempre que el precio que de él se recibe, se invierta del modo más útil en favor del Monasterio.
Dado en Quito, en el Palacio de la Delegación Apostólica a 5 de Agosto de 1884. BENJAMIN, Arzobispo de Amida.- Delegado Apostólico.
El Ilmo. Sr. Obispo de Ibarra, informó a la R. M. Priora sobre la concesión de la licencia con el Oficio siguiente:
Diócesis de Ibarra.
Gobierno Eclesiástico.
Ibarra, 13 de Agosto de 1884.
R. M. Gregoria del Smo.: Sacramento, Priora del Monasterio del Carmen: Original remito a V. Rvcia, la facultad que, con fecha 5 del presente, me ha concedido el Excmo. Sr. Delegado Apostólico para que pueda permitir la venta del terreno que posee ese Monasterio en esta ciudad. En esta virtud, autorizo a V. Rvcia., para que observando las formalidades legales proceda a vender el enunciado terreno.

Dios guarde a V. Rvcia.
Una cruz- PEDRO RAFAEL, Obispo de Ibarra Transcritos los documentos relativos a la segunda fundación del Monasterio de las RR. Madres Carmelitas, preciso decir si quiera ligeramente algo relativo al desarrollo de tan benemérita Comunidad fraguada en el crisol del sufrimiento.
Como hemos dicho la construcción de todo el edificio se terminó en el año 1876, y en este mismo año lo inauguraron las Religiosas, continuando con el gobierno de la Comunidad la R. M. Gregoria, la cual abrió las puertas del Monasterio para buscar vocaciones, las que no tardaron en presentarse; pues en el año 1879 ingresaron dos jóvenes que en la Comunidad llevaron respectivamente los nombres de Amelia del Corazón de María (Viteri Peñaherrera) y Dolores de San Juan de la Cruz (Páez Jijón). La profesión de estas dos jóvenes causó inmenso gozo a la Comunidad que estaba a punto de extinguirse por falta de personal, pues apenas se instalaron en el Monasterio, murieron dos de las Religiosas Fundadoras; la M. Carmen de San Eliseo y la M. Rosa de San Joaquín.
Entre pruebas y tribulaciones continuaba manteniéndose la pequeña Comunidad, fijos sus ojos en el cielo, y con la esperanza en Dios que les había trazado el camino del dolor para que se purifiquen y aumenten sus méritos. Y cuando pensaba tener una tregua en sus sufrimientos, enfermó gravemente la R. M. Priora, Gregoria del Smo. Sacramento (1883), la que con resignación inalterable se sujetó a una dolorosa operación de un cáncer en el seno. Al parecer la operación resultó favorable, pero le sobrevino un fuerte reumatismo que le redujo a una absoluta postración incapacitándola para el gobierno de la Comunidad. En vista de tan difícil situación, las Religiosas eligieron otra Priora, elección que recayó en la R. M. Feliza de Jesús (Velasco) quien dirigió los destinos de la Comunidad con verdadero acierto durante varios trienios.
Durante tan dolorosas enfermedades la M. Pineiro asistió con verdadera caridad y solicitud a la M. Gregoria, la que a los dos años (1885) de haber soportado resignada la cruz de Dios le había enviado, murió. Al momento de espirar, despidiéndose de sus hermanas religiosas, les prometió, que en el cielo pediría a Dios, que les envié buenas vocaciones; a los diez meses de muerta tocaban la portería de Convento las Srtas. Mercedes y Carmen Gómez Jurado solicitando ser admitidas a la Comunidad. Fueron recibidas con júbilo estas dos jóvenes que en la religión llevaron respectivamente los nombres de M. Mercedes del Smo. Sacramento y M. Carmen de Santa Ana; y en el año 1887 ingresaron otras cuatro jóvenes, y de tal modo se aumentaban las vocaciones que hasta el año 1890, la Comunidad se componía ya de religiosas Ibarreñas. La promesa de la M. Gregoria se había cumplido y fue desde entonces una bendición del cielo porque los claustros carmelitanos han estado habitados por religiosas buenas y de ilustre linaje.
En el año 1898 murieron las dos últimas fundadoras colombianas, Feliza de Jesús (Velasco) y Carlota del Espíritu Santo (Velasco) eran hermanas. Cuál no sería la pena de la joven comunidad al perder a esas dos veneradas religiosas, que eran su sostén y su consuelo. Pero como las obras de Dios no perecen, y Él dirige todas sus cosas para su gloria y para el bien de sus criaturas, cuatro años antes de la muerte de la última Priora colombiana, la R. M. Feliza, había sido elegida ya Priora la R.M. Carmen de Santa Ana (Gomes Jurado) a los 30 años de edad, y al trienio siguiente fue elegida la R. M. Amelia del Corazón de María (Viteri Peñaherrera). Ambas religiosas heredaron el espíritu de las Madres Fundadoras, el don de gobierno, de prudencia y fortaleza y protegidas visiblemente por la Providencia Divina gobernaron la nueva Comunidad conservando el espíritu de disciplina y estricta observancia de la Regla y la Constitución, anhelando siempre todo el bien para sus Religiosas, especialmente su satisfacción. Estas do religiosas escogidas por Dios, durante varios años gobernaron alternativamente la Comunidad.
A los diez años de terminado el convento, tuvieron las Religiosas que hacer varias reparaciones en el techo y en el año 1906 se impuso su completa reedificación porque amenazaba ruina. Para emprender esta obra tan larga y tan costosa, las Religiosas se consideraron no solo incompetentes sino también desfallecieron, pero las RR. MM. Amelia del Corazón de María y Carmen de Santa Ana las atentaban a confiar en Dios. Y en efecto, si en las dos primeras fundaciones no había tenido apoyo ninguno, todos los ibarreños se dieron cita para levantar de nuevo el actual monasterio. Conocedor el Excmo. Sr. Gonzales Suárez de las pésimas condiciones del edificio, tomó por su cuenta hacer las gestiones para su inmediata reparación organizando un Comité, el cual debía encargarse de que la construcción sea sólida y duradera. Ordenó que se levanten más los muros del edificio, que se hagan los corredores de los claustros de arquería de cal y ladrillo, de tal modo que en el convento quede cómodo y decente. A fin de dar facilidades para el rápido trabajo de la reconstrucción y evitar que la Comunidad interrumpa a cada instante de los actos de la observancia regular por la presencia de los trabajadores creyó conveniente el Excmo. Sr. Gonzales Suárez que las Religiosas salieran del Convento a una casa particular. Sabedores de esta disposición el Sr. Obispo, Dr. Víctor Gómez Jurado y su digna familia, cedieron gentilmente su casa de habitación para Monasterio interno de la Comunidad Carmelitana. Y para que la casa prestara los servicios necesarios a la Comunidad, permitió el Excmo. Sr. Obispo que las Rvdas. MM. Amelia del Corazón de María y Carmen de Santa Ana fueran un mes antes de trasladarse, a adaptarla del mejor modo posible de acuerdo también con el P. Pedro Sosa O.P. comisionado para el efecto por el mismo Sr. Obispo.
Adaptada la casa para el servicio de la Comunidad , el día 23 de junio de 1906, a las doce de la noche, salieron del Monasterio de las Religiosas acompañadas por el Rvdmo. Sr. Dr. Alejandro Pasquel, Vicario General, por los Rvdmos. Sr. Dr. D. Cerbelión Gómez Jurado, Sr. Dr. D. Espiridión Rosero, la familia Pasquel y la familia Ayala, con dirección a la causa de la familia Gómez Jurado, la cual recibió a la comitiva en el salón en cuyo centro, en un pequeño altar se ostentaba la imagen de N. Sra. del Carmen, la misma que fue traída de Popayán y que se venera en la capilla. En presencia de la imagen de la Sma. Virgen del Carmen, el Dr. Víctor Gómez Jurado, profundamente emocionado entregó su casa a las Religiosas Carmelitas con la siguiente y tierna alocución: “Rvda. Madre Priora Amelia del Corazón de María y Vble. Comunidad Carmelitana: Antes de hablar, quisiera arrancarlo de mi pecho el corazón, y entregároslo, para que notéis en él las variadas emociones que lo dominan.
Veo todo lo que estoy viendo ahora, y todo lo encuentro tan misterioso, tan solemne que me parece que he venido recién a la existencia.
¡Ah! Es que en mi casa veo un nuevo establo de Belén….. y aquí están nuestro Dios y la Sma. Virgen del Carmen y Santa Teresa de Jesús y estas humildes Carmelitas, ángeles que rodean al Smo., en este otro pesebre que se ha dignado escoger para su morada.
Aquí está la hija de mi alma, ofrendada como primicias de amor a la Reina de los Cielos…Aquí están los pedazos de mi corazón, mis hermanas, a buscar otra vez su cuna junto a la mía, cuna que ya no es ellas y que ya no es mía, porque se ha convertido en pobrísimo Asilo de nuestro Dios…¿Nadie más? Nó; aquí hay otros personajes si el corazón no me engaña….aquí, aquí….a los pies de la Sma. Virgen, están las almas dichosas de mi padre y de mi madre…. Almas querida, os evoco…. Y decid a María Sma. Del Carmen lo que no aciertan a decir hoy mis labios…. Vosotros que ya sabéis el leguaje de los cielos, hablad, hablad por nosotros…. Y yo, mi esposa, mis hijas, mis hijos y mi familia toda, nos pondremos de rodillas y diremos; ¡Madre querida del Carmen, ya que habéis buscado Asilo en nuestra pobre casa santificadla y santificadnos….
Bendecidnos con toda la ternura de vuestro corazón amoroso; que no decaiga jamás nuestra fe; y que al morir perdonadas nuestras faltas, os hallemos en el camino de la eternidad, brindándonos también vuestro Asilo, el esplendente Asilo de los Cielos!….
Si todo esto hay; si este humilde hospedaje es garantía segura de santificación y salvación, y si por otra parte, la pureza de nuestros afectos nos ha hecho como familia de esta venerable Comunidad Carmelitana, os ruego con lágrimas, que aceptéis RR.MM. esta hospitalidad, y que os quedéis a vivir aquí como en vuestra propia casa. Vuestras oraciones, vuestra presencia misma, la convertirán en Templo; y si entre esas oraciones, pronuncias una sola palabra en nuestro favor, Dios nos mirará con misericordia.
En seguida tomó la palabra el Rvdmo. Sr. Pasquel y con la facilidad y unción que le eran propias agradeció en nombre de la Comunidad a la familia Gómez Jurado por la generosa hospitalidad que le habían dado, y dirigiéndose a las Religiosas, les dijo que compartía con ellas esa como emigración, y que en las alegrías y tristezas las acompañaría siempre como Capellán y Confesor. Luego de terminar la alocución El mismo puso la clausura en aquella casa afortunada que abrigaba bajo su techo a aquellas almas bellas consagradas al servicio de Dios, y de la Sma. Virgen del Carmen.
Instaladas las Religiosas en su improvisado Monasterio continuaron normalmente los actos de la vida regular durante un año cuatro meses que permanecieron en la casa de la Familia Gómez Jurado. Terminado el trienio de Priora de la R. M. Amelia, en esta misma casa se hizo la elección de la Priora que debía sucederle y fué elegida, por segunda vez la R. M. Carmen de Santa Ana. Por manera que estas dos beneméritas Religiosas, Amelia del Corazón de María y Carmen de Santa Ana fueron las que se entendieron en el trabajo de la reconstrucción del convento y de la capilla de acuerdo siempre con el Excmo. Sr. Obispo, con el Arquitecto y Director de la obra Sr. Albuja, con la familia Gómez Jurado, con el Sr. Heriberto Ayala y con el Sr. Joaquín Carrascal quien prestó sus servicios de sobrestante desinteresadamente a la Comunidad. La obra adelantaba asombrosamente, tanto que al año cuatro meses estaba terminado el claustro principal. Pero como se trataba de dar toda comodidad al edificio, las RR. MM. Amelia y Carmen resolvieron edificar un nuevo claustro para las Hnas. De velo blanco, con todas las dependencias necesarias para el servicio de la Comunidad; por esta razón el trabajo duró más de lo que se había calculado. Pero Dios bendecía a estas dos abnegadas Religiosas Amelia y Carmen, que no omitían sacrificio alguno, para dar a su Comunidad las comodidades más indispensables para la vida, porque tanto los habitantes de la Provincia de Imbabura y la del Carchi ayudaban decididamente con sus limosnas para la terminación del edificio.
Para allegar fondos y continuar con mayor rapidez el trabajo los dirigentes invitaron para el 15 de octubre de 1907 a los habitantes e Ibarra para la bendición de una estatua de piedra de Santa Teresa de Jesús levantada sobre una columna en medio del claustro principal, obsequio del Sr. Heliodoro Ayala y (obra del insigne escultor Sr. Daniel Reyes). La bendición revistió toda la solemnidad posible porque fue oficiada por el Exemo. Sr. Pérez Quiñones y por la numerosa concurrencia. Por este motivo habían concurrido algunos Oficiales Militares, quienes viendo desocupado el Monasterio, manifestaron cierto interés de apoderarse de él, porque en este tiempo imperaba la fuerza bruta, mediante la cual se cometía toda clase de abusos sin responsabilidad ninguna. Llegó esto a oídos del Exemo. Sr. Pérez Quiñones, e inmediatamente ordenó que esa misma noche y en silencio se traslade la Comunidad de la casa de la familia Gómez Jurado, al Monasterio. Ante esta orden terminante y perentoria las Religiosas arreglaron lo más indispensable, dejando todo lo demás de sus cosas en la casa de la familia Gómez Jurado a fin de que les vayan mandando después. A las 3 de la mañana vino el Rvdmo. Sr. Pasquel celebró la Santa Misa, consumió las Hostias Consagradas, y a las cuatro, se trasladó la Comunidad a su propio Monasterio acompañada del mismo Rvdmo. Sr Pasquel. Para las Religiosas fué una sorpresa grata y penosa, grata porque regresaban a su casa solariega; penosa, porque tenían los inconvenientes de de seguir la reconstrucción con inevitables irregularidades y molestias, pues el trabajo no se terminó hasta después de siete años y para terminarlo, vendieron con la debida autorización, las al alhajas de la Sma. Virgen del Carmen, porque no era posible ya, hacerlo solamente con las limosnas.
A los tres años de estar la Comunidad en su reconstruido Monasterio, el Comité Carmelitano informó al Excmo. Sr. Obispo sobre el curso del trabajo, en los siguientes términos:
“Ibarra, enero 1° de 1909.
Ilmo. Y Rvdmo. Sr. Dr. Dn. Ulpiano Pérez Quiñones.
Dignísimo Obispo de la Diócesis.
En la ciudad.
Ilmo. Y Rvdmo. Señor:
Terminadas ya las reparaciones del Convento de las RR. MM. Carmelitas Descalzas, en todas las secciones de la casa, más necesarias al servicio de la Comunidad, cumple a este Comité informar a V. Sía. Ilma., siquiera sea brevemente, del modo como se ha llevado a cabo esta obra tan importante como costosa.
La primera construcción del Convento se hizo después de la catástrofe del 68. La Comunidad compuesta de Religiosas colombianas, que de la vecina República, vinieron a lal nuestra por el año de 1864, y dos años después se establecieron aquí, emigró como reliquias de la población a raíz del horroroso cataclismo. Cuando trató de volver a esta ciudad que se levantaba de nuevo de entre las ruinas y escombros, adquirió con dinero suyo el sitio que ocupa el Monasterio, y así mismo con dinero suyo, construyó todo el edificio y el templo.
Desde 1876 las RR. MM. Carmelitas ocuparon su nueva morada. De entonces acá el personal de la Comunidad ha ido renovándose con jóvenes de lo más distinguido de las familias ibarreñas. Al cabo de treinta años, el edificio comenzó a resentirse y a pesar de reparaciones parciales, llegó al fin a ofrecer verdadero peligro de ruina. Urgía una casi reconstrucción total; más las RR. Madres vacilaban en acometer toda la obra; las circunstancias de la Comunidad en cuanto a recursos no eran las de antes; no contaban ya con fondos para un gasto considerable: si la primera construcción se pudo hacer y se hizo con dinero de la Comunidad, ahora no podían contar sino con las erogaciones de los fieles, las cuales, juzgado humanamente, parecían apoyo poco a propósito para echar abajo y levantar de nuevo una casa en la que se invertirían algunos miles de sucres.
Pero el estado ruinoso del edificio, por una parte, y, por otra, el catolicismo de estas poblaciones y la fe en el apoyo que el cielo daría a una obra consagrada sólo a la gloria de Dios, decidieron, sin duda, al Ilmo, Sr. Dr D Federico Gonzáles Suárez Obispo, a la sazón de esta Diócesis, a ordenar la reconstrucción, Así es que por decreto suyo, las RR. Madres Carmelitas salieron su querido Asilo, puesta la esperanza en el Señor, a cuyo servicio habían dedicado los días de su existencia lejos del bullicio del mundo, y se establecieron precariamente en una casa particular, mientras se reconstruyese el Monasterio.
El Ilmo. Sr. Gonzáles Suárez organizó este Comité y le encomendó la ejecución de la obra. Confió al Ilmo. Sr. Arzobispo en que el cielo movería a los fieles en favor de una Comunidad generalmente venerada y querida y de una obra propia para encender el entusiasmo de los católicos, y no resultó fallida su confianza; iniciáronse los trabajos y a la vez que la recolección de limosnas; convenía acelerar la obra lo más que los fondos permitieran, y tal fue la cooperación de los fieles, que se pudo aumentar el número de operarios hasta conseguir lo que al principio nadie figuró, a saber las RR. Madres tornasen al Monasterio al cabo sólo de año tres meses.
El plan de las reparaciones no era pequeño: debían quitarse y ponerse todas las cubiertas; sustituir en los claustros a los pilares y soleras de madera, pilares y arquería de cal y ladrillo, los pisos de piezas y corredores, los patios, las puertas y ventanas, todo lo que se encontraba deteriorado, había de ser renovado o compuesto, era como llevamos dicho, más que una reparación, una casi total reconstrucción del Monasterio. Y todo esto se ha realizado y no sólo esto, sino algunas modificaciones ventajosas que han dado a la espaciosa casa condiciones superiores a las que antes tenía para vivienda de las santas Religiosas; y todo sin más fondos que los suministradores por las limosnas de los fieles de varias poblaciones de la Diócesis, en especial de esta ciudad. B. Sría. Ilma. Alcanzó a ser testigo del entusiasmo con que se cooperaba: quienes contribuían con dinero; quienes, con materiales; a la caja de la obra iba desde la erogación no escasa del acomodado hasta el centavo del pobre; y jornaleros y artesanos hubieron, que suspendiendo el trabajo con que se e ganaban el sustento diario, ya que dinero no tenían, prestaron por varios días el apoyo de su brazo infatigable.
El Ilmo. Sr. Gonzales Suárez, aunque se trasladó a Quito como Arzobispo de la Arquidiócesis, continuó mirando por la obra con sumo interés y proporcionó en más de una ocasión recursos pecuniarios para que se llevase a término
A 700000 sucre ascendían las erogaciones en dinero; el valor de los materiales regalados a 3.000,00. De manera que el total de las contribuciones representa la cantidad no insignificante de 10.000,00 y eso sin contar el precio de la obra de manos de los jornaleros y artesanos que trabajaron gratuitamente, entre los cuales debemos hacer mención especial de los carpinteros de Ibarra y Caranqui, quienes armaron sin cobrar un centavo, todas las cubiertas de la casa. El Monasterio reconstruido es por lo tanto, en rigor de justicia, un testimonio del grandísimo aprecio que nuestros pueblos profesan a la Comunidad Carmelina. Sabedores de que el Asilo de la Santa Comunidad se venía al suelo, y las siervas faltas de recursos para reedificarlo, se verían en la necesidad de salir de la Diócesis, acaso para siempre, no pudieron menos de tomar por su cuenta la reparación cueste lo que costare.
El deseo de los moradores de esta ciudad y las otras poblaciones de la Diócesis ha resultado plenamente satisfecho; las refacciones han dejado al Monasterio en estado de servir cómodamente para su objeto, y las tan veneradas y queridas religiosas pueden seguir permaneciendo entre nosotros y dando culto a la Virgen del Carmen y acarreándonos bendiciones de lo Alto con la santidad de su vida.
Por su parte el Comité agradece al Señor, el que le haya concedido la satisfacción de realizar la comisión para la cual fue fundado, y se complace sobremanera en aprovechar la oportunidad de la presentación de este informe le proporciona, para ofrecer una vez más a V. Sia, Ilma. Sus distinguidas consideraciones y respeto y su apoyo en todo aquello que pueda secundar el afán paternal y constante de V Sía. Ilma. Por el bien de la Diócesis.
El presidente. NICOLAS TOBAR; el Vicepresidente. VICTOR GOMEZ JURADO; el Vocal, HELIODORO AYALA; el Vocal. GUMERCINDO DAVILA; el Secretario, JOSE DOMINGO ALBUJA.
Desde el año 1913 en que se terminó definitivamente la reconstrucción del Monasterio han transcurrido 32 hasta el presente de 1945, y las religiosas se han sucedido unas a otras, cumpliendo el destino ineludible de pasar del tiempo a la eternidad. Las vocaciones no han faltado porque de las dos Provincias de Imbabura y Carchi, de la vecina República de Colombia y de Panamá han venido jóvenes a refugiarse en el claustro carmelitano para vivir olvidadas del mundo y buscar su perfección en silencio y autoridad de la vida religiosa. Herederas las Religiosas Carmelitas del espíritu de su Santa Fundadora, y de sus ilustres predecesoras han conservado siempre la estricta observancia de su Regla, que es la que modela y ha modelado en sus almas, la perfección, el amor a Dios, el desprecio del mundo y de sí mismas. Por esto esta santa Comunidad subsiste, atrayendo con el encanto de sus virtudes a todos los que muy cerca las conocen. Esta Comunidad es para Ibarra su mejor gloria porque ibarreñas fueron las que reemplazaron a las ilustres proscritas de Colombia, que por guardar fidelidad a su Dios y a su Instituto, dejaron su patria para morir lejos de ella y lejos de los suyos.
Termino aquí está mal zurcida Crónica pidiendo una vez más, disculpa a los lectores por no haber podido presentarles un trabajo completo; presento al público los datos más principales tomados del Archivo de las MM. Carmelitas a fin de que una pluma mejor que la mía, se valga de ellos, y buscando otras fuentes, escriba una Crónica mejor documentada, digna de la culta ciudad de Ibarra y de la benemérita Comunidad Carmelitana.

APENDICE

Lo que transcribo literalmente son las impresiones de una religiosa al ocupar nuevamente el Monasterio, y su manifestación de gratitud a todos los que contribuyeron a la reconstrucción de él.
No es para decir las impresiones del alma, cuando nos vimos otra vez, en nuestros Monasterio completamente transformado, hermosa arquería y esbeltas pilastras de cal y ladrillo, sustituían a las soleras y pilares de madera carcomidos por la polilla; el techo levantado para que hay más luz y aire; alto el terraplén para evitar la humedad; trazados los jardines para no más de plantarlos; en el centro, una hermosa columna que ostenta una estatua de N Santa Madre teresa de Jesús, labrada en piedra, obsequio del Sr. Heliodoro Ayala, estatua cuya mirada elevada hacia el cielo, nos convida a pensar en lo divino; en suma el claustro principal estaba terminado y ofrecía a nuestra vista un espectáculo hermosísimo. En ese día pasamos entre emociones de alegría y de lágrimas, bendiciendo a la Divida providencia por habernos dado una habitación cómoda, y rebosando e gratitud nuestro corazón para con todos nuestros insignes bienhechores, cuyos nombres consignamos en esta página de inolvidables recuerdos.
nuestra gratitud imperecedera para el Excmo. Sr. Gonzáles Suarez. Quien inicio la obra de la reconstrucción en vista de que nosotras estábamos incapacitadas para llevarla a cabo. Al ser trasladado a Quito le sucedió el Excdo. Sr. Pérez Quiñones, el cual, con el mismo interés de su ilustre predecesor, secundó los trabajos hasta que se terminaron. Además de esta deuda de gratitud a los beneméritos Prelados, la debemos a los Sres. que constituían el Comité, al Sr. D. Elías Monje que nos obsequió gran parte de madera de su hacienda << Quitumbita>>; a todos los ibarreños, cuyos nombres sería largo enumerar; y, en general a todos los habitantes de Imbabura y Carchi que nos ayudaron unos con sus limosnas, y otros con el trabajo de sus manos. Para todos elevamos una plegaria al cielo y de corazón les agradecemos con las palabras del pobre y del cristiano: Que dios les pague en el tiempo y la eternidad.
Para mejor conocimiento de lo que acabo de decir, transcribo una carta del Sr Ayala a su hija M Ana maría, nuestra inolvidable hermana.
CARTA DEL SR HELIODORO AYALA
A mi querida e inolvidable hija Mariana de Jesús Ayala guerrero, Carmelita.
Querida hija:
Tu hermano José Miguel me comunicó los deseos que tú tenías. Te diré que tú y cualesquiera de mis hijos tienen derecho a pedirme lo que deseen, y yo la obligación de concederles o negarles, de acuerdo con los dictados de mi conciencia. Por lo expuesto puedes decirme por escrito, que quieres, cuando y como quieras, Por ahora te expongo con toda veracidad el punto siguiente:
Primero.- Hago constar que desde que vinieron las Monjas Carmelitas de Caranqui a Ibarra, tuve la felicidad de hacerme amigo de las RR. Madres Carlota y Feliza, originarias de Popayán (Colombia) que fueron desterradas de su Patria por el general Tomás Cipriano Mosquera. Por las buenas relaciones que cultivé con las referidas Religiosas, fui adquiriendo inmenso cariño a todo lo que se relacionaba con el Carmen. A esto he de agregar, tu entrada en esa santa casa, tu largo Noviciado, pues fuiste la primera en cumplir esa nueva disposición de tres años de Noviciado, pero, mediante la divina gracia, la intercesión de la Virgen del Carmen y las oraciones y bendiciones desde el cielo, te prodigaba tu santa madre, Margarita Guerrero, llegaste a coronar tus deseos, que con tanto interés los habías perseguido, y, por lo mismo llegaste a ser esposa de Jesucristo. Y en verdad, este es el mejor beneficio que dios me ha dispensado entre mis hijos, el ser tú, Religiosa Carmelita. Esto aumentó mi cariño a las religiosas carmelitas.
Segundo.- Tu profesión fue solemne por la asistencia de muchos sacerdotes y distinguidos caballeros y por la presencia del Ilmo. y Rvdmo. Sr. Federico González Suarez, el cual te hizo el honor de tomar la palabra, cuyo eco impresionó hondamente a los concurrentes. La dote para ingresar era mil sucres, pero por ti se dio dos mil, de los cuales, yo di mil y los mil restantes los diste tú del haber materno que te pertenecía, según la hijuela divisoria que se practicó después del fallecimiento de tu santa madre.
Tercero.- Por el inmenso amor que mi esposa Delfina Leoro, y todos los míos teníamos a las Religiosas Carmelitas, resolvimos ayudar a la reconstrucción de la iglesia y convento de una manera incondicional sin omitir gasto alguno, porque creí mejor darte en vida, lo que podías recibir después de mis días, teniendo en cuenta, que de este modo utilizabas tú de tu futura herencia, y hacíamos a la vez un bien positivo a la Comunidad. Principiada la reconstrucción, desplegué todas mis energías y seguí preparando ladrillo diferentes marcas, de manera que de esta hacienda de Santo Domingo se llevó al Carmen, algo más de 33 000 mil piezas, fuera de la teja que es difícil calcular. Así mismo contribuí con peones todos los días que duró el trabajo hasta que concluyó.
Cuarto.- En cuanto a la madera para la reconstrucción, me propuse traerla de Cotacachi; del cerro en donde hay el “Guachi” que no se apolilla fácilmente. Para este fin preparé las provisiones necesarias para treinta peones, con los cuales permanecí en la montaña una semana completa. Cuando todo estuvo listo, se me presentó un caso sumamente grave; la enfermedad de mi hijo Enrique, que de un momento a otro se puso en estado agónico, a consecuencia de una disentería fulminante. En esta dura alternativa, las Madres Carmelitas se comprometieron curarlo, y convenido así y confiado en la protección de la Sma. Virgen del Carmen emprendí el viaje con mis peones y sirvientes. En la montaña levantamos un rancho para vivienda provisional; nos levantábamos a las cinco de la mañana y regresábamos del corte a las seis de la tarde, las más de las veces mojados, siéndonos necesario secar la ropa en el fuego. A pesar de estos contratiempos todos estábamos alegres, tanto que, después de merendar, los trabajadores formaban su orquesta de flautas y de rondadores para divertirse un poco y pasar el rato. En los seis días que permanecimos en la montaña, se cortaron mil doscientos palos, y todos quedaron almacenados hasta traerlos.
Para el transporte de esta manera se convocó a todos los peones y partidarios de las haciendas, “Santo Domingo”, “Chorlavicito” y el “Milagro”. de mi pertenencia; de la hacienda “Chorlaví”, propiedad del Sr. Nicolás Tobar; de la hacienda del Sr. Alejandro Andrade, y todos, con una buena voluntad emprendimos la marcha para trasladar la madera a Ibarra.
En cuanto a mi hijo Enrique, cuando regresé del corte de la madera, lo encontré sano y de convalecencia, sin otra medicina y alimentos que los que venían del Carmen. No escatimé nada de lo que hubiera podido hacer o gastar en esta obra de tanta trascendencia, para cuya ejecución me alentaba el Ilmo. Sr. González Suarez, el cual me dio una prueba de aprecio y de confianza: “Le faculto, me dijo un día, a ud, para que haga entrar al Carmen a todas las personas que sean necesarias para el trabajo y no ocurra a pedir licencia; descargo en ud. mi conciencia. Esto lo hizo por el grande cariño que profesaba a las Madres Carmelitas y por el vivo deseo que tenía que de pronto se termine el trabajo. El formó el Comité Carmelitano, convocando a los padres que teníamos nuestras hijas en el Carmen, para encargarnos que trabajemos de un modo eficaz en la reconstrucción del Monasterio. Tanto interés tenía Ilmo. Sr. González Suárez por esta obra, que cuando fue a Quito a tomar posesión del Arzobispado, tuve la honra de acompañarlo, y al despedirme me dijo: “En cuanto a la obra del Carmen siga con el mismo entusiasmo, y cuando no haya dinero, pídame; por lo demás en Ibarra, un saludo general a todas hasta a las piedritas de Ibarra.” Y puso en práctica la oferta, pues repetidas veces mando algunas sumas de dinero para el trabajo, y la última vez que me dio fue, cuando por un asunto particular viajé a Quito y fui a saludarlo y la primera pregunta que me hizo fue: ¿Cómo va el trabajo del Carmen?; yo le respondí que estaba al terminarse, pero se suspendería porque en caja no había sino $50,00. Me replicó: “Haga un telegrama diciendo que no suspendan el trabajo, pues un caballero me quiere dar un dinero con la condición única, que lo había de emplear en mi persona”. Al despedirse me dijo: “Me ha contestado el señor del obsequio, que yo disponga como bien tenga, allí está pues ese paquete cerrado que no lo he abierto, y con eso acabe la obra de las Carmelitas.” Tomé el paquete, y al abrirlo encontré que contenía cuatrocientos sucres, los mismos que fueron entregados a la R.M. Priora del Carmen, porque allí se hacían los pagos.
Así mismo el Ilmo. Sr. Pérez Quiñones apreciaba en gran manera a las Madres Carmelitas, y tomó en cuenta el arma del techo con teja vana, idea que ha sido aceptada generalmente y con buenos resultados. Al Ilmo. Sr. Pérez Quiñones debo la distinción de haberme declarado protector insigne del Convento del Carmen, y haberme dado en la iglesia de las Carmelitas, un depósito para los restos de todos los míos.
En fin termino esta larga y pesada relación, mediante lo cual me he propuesto manifestarte mi aprecio de padre y el deseo que he tenido de darte en vida tu haber paterno para que lo disfrutes en compañía de tus hermanas Religiosas. Dándote mis bendiciones, me suscribo tu amante padre que desea tu santificación. HELIODORO AYALA
Antes de despedirme quiero hacer justicia al mérito de la familia Gómez Jurado, a la que he estado ligado siempre con el irrompible vínculo de la amistad:
“Al referir mis pequeños servicios presentados en la reconstrucción del Convento e Iglesia del Carmen, debo en justicia mencionar las valiosísimas actuaciones en el trabajo, por parte del Dr. Víctor Gómez Jurado, su Sra. y toda su familia en general.
La familia Jurado hizo un acto grande y generoso al ceder su cómoda casa para habitación de las Monjas, mientras se reconstruía el Monasterio. El Dr. Gómez Jurado, con su familia se trasladó a una casa pequeña, propiedad de las MM. Carmelitas, casa que no prestaba comodidad alguna a su numerosa familia, ni mucho menos decente para su posición social. Este procedimiento noble en favor de las MM. Carmelitas, inmortaliza la memoria de la familia Gómez Jurado, y, su recuerdo servirá de estímulo a las generaciones venideras, y fue un grande apoyo para trabajar con entera libertad en las reconstrucción del Convento de las Religiosas. En esta obra, competía el Dr. Jurado con su Sra. esposa, Mariana Espinosa, a quien yo vi fiscalizando a los que no cumplían con sus compromisos, cuidando del orden y de que no pierdan tiempo los operarios. Como amigo y admirador de la familia Gómez Jurado, hago constar mi gratitud por las manifestaciones de aprecio que me han dispensado, yo sobre todo por la decisiva intervención en el trabajo de la reconstrucción del Convento Carmelitano.
Querida hija: Solamente por la confianza de padre, te envío estos borrones, a fin de que se conserve siempre entre tus hermanas Religiosas vivo el recuerdo de tan digna familia y eleven por ella al cielo, fervorosas oraciones en señal eterna de gratitud.
Santo Domingo, Mayo 19 de 1930.
AYALA

 

 

 

 

 

 

 
NECROLOGIA
DE LAS RELIGIOSAS EXCLAUSTRADAS DE POPAYÁN
En la ciudad de Popayán, el 1ero de enero de 1864, murió en la casa de la Sra. Vicenta Hurtado Mosquera, a los 89 años de edad, la hermana María Josefa de Santa Teresa, natural de la Cruz, habiendo recibido todos los auxilios espirituales de Ntra. Santa Teresa religión con singular piedad y devoción. Fue Religiosa de velo blanco; muy observante y amante de su Instituto. Su cadáver, con licencia del Gobierno, fue sepultado en el cementerio de nuestro Monasterio del Carmen.
En la ciudad de Quito, el día 25 de Noviembre de 1864, murió en el Monasterio del Carmen Bajo a los 71 años de edad, la R.M Rosalía del Corazón de María, natural de Cali, habiendo recibido todos los auxilios espirituales de nuestra Santa Religión. Fue religiosa de velo negro, muy humilde y exacto en el cumplimiento de la santa obediencia. Su cadáver fue sepultado en una bóveda del panteón de dicho Monasterio.
En la ciudad de Ibarra, el día 30 de abril de 1867 murió en este nuestro Monasterio a los 73 años de edad, la R.M. Sebastiana de San Elías, natural de la ciudad de La Plata, habiendo recibido todos los auxilios espirituales de nuestra Santa Religión. Su cadáver sepultado en el cementerio de las MM. Conceptas, con la licencia respectiva del Prelado. Fue Religiosa de velo negro; se distinguió por su paciencia y austeridad de vida.
En la ciudad de Ibarra, el día 15 de agosto de 1868, murió a consecuencia del terremoto, a los 57 años de edad, la R.M. Carmen de Sana Ana, natural de Buga. Estando de Priora. Fue Religiosa de velo negro; gobernó la Comunidad 5 trienios: Dios le había dado el don, un alma grande, pues con espíritu de fortaleza superó todas las dificultades de la exclaustración, el penoso viaje de Popayán a Quito, y de aquí a esta ciudad, a fundar el primer monasterio que destruyó el terremoto. Su cadáver fue sepultado en el cementerio de la Matriz.
En la ciudad de Ibarra, el día 15 de agosto de 1868, murió víctima del terremoto la R.R. Mercedes de San Juan de la Cruz, a los 55 años de edad, natural de la ciudad de Cali. Fue Religiosa de velo negro; muy humilde y muy amante de la observancia regular. Sus restos mortales reposan juntamente con los de las hermanas, Ana María de San Agustín y Juana María de San Rafael, en una de las bóvedas del cementerio del Carmen Bajo de Quito.
En la ciudad de Ibarra, el día 15 de agosto de 1868, murió víctima del terremoto, la R.M. Ana María de San Agustín, a los 58 años de edad, natural de la ciudad de Popayán. Fue Religiosa de velo; muy recogida y sumisa a la voluntad de Dios y muy capacitada para todo.
En la ciudad de Ibarra, el día 15 de agosto de 1868, murió víctima del terremoto la R.M. Juana María de San Rafael, a los 32 años de edad, natural de la ciudad de Popayán. Fue Religiosa de velo negro; muy mortificada, de una carácter angelical, tanto que fue el semblante revelaba la pureza de su grande alma.
En la ciudad de Quito, en el Monasterio del Carmen Bajo el día 8 de enero de 1869, murió la R.M. María Manuela de la Sma. Trinidad, a los 67 años de edad, natural de la ciudad de Popayán, habiendo recibido todos los auxilios espirituales de nuestra Santa Religión. Fue religiosa de velo negro; se distinguió por su humildad y caridad. Sus restos reposan en una de las bóvedas del Carmen Bajo de Quito.
En la ciudad de Ibarra el día 30 de noviembre de 1876, murió en nuestro Monasterio R.M. Carmen de San Eliseo a los 74 años de edad, habiendo recibido todos los auxilios de nuestra Santa Religión. Fue Religiosa de velo negro; de austeras costumbres y muy abnegada. Su cadáver fue el primero que fue sepultado en las bóvedas de nuestro Monasterio.
En la ciudad de Ibarra el día 16 de diciembre de 1877, murió la R.M. Rosa de San Joaquín, a los 85 años de edad, habiendo recibido todos los auxilios espirituales de nuestra Santa Religión. Fue religiosa de velo negro; muy obediente y respetuosa con las preladas. Desempeño con singular tino y prudencia, durante varios trienios, los cargos de Subpriora y Maestra de Novicias. Durante los 10 últimos años de su vida perdió la vista y su ocupación favorita fue pasar todo el día a Jesús Sacramentado. Su cadáver fue sepultado en nuestro cementerio.

En la ciudad de Popayán el día 23 de julio de 1880, murió la R.M. Carmen del Corazón de Jesús a los 84 años de edad. Fue religiosa de velo negro; muy observante, dio altos ejemplos de virtudes, distinguiéndose por la devoción a la Sma. Virgen. Desempeñó todos los oficios de la comunidad, de la que fue priora el espacio de tres trienios. Su cadáver reposa en el cementerio del Carmen en Popayán, porque el delicado estado de su salud no le permitió venirse con las demás religiosas al Ecuador.
En la ciudad de Ibarra, el día 03 de noviembre de 1885, murió la R.M. Gregoria del Smo. Sacramento, a los 70 años de edad, natural de la ciudad de Buga, habiendo recibido todos los auxilios espirituales de nuestra santa religión. Religiosa de velo negro, de relevantes prendas y virtudes, gobernó la comunidad con acierto y prudencia durante cuatro trienios seguidos, la que fundó el actual Monasterio. Sus restos descansan en nuestro cementerio.
En la ciudad de Ibarra, el día 18 de abril de 1887 murió la M. Ana Rosa de San José a los 85 años de edad, natural de la ciudad de Cali, habiendo recibido todos los auxilios espirituales de nuestra Santa Religión. Religiosa de velo negro, caritativa, observante y muy desprendida del mundo. Sus restos mortales reposan en nuestro cementerio.
En la ciudad de Ibarra, el día 29 de septiembre de 1891, murió la M. María Josefa de la concepción a los 73 años de edad, natural de la ciudad de Cartago habiendo recibido todos los auxilios espirituales de nuestra Santa Religión. Religiosa de velo negro, se distinguió por su ardiente amor a Jesús Sacramentado. Su cadáver está sepultado en nuestro cementerio.
En la Ciudad de Ibarra, el día 11 de septiembre de 1895, murió la Hna. Ana María de la Encarnación a los 81 años de edad natural de la ciudad de Buga, confortada con todos los auxilios de nuestra Santa Religión. Religiosa muy humilde, y caritativa. Su cadáver está sepultado en nuestro cementerio.
En la ciudad de Ibarra, el día 29 de septiembre de 1895, murió la Hna. María Jesús de los Dolores a los 74 años de edad, natural de la ciudad de Medellín. Religiosa fervorosa y muy amante de su comunidad, su cadáver está sepultado en nuestro cementerio. Recibió todos los auxilios de nuestra Santa Religión.
En la ciudad de Ibarra, el día 30 de enero de 1898, murió la E.M. Carlota del Espíritu Santo, a los 64 años de edad, natural de la ciudad de Popayán, habiendo recibido todos los auxilios espirituales de nuestra Santa Religión. Religiosa de velos negro, modelo de todas las virtudes, especialmente de su continua religión. Fue priora durante un trienio y por muchos años desempeñó el cargo de subpriora y maestra de novicias. Su cadáver reposa en nuestro cementerio.
En la ciudad de Ibarra, el día 8 de octubre de 1898, murió la R.M. Feliza de Jesús, a los 65 años de edad, natural de Popayán, habiendo recibido todos los auxilios espirituales de nuestra Santa Religión. Religiosa de velo negro, de muchas prendas y virtudes. Gobernó la comunidad el espacio de tres trienios con singular acierto. Su cadáver está sepultado en nuestro cementerio.
En la ciudad de Ibarra el día 27 de mayo de 1910, murió la Hna. Ascencio de San Luis Gonzaga a los 82 años de edad, natural de Popayán, habiendo recibido todos los auxilios espirituales de nuestra Santa Religión. Religiosa de velo blanco, la última de las exclaustradas de Popayán. Se distinguió por su espíritu de observancia y sumisión.

 

Profesaba algún religioso o religiosa, y no le faltaba esa voz de aliento para proseguir en el camino de la virtud.
Pero ¿a dónde me voy señores, si no acabaría jamás, si todo lo que a ligeros rasgos os he dicho, no es ni la milésima parte de todo lo que él hizo y todo lo que él fue; si, finalmente, la bellísima historia del Sr. Dr. Mariano Acosta está escrita con caracteres indelebles en el corazón de los imbabureños, y no sólo de los imbabureños, sino de los ecuatorianos?. . . . .
Y qué más, cuando está escrita en el corazón de nuestro Pastor y Padre, el eminente González Suárez, el Sabio Historiador de fama continental?
¿No recordáis que ayer no más nos dijo: “Quiero honrar la memoria del Señor Dr. Dn. Mariano Acosta, con quién estuve ligado con vínculos de mutua estimación y una amistad y muy sincera ?».
Una memoria, honrada por el Señor González Suárez ¿no es una memoria la, más envidiable y más excelsa? ¿Y la, estimación mutua y tina amistad antigua de tan ilustre personaje no es una página sobre manera gloriosa Y que constituye por si misma una epopeya?
Y ¿cómo y con qué timbre de gloria, y de que modo especialísimo quiere el Sr. González Suárez honrar esa memoria?
El mismo lo indica. Cuando dice:
Dispongo que se exhume el cadáver del Dr. Acosta…… y, se lo, guarde en el Carmen, donde deseo que repose en la paz del Señor .Esperando el día de la resurrección general, en la que, creemos con fe firme los católicos».
Ya veis cómo el lugar de honor para estos restos tan queridos, Y. cómo el santuario. Para honrar esa memoria ha sido el Carmen ?….
¡Oh decretos tan insondables, y al mismo tiempo tan amoroso, los que Dios ha dictado Por medio de nuestro ilustre Obispo.
El Sr. Dr. Acosta edificó el Monasterio del Carmen de esta ciudad; su acción vigilante, incansable estuvo allí. El fue él director de esa obra, donde él mismo, después de 30 años debía ser honrado cuando muerto. Y vuelve allá, al Monasterio del Carmen, ya, de muerto. Señores, ya `de muerto y -para ser honrado- pero cuando el Monasterio del Carmen está para destruirse !
Aquí está lo misterioso de los decretos de Dios: Lo manda al Dr. Acosta al Carmen cuando es necesario que el Dr. Acosta lo reedifique por medio de nosotros los imbabureños! ……
Y ved así cómo Dios nos ha tendido un lazo:
Sabe Dios que la Santísima Virgen del Carmen es todo para nosotros. Sabe Dios que nosotros veneramos la memoria del Dr. Acosta. y dispone que honremos esa memoria en el Carmen. Y como no podemos honrarla sobre ruinas, quiere que reedifiquemos el Carmen.
Pensad y meditad, entonces, cómo Dios y la Reina, del Carmen han hecho salir del sepulcro y pasear por nuestras calles al Dr. Acosta para la reedificación de ese Monasterio y de ese templo donde él debe ser honrado.
Sí esto no lo hiciéramos, seriamos ingratos, y toda la solemnidad de la exhumación, capillas ardientes, oraciones fúnebres. Discursos y peroratas, sería una farsa ridícula.
Él Dr. Acosta quiere lo práctico lo durable, lo efectivo: quiere ver cómo nosotros reedificamos el lugar donde debe esperar su resurrección, según el decir del Sr. González Suárez
Y así se estrecha más el lazo: Es el Sr. González Suárez, nuestro Obispo, nuestro Pastor y Padre, el que, en vísperas de separarse de nosotros, separación, para nosotros deplorable bajó todo aspecto, nos pide, nos suplica, nos ruega, nos insinúa, y hasta nos manda, que honremos, pero en el Carmen, esa memoria. Cuando en el auto de exhumación nos dice: «Corno la memoria del Sr. Dr. Acosta no puede ser indiferente para los ibarreños, espero que esta sea mi disposición se podrá llevar a cabo sin tropiezo alguno».
¿Despreciaremos la voz del Prelado, la última voz con que se despide de, nosotros, pidiéndonos no algo para él, sino que honremos al mejor de los imbabureños, pero que le honremos dignamente, porque la honra del Dr. Acosta es honra nuestra, honra de Imbabura?
¡Oh Ilustre Acosta! Vamos pues al último asilo que como tumba se os ha deparado! Vamos al Carmen! Vamos al Santuario de la Virtud! Vamos al hogar más santo de Ibarra! Allí reposaréis en la paz del Señor; allí no os faltarán oraciones- y, por último, allí oiréis la trompeta de los Cielos en el gran día de la resurrección universal! ……

Ibarra, 28 de. Julio de 1906.

 
I N D I C E

Fundación del Monasterio de Carmelita en Popayán……………… 7
Exclaustración y emigración de Colombia al Ecuador…………….. 68
Fundación del Monasterio de Ibarra…………………………………….. 111
Apéndice………………………………………………………………… 164
Discurso del Dr. Víctor Gómez Jurado, en la traslación de los restos del Dr. Mariano Acosta a la Capilla de El Carmen ……………………………………… 176

 

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